Los episodios de contaminación atmosférica que viven este invierno ciudades como Barcelona, Madrid, París, Londres o Pekín ponen en evidencia -un año más- la incapacidad de las sociedades industrializadas de garantizar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Más allá de la incomodidad de no poder ver el azul del cielo durante muchos días -y no precisamente por la formación de niebla natural-, el aire irrespirable de estas y muchas otras grandes urbes afecta gravemente la salud de las personas.
En las dos últimas décadas se han llevado a cabo en todo el mundo decenas de estudios sobre la relación entre calidad del aire y aparición o agravamiento de enfermedades. Los dos ejemplos más cercanos y lacerantes han sido publicados el pasado otoño por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y expertos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
La OMS calcula que unos 3 millones de muertes al año están relacionadas con la exposición a la contaminación de la atmósfera en espacios abiertos (principalmente, ciudades), según el balance publicado el pasado 27 de septiembre en Ginebra (Suiza). Más del 90% de estas muertes prematuras relacionadas con la mala calidad del aire se deben a la aparición de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, neumopatía obstructiva crónica y el cáncer de pulmón. La contaminación del aire también aumenta el riesgo de infecciones respiratorias agudas, recordaba esta entidad de Naciones Unidas.
La doctora Flavia Bustreo, adjunta al director general de la OMS, destaca que “la contaminación del aire sigue haciendo daño a la salud especialmente a los grupos de población más vulnerables: las mujeres, los niños y las personas de edad avanzada”. El informe de la OMS reiteraba una realidad conocida por todos: las principales fuentes de contaminación del aire son los modos ineficientes de transporte (vehículos con motor de gasolina y gasóleo), la quema de combustible en los hogares y la quema de desechos, las centrales eléctricas que usan carbón o hidrocarburos, y las actividades industriales.
Este informe de la OMS presenta también detalles sobre el impacto de la contaminación atmosférica por Estados. Así, los datos indican que en España mueren cada año de forma prematura unas 7.000 personas a causa de las enfermedades relacionadas con la falta de calidad del aire. En concreto, en 2012 -el más reciente con datos oficiales en este estudio publicado en 2016- murieron en España a causa de estos problemas de salud un total de 6.861 personas.
El triste repartir de estas cifras fue el siguiente: 3.134 muertes se debieron a enfermedades cardiovasculares, 1.834 a cáncer de garganta, 1.765 a accidentes cerebrovasculares, 125 a neumonía obstructiva crónica y 3 en enfermedades respiratorias agudas en niños menores de cinco años.
El informe añade que la polución ocasionó el 2012 en España 15 muertes por cada 100.000 habitantes
El informe de la OMS indica que los países con más muertes atribuibles a la contaminación son China (1.032.833 muertes anuales), India (621.138), Rusia (140.851), Pakistán (59.241), Ucrania (54.507), Egipto (45531), Bangladesh (37.449), Turquía (32.668), Japón (30.790), Filipinas (28.696), Vietnam (27.340), Polonia (26.589), Brasil (26.241), Alemania (26.160), República Democrática del Congo ( 23.034), México (16.798) y Reino Unido (16.355).
El 18 de noviembre pasado, la revista especializada Environment International publicaba los resultados de una investigación liderada por científicos de ISGlobal que ayudan a entender el alcance concreto de este problema, con datos recogidos en todo el territorio español entre los años 2009 y 2013. Los resultados ponen de manifiesto que las concentraciones de contaminación atmosférica están asociadas con importantes reducciones en la esperanza de vida.
Así, este estudio epidemiológico indica que un incremento de 5 mg / m3 (5 microgramos por metro cúbico) en la concentración de partículas PM10 (partículas contaminantes de un diámetro menor de 10 micras) da como resultado la pérdida de casi un año de vida a las personas que respiran este aire contaminado. A su vez, un aumento de 2 mg / m3 en la concentración de partículas PM2,5 se relacionó con una reducción de 7 meses de vida.
Para tener idea de los valores mencionados en este estudio se puede recordar, por ejemplo, que los datos oficiales de 2015 de la ciudad de Barcelona indican que en la Plaza Universidad, la media anual de PM10 fue de 31 mg / m3 mientras que en la parte alta de la Diagonal (Zona Universitaria) la media anual fue de 24 mg / m3. Estos incrementos en la concentración de partículas PM10 y PM2.5 estaban asociados con un aumento del riesgo de mortalidad del 5,7% y del 3,7%, respectivamente.
El investigador de ISGlobal Xavier Basagaña destaca que “la asociación entre contaminación atmosférica y mortalidad es una evidencia, por tanto, hacerle frente debería ser una prioridad de salud pública”. Sin llegar al extremo de provocar la muerte, la contaminación atmosférica perjudica seriamente la salud y la calidad de vida de las personas. Vemos dos casos que lo demuestran. En abril de 2015, la revista científica Stroke publicó los resultados de un estudio dirigido por científicos del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston en que se demuestra que la exposición a largo plazo a ambientes con aire contaminado causa daños a las estructuras del cerebro y afecta la función cognitiva en los adultos de mediana edad y ancianos.
De forma paralela, dos artículos publicados el pasado mes de octubre en la revista Fertility and Sterility por el grupo de investigadores Hospital del Mar de Barcelona indicaban que los niveles elevados de contaminantes atmosféricos derivados del tráfico en las grandes ciudades causan un mayor número de abortos y alteran la calidad del esperma.
Documentación:
- http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2016/air-pollution-estimates/en/
- https://www.isglobal.org/es/web/guest/new//asset_publisher/JZ9fGljXnWpI/content/asocian-la-exposicion-a-la-contaminación-atmosferica-con-una-reducción-importante-de-la-esperanza-de-vida-en-espana
Autor: Joaquim Elcacho, Periodista especializado en Medio Ambiente y Ciencia
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