En la última década, el término “sin gluten” se ha convertido en un sinónimo de alimentación saludable. Encuestas recientes en países occidentales muestran que hasta un 25% de la población evita o ha evitado el gluten. Este porcentaje aumenta entre las personas con síndrome de intestino irritable o con otro tipo de molestias digestivas.

Gluten: el chivo expiatorio de una alimentación desequilibrada

Los estudios también muestran que estos síntomas digestivos no mejoran tras retirar el gluten, pero a pesar de ello muchas personas siguen evitándolo, convencidas de que su alimentación es mejor por este motivo. Esto no tendría más importancia si no fuera porque al poner toda la atención en ello, nos olvidamos de cuáles son los verdaderos pilares de una alimentación equilibrada.

El gluten no te puede hacer daño si no eres celíaco (1% de la población) o intolerante confirmado (1-6% de la población). No, el gluten no produce inflamación ni es tóxico para el cerebro, ni tiene ninguna de las demás propiedades maléficas que se le atribuyen sin fundamento científico. Si crees que no lo toleras, acude a tu médico para que te diagnostique adecuadamente y a un nutricionista para que te ayude a equilibrar tu alimentación.

¿Puede mejorar nuestra alimentación si retiramos el gluten?

Depende. Si lo comíamos en forma de pizzas, pasta refinada, pan blanco y bollería, desde luego que puede mejorar. Pero no por el gluten, sino porque sus vehículos eran muy pobres nutricionalmente. Por desgracia, muchas personas sustituyen los productos procesados con gluten por productos procesados “sin”, lo cual es un error, porque estos suelen llevar mezclas de harinas de bajo valor nutricional, numerosos aditivos y a veces incluso endulzantes y grasas de baja calidad.

Con o sin gluten, no dejes de incluir en tu alimentación diaria cereales integrales lo menos procesados y refinados posibles

Si quieres llevar una dieta saludable y por el motivo que sea, sin gluten, lo consecuente es sustituir los productos de trigo, centeno y cebada por cereales sin gluten no refinados, como arroz integral, trigo sarraceno, quínoa, mijo, maíz o amaranto. Está demostrado que un alto consumo de cereales integrales poco o nada procesados se asocia con una menor incidencia de diverticulitis, cáncer de colon, diabetes, obesidad, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.

Esto, junto con una amplia variedad de verduras, frutas, legumbres y frutos secos es lo que constituye una buena alimentación. Las galletas sin gluten, no.

Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra.

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Bio Eco Actual Agosto 2020