La leche se ha considerado siempre un componente fundamental de la alimentación infantil, por lo que hasta hace muy poco esta pregunta ni se planteaba. Pero con los conocimientos de nutrición actuales las cosas han cambiado y cada vez más personas, incluidos profesionales de la salud, se están cuestionando este dogma.

A partir de los 2 años los lácteos no son imprescindibles y de hecho el exceso (más de 2 raciones/día) puede tener más perjuicios que beneficios. Una ración de lácteos equivale a un vaso de leche, dos yogures, 60g de queso fresco o 30g de queso curado.

Los lácteos son valorados por su aporte de calcio. Sin embargo no son la única fuente de calcio, y ni siquiera son la mejor si atendemos a cuánto calcio podemos absorber de ellos.

Las mejores fuentes de calcio son las verduras como la col rizada, la berza, el brécol, la rúcula y los berros

El calcio de estas verduras se absorbe muy bien (40-60%) y además proporcionan magnesio y vitamina K, dos elementos fundamentales para mantener una buena masa ósea y que suelen ser deficientes en la dieta occidental. A continuación están los productos lácteos, cuyo calcio se absorbe en un 30-40%. Pero junto a ellos nos encontramos otros alimentos con una tasa de absorción de calcio similar: las leches vegetales (soja, avena, almendras) enriquecidas con calcio, el tofu y el tempeh. Con una tasa de absorción algo menor (20%) tenemos alimentos ricos en calcio como las legumbres, las almendras, el sésamo y los higos.

La conclusión es que es perfectamente posible obtener el calcio que necesitamos sin tomar lácteos, siempre que sigamos una dieta con abundancia de verduras y otros alimentos ricos en calcio.

¿Qué pasa con los menores de 2 años?

Los bebés son lactantes y sí necesitan leche; su organismo no está maduro para procesar y absorber nutrientes de otros alimentos. Lo ideal es que tomen la leche de su madre, pero si esto no es posible, existen fórmulas adaptadas especiales que se elaboran, siguiendo una normativa muy rigurosa, bien a partir de leche de vaca, bien a partir de una mezcla de proteína de soja o de arroz y de aceites vegetales, a las que se añaden vitaminas y minerales en las mismas cantidades que se encuentran en la leche humana.

Los bebés menores de 6 meses no pueden tomar otra cosa que no sea leche materna o una fórmula específica para bebés. Ni la leche de vaca sin procesar, ni las leches vegetales que se compran en los supermercados son adecuadas para ellos y usarlas pondría en peligro su salud.

Autora: Miriam Martínez, médica pediatra vegetariana-vegana
Bio Eco Actual Septiembre 2017