La posibilidad de que se realicen prospecciones marinas en la costa para detectar petróleo, ha puesto en pie de guerra a organizaciones ecologistas y miles de ciudadanos, que se han organizado para presentar alegaciones y manifestarse en contra de estos proyectos.
El Ministerio de Industria ha abierto la veda a las prospecciones en Canarias, Baleares, Valencia y Catalunya, y diferentes organizaciones proponen que se paralicen todos los proyectos, y se lleve a cabo un cambio de modelo energético que reduzca el consumo y haga uso de las energías limpias y renovables.
El último proyecto presentado es el de la empresa Spectrum Geo Limited, que afecta a 14.000 kilómetros cuadrados, desde el Golfo de León al Golfo de Valencia, y rodea todo el archipiélago balear. En buena parte, el nuevo proyecto se superpone a las áreas afectadas por otras propuestas que ya hay en estudio y, prevé realizar prospecciones, a través de cañones de aire comprimido, a tan sólo veinticinco kilómetros de la costa.
El proceso de prospecciones incluye dos fases diferenciadas, una primera fase que se llama de adquisición sísmica y una segunda de perforaciones exploratorias.
La fase de adquisición sísmica se lleva a cabo desde un barco en navegación que arrastra un cañón de aire comprimido, que produce ondas acústicas mediante explosiones, y una serie de hidrófonos que recogen el rebote de estas ondas sonoras en el fondo marino para identificar su composición. Estas explosiones submarinas suelen tener una alta intensidad acústica y se emiten normalmente en los rangos de bajas frecuencias y en intervalos muy cortos mientras el barco está en navegación a muy baja velocidad.
Para hacernos una idea de lo que esto implica, resulta interesante decir que el nivel de intensidad sonora estaría por encima del considerado doloroso en humanos y del que puede producir daños fisiológicos irreversibles en cetáceos.
“La perforación y extracción de combustibles fósiles destruye el subsuelo y sus hábitats, y contamina el mar”
En una segunda fase del proyecto, se realizarían las perforaciones de los pozos de prospección, para lo cual se utiliza una mezcla de minerales y productos químicos. Los residuos sobrantes de la perforación se lanzarían directamente al mar y la mezcla utilizada con las arcillas del fondo formaría un barro oleoso, mortífero para la fauna del fondo. Estos efectos, como se puede comprender fácilmente, también pasaran a los humanos a través de la cadena trófica.
Finalmente, si las investigaciones tienen éxito, se pasará a la fase de operaciones de extracción donde los impactos se multiplicarán ya que la perforación y extracción de combustibles fósiles destruye el subsuelo y sus hábitats, y contamina el mar debido al uso de mezclas sintéticas tóxicas y la producción de residuos altamente contaminados, la mayoría de ellos cancerígenos. No debemos olvidar la grave amenaza de derrame accidental de crudo en el mar, lo que pone en grave peligro zonas de alto interés natural, el turismo y la pesca.
El Ministerio de Industria sigue apoyando a un oligopolio energético que nos conduce al abismo, y por todo ello, la ciudadanía debe decir no, y dar apoyo a las iniciativas de reducción del consumo energético y a las energías renovables.
Autor: Enric Cortiñas, Presidente de la Asociación de Naturalistas de Girona
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