Los contribuyentes españoles subvencionan las corridas de toros. En el pasado, en el presente y en el futuro, mientras los ciudadanos españoles no exijan lo contrario o los políticos no se desvinculen del entramado de prebendas y beneficios que envuelve la sinecura taurina.

Distinto es el caso de los fondos procedentes de la Política Agraria Comunitaria (PAC). La inmensa mayoría de los ciudadanos europeos repudia el universo taurino juzgándolo como un espectáculo violento, sangriento y cruel. Los parlamentarios europeos que los representan reclaman que desde las instituciones europeas no se destine ni un céntimo  al sustento de este espectáculo. El dinero procedente de los bolsillos de los contribuyentes europeos no puede acabar financiando una actividad que Europa, en su conjunto, rechaza. Lo contrario sería una estafa.

Su petición tiene tanto sentido común que desde las gradas taurinas nunca se ha desafiado sino que en un retorcido ejercicio de abierto cinismo interpretativo, pretenden demostrar que las subvenciones procedentes de la PAC no financian la actividad taurina.

Negación que, salvo preciadas excepciones, también ha sido jaleada por los dos principales partidos del “turnismo” político nacional. Confabulación que, negando el pecado, evita la penitencia. Ambos estamentos argumentan que la desaparición de la “prima especial al bovino macho” o la vinculación a fines cárnicos o lácteos de la “prima a la vaca nodriza” demuestran que Europa no paga sus tardes de toros.

Falso. La realidad es mucho más compleja que cualquier texto legislativo y ofrece pingües expectativas. Me avengo a admitir que la UE no financia “directamente” las corridas de toros, pero la PAC contempla múltiples formas de financiar una actividad y las “indirectas” son muchas, muy amoldables y, sobre todo, muy jugosas.

Los parlamentarios europeos reclaman que desde las instituciones europeas no se destine ni un céntimo al sustento de este espectáculo

Hay pagos que se calibran en función de la superficie histórica subvencionada, independientes de su uso y condicionados tan sólo a la realización de buenas prácticas medioambientales y que, de hecho, llegan a fincas en las que se crían toros de lidia. Existen además ayudas para el mantenimiento de los terrenos en buenas condiciones agrícolas y medioambientales, otra oportunidad para que el entramado taurino acceda a más dinero de la UE. Además las fincas son de carácter multifuncional.

El ganado de lidia es parte de una unidad económica y ecológica compleja constituida por muchos factores agregados, cada uno de los cuales puede estar sujeto a subvención (otro tipo de ganado, masa arbórea, mantenimiento o mejora de infraestructuras, usos alternativos del suelo, sostenibilidad ecológica….) que, en definitiva, termina contribuyendo a la viabilidad de la finca en su conjunto, incluida la cría de ganado de lidia.

O la Unión Europea vincula la percepción de ayudas de la CAP a la renuncia a la cría de ganado destinado a las corridas de toros o, mal que le pese, seguirá contribuyendo a su continuidad.

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Autor: Alberto Díez, director de ANDA

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Bio Eco Actual Diciembre 2014

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