EFE Verde 27/07/2015
Los efectos de los retardantes de llama en los ecosistemas quemados persisten a los diez años.

Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC),  publicado en la revista especializada Science of The Total Environment, demuestra que los efectos de los retardantes de llama en los ecosistemas quemados persisten a los diez años.

(Imagen: Dos helicópteros participan en los trabajos de extinción de un fuego forestal)

En 2002 el grupo de grupo Bioquímica y Calidad de Suelos del CSIC diseñó una investigación para estudiar a corto, medio y largo plazo los efectos de los retardantes de llama tanto en el suelo como en los nutrientes de las plantas y en la regeneración y crecimiento del matorral y pinos en una zona de Galicia.

Los resultados revelan que el efecto del polifosfato amónico, agente espumante y polímero de acrilamida, se mantiene a largo plazo, influyendo en parámetros como la calidad y fertilidad del suelo o el contenido en minerales de especies vegetales entre las que figuran determinados tipos de tojos, pinos y brezos

“Sabíamos que los incendios forestales tienen efectos sobre las características físico químicas del suelo, la materia orgánica y los nutrientes, los microorganismos y la vegetación, pero, a raíz del empleo frecuente de los retardantes en la extinción, se hizo necesario conocer con el mayor detalle posible y a diferentes intervalos de tiempo su toxicidad e impacto ecológico”, explica Serafín González, investigador del CSIC.

En 2006 y 2008 se publicaron los primeros resultados acerca del impacto de los retardantes de llama a corto plazo, es decir, entre un día y un año después de su aplicación.

En este estudio se observó que los efectos del espumante y del polímero de acrilamida no eran muy relevantes en la disponibilidad de nutrientes del suelo, algo que sí pasaba con el polifosfato amónico, producto que aumentaba la concentración de fósforo y amonio hasta niveles tóxicos para la germinación de las plantas.

“El espumante seguía siendo cinco años después de su aplicación el retardante de llama que menos impacto tenía en el suelo y la vegetación. El polímero de acrilamida provocaba una mayor mortandad en pinos y el uso del polifosfato amónico tenía efectos fertilizantes en el suelo y negativos sobre las especies de matorral”, apunta González.

En base a estos resultados y ante la creciente incorporación de agentes extintores y redardantes de llama en las tecnologías de combate de los incendios forestales, los científicos del CSIC sugieren tener bien presente que estos compuestos tienen “repercusiones persistentes” sobre los suelos y la vegetación.

Fuente: EFE Verde – www.efeverde.com