Cristina Massanet nació en Madrid hace 44 años. Es licenciada en economía por la Universidad de Barcelona. Actualmente es la directora de marketing y ventas del Grupo Salud e Imaginación con las marcas ecológicas de alimentación ECO-SALIM en secos y BIONADOLÇ en derivados lácteos.
Es un momento de creciente profesionalización del sector ecológico en España, ¿qué aporta la nueva imagen corporativa de Eco-Salim y Nadolç?
La nueva imagen corporativa es un relanzamiento para la marca. Aprovechando el bagaje que nos dan los 25 años que llevamos en el mercado queremos poner énfasis en transmitir más y mejor nuestra identidad basada en la calidad, la tradición y la cultura ecológica.
Queremos que nuestros clientes y consumidores sepan quiénes somos, qué hacemos y cuáles son nuestros valores. En este sentido, mejorar nuestra visibilidad en el punto de venta es una prioridad. Sabemos que la etiqueta es de vital importancia para nuestros consumidores y por eso queremos reducir su complejidad facilitando la lectura y jerarquizando bien el mensaje: garantía eco, información nutricional, procedencia… etc.
¿Cuáles son vuestros objetivos y motivaciones?
Nuestro objetivo es ser una marca nacional de referencia y ampliar nuestra presencia en el mercado europeo.
En relación a los productos, vamos a ampliar el surtido en productos sin gluten, sin azúcares añadidos y platos preparados. En nuestra división de lácteos apostamos por aumentar la gama de postres vegetales sin lactosa y aptos para veganos. También nos hemos propuesto el desarrollo de envases más sostenibles.
Como empresa, nos motiva especialmente promover una organización más sostenible en relación con el entorno físico y social. Desde colaborar estrechamente con agricultores y ganaderos locales hasta incorporar a nuestro equipo personas con dificultades de inserción laboral.
¿Hacia dónde va el sector ecológico español?
Sabemos que el sector BIO es una tendencia y no una moda: el crecimiento en estos últimos años es incuestionable.
La gran distribución ha irrumpido con fuerza en el mercado y el tejido minorista especializado está en un proceso de transformación. Las grandes cadenas apuestan por ampliar su surtido ecológico e integrarlo en los lineales de convencional. También están incorporando el ecológico en sus marcas de distribución: esto supone una ventaja para el consumidor ya que permite el acceso a un mayor público. Esto acabará comportando una mayor sensibilización hacia estos productos por parte de todo tipo de consumidores. Por otro lado, el mercado se está segmentando, lo que nos indica que también va madurando.
¿Cuál es la diferencia más notable que ves entre el mercado de cosmética bio y el de alimentación?
La relación entre alimentación y salud (o falta de ella) es más estrecha que en la cosmética. “Somos lo que comemos” y cada día comemos varias veces…
Profesionalmente es un mercado mucho más amplio.
¿Consumes ecológico en tu día a día personal? ¿Qué producto es siempre un must bio en casa?
Consumo mucho producto ecológico. En alimentación los cambios en productos básicos lo comencé a realizar hace muchos años; leche, huevos, azúcar de caña, quinoa, arroz, aceite, café… Desde entonces, no paro de incorporar productos bio a la cesta de la compra. También en productos de cosmética o para el hogar.
Mi must bio por excelencia es el pan. Soy muy “panera” y fan del obrador de Veritas, lo controlo mucho para no tener roturas de stock, je, je. Tampoco puede faltar en casa café en grano 100% arábiga: me gusta molerlo en un molinillo de cerámica al momento.
Autor: Oriol Urrutia, Co-Editor
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