Campesinado, territorio, respeto a la tierra y a las personas, respeto a los animales, a los ciclos de la naturaleza, esta es la marca de Cal Valls, la empresa de Vilanova de Bellpuig, pionera en alimentación ecológica, que en 2018 celebró su 40 aniversario.
La historia familiar nos cuenta que el iaio Manuel Valls Sanfeliu, nacido en 1924 y el pequeño de cuatro hermanos, se hizo vegetariano a los 18 años y se interesó por la corriente que sacudía a los espíritus más sensibles de la época, el Naturismo, filosofía y forma de vida basada en el respeto por la Naturaleza. Muy activo, combinó varios oficios entre ellos el de agricultor, con su afición por el ciclismo.
Su hijo es Manuel Valls Felip, nacido en 1945, padre de la actual generación al frente de la empresa, quien desde pequeño cultivó las tierras de la familia y plantó frutales introduciendo técnicas nuevas llegadas de Italia, eran los tiempos de la llamada revolución verde, que llevó el uso de productos químicos a la agricultura. A Manuel esto no le encajaba con lo que había aprendido de su padre, y en 1978 viajó a Francia para nutrirse de la experiencia de los agricultores que hacían Agriculture Biologique, la más tarde llamada agricultura ecológica u orgánica, y al volver la implantó en casa.
El clima severo de la plana de Lleida, así como la falta de mercados cercanos para dar salida a la producción, propiciaron unos inicios difíciles que se superaron con el trabajo de toda la familia y la convicción de estar en el camino correcto. Los primeros productos de Cal Valls fueron conservas de tomate pelado y zumo de manzana natural. La primera prensa y envasadora de zumos la construyó el hermano de Manuel, Josep Valls. El abuelo, también albañil, ampliaba y adecuaba las instalaciones. En 1988 compraron maquinaria para hacer la conserva de tomate que hasta entonces se hacía totalmente a mano.
La certificación pública que distinguía los productos cultivados ecológicamente llegó a España en 1989, con la creación del CRAE (Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica) y las fincas de Manuel Valls fueron las primeras inscritas y Cal Valls la primera empresa elaboradora. Más adelante, la empresa obtendría la certificación internacional Demeter, que certifica la agricultura biodinámica y que permitió vender en los mercados internacionales, primero Alemania, después Francia, Estados-Unidos, Australia, Dinamarca, … La ayuda de la cooperativa alemana Naturata fue esencial y la colaboración con ellos sigue en activo.
En los años 90, Dani, Rubén y María se incorporaron a la empresa y desde entonces han diversificado la producción y dinamizado la comercialización
En los años 90, Dani, Rubén y María se incorporaron a la empresa y desde entonces han diversificado la producción y dinamizado la comercialización, con nuevas instalaciones que se construyeron entre 2008 y 2012 y que han sido un paso adelante para Cal Valls. Daniel Valls ha sido presidente del CCPAE (Consell Català de la Producció Agrària Ecològica) los últimos años y ha liderado el trabajo en favor de la agricultura orgánica, en términos de certificación y también de promoción y lucha para fomentar y proteger las producciones responsables con el medio ambiente.
El equipo humano de Cal Valls lo forman en la actualidad más de 50 personas. Cultivan 70 hectáreas con hortalizas que venden en fresco o en conservas. Zumos de frutas y verduras, mermeladas, conservas y salsas de tomate, aceitunas, legumbres,… hasta 80 productos diferentes, hechos principalmente con su materia prima y de pequeños productores de proximidad. Reutiliza todo el subproducto orgánico que genera y produce el 70% de la electricidad que consume mediante paneles solares.
Autora: Montse Mulé, Redactora
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