Un análisis de la literatura científica muestra que los plaguicidas están ampliamente presentes en los suelos, el agua y el aire y tienen potencial para contaminar los productos ecológicos. Estas vías de contaminación deben tenerse en cuenta cuando se investigan los hallazgos de residuos de plaguicidas.
El uso de plaguicidas sintéticos no está permitido en la producción ecológica. Para luchar contra los casos de fraude, el reglamento ecológico obliga a todos los operadores a lo largo de la cadena alimentaria ecológica a controlar los residuos de plaguicidas en sus productos (UE, 2018/848). La detección de tales residuos provoca una investigación, para encontrar las causas del residuo. El retraso, la mano de obra adicional y los análisis ocasionan costes significativos.
Regularmente se detectan trazas de pesticidas sintéticos en los alimentos ecológicos y una parte importante de estos casos se debe a la contaminación ambiental. Con el fin de comprender las implicaciones de la contaminación ambiental por plaguicidas para la cadena alimentaria ecológica, el Instituto de Investigación de Agricultura Ecológica (FiBL) revisó 92 estudios científicos sobre la contaminación por plaguicidas del medio ambiente y sobre cómo los plaguicidas pueden entrar en la cadena alimentaria desde el medio ambiente.
El 83% de los suelos están contaminados con al menos una sustancia plaguicida
Los cultivos ecológicos corren riesgo de contaminación por plaguicidas
La bibliografía demuestra que los pesticidas están omnipresentes en el medio ambiente. En cuanto a los suelos, un estudio realizado en toda Europa reveló que el 83% de los suelos están contaminados con al menos una sustancia plaguicida. Los suelos gestionados bajo sistemas ecológicos también contienen pesticidas. En cuanto al agua, los arroyos, ríos y lagos europeos contienen trazas de varios pesticidas, los llamados “cócteles”. Por ejemplo, los ríos de tamaño medio de Suiza contienen una media de 40 plaguicidas por muestra. En cuanto al aire, los plaguicidas están presentes con frecuencia en el aire ambiente y en algunos casos están asociados a procesos de transporte a larga distancia.

Los plaguicidas pueden entrar en los cultivos ecológicos a través de múltiples vías procedentes del medio ambiente, por ejemplo la absorción del suelo, el riego, la deposición del aire o la lluvia. Los operadores ecológicos tienen algunas posibilidades de reducir el riesgo de residuos de plaguicidas, pero en algunas situaciones, un cierto nivel de contaminación es técnicamente inevitable. Además, estas medidas tienen un coste y suponen un reto especialmente para los pequeños operadores, ya que requieren conocimientos técnicos muy especializados.
Los operadores ecológicos tienen algunas posibilidades para reducir el riesgo de residuos de plaguicidas
Las investigaciones específicas son adecuadas
¿Qué implican los resultados de esta revisión para la investigación de casos de residuos en alimentos ecológicos? En primer lugar, los hallazgos de residuos en alimentos ecológicos no son necesariamente una prueba de fraude. En segundo lugar, debido a los riesgos de contaminación por plaguicidas procedentes del medio ambiente, el sector ecológico no puede cumplir con una “tolerancia cero” para los residuos de plaguicidas. En tercer lugar, un único valor umbral numérico para todos los residuos de plaguicidas que permita distinguir los casos de fraude de los de contaminación ambiental no es adecuado. Los riesgos de contaminación varían enormemente entre regiones, cultivos y compuestos.
Una investigación caso por caso, en la que se recojan pruebas a favor o en contra de todos los posibles orígenes de los residuos de plaguicidas, ofrecerá respuestas más fiables. Por último, sigue siendo un reto determinar el origen exacto de los residuos y si se deben a un fraude o son técnicamente inevitables.
Fuente: Swiss Agricultural Research
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