Rociar un carcinógeno probable en los cultivos de alimentos para matarlos para que puedan ser cosechados antes -suena ridículo- pero está sucediendo en todo el Reino Unido en el trigo con el que se hace el pan, harina y otras cosas como galletas.

(Imagen: Campaña de Soil Association para eliminar el glifosato del pan inglés. Firma la petición AQUÍ.)

La cosa se pone peor. El herbicida en cuestión, el glifosato, fue clasificado recientemente por IARC (Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer) de la Organización Mundial de la Salud, como un probable carcinógeno para los seres humanos, y el análisis de nuevos datos muestra que está apareciendo cada vez con más frecuencia en nuestro pan. Es el herbicida más vendido del mundo -lo podeis conocer como el ingrediente activo en Roundup- utilizado en la agricultura, en lugares públicos como parques, calles y escuelas, y también por la gente en sus jardines privados.

Las cifras analizadas por la Soil Association a partir de datos del gobierno muestran que el uso del glifosato en la agricultura del Reino Unido ha aumentado en un 400% en los últimos 20 años, y es uno de los tres pesticidas que se encuentran regularmente en las pruebas de rutina del pan británico – que aparece en hasta un 30% de las muestras analizadas por el comité Defra sobre residuos de plaguicidas en los alimentos (PRIF). Mientras tanto, un estudio europeo reciente sobre los habitantes de ciudad, encontró que en el Reino Unido, 7 de cada 10 personas tenían trazas de glifosato en la orina.

La industria alimentaria afirma que el nivel de glifosato en los alimentos no representa ningún peligro para el público británico pero, los hallazgos de la OMS y el cóctel químico que a menudo se encuentra en el pan que se vende en el Reino Unido, lo  pone seriamente en duda.

A diferencia de otras críticas, el estudio de IARC observó lo que los agricultores están utilizando realmente. Los agricultores nunca utilizan el glifosato solo – utilizan una mezcla como Roundup porque son necesarios otros productos químicos para hacer que el herbicida se adhiera a la cosecha. Productos como el Roundup se  rocían sobre el trigo del Reino Unido como un herbicida pre-cosecha y para matar cualquier parte de la cosecha que no haya madurado de manera uniforme para que las cosechadoras puedan moverse más rápidamente y cubrir más terreno durante la cosecha.

Roundup puede ser 1000 veces más tóxico que el glifosato en sí.

En la investigación de la IARC se han incluido datos sobre el impacto de los productos herbicidas de glifosato disponibles en el mercado, como el Roundup, para determinar  que es “probablemente cancerígeno para los seres humanos”. Las normas reguladoras de pesticidas en Europa y en otros lugares sólo contemplan los datos científicos sobre el glifosato por sí solo.

A menos que la gente esté comiendo alimentos orgánicos exclusivamente, es casi imposible evitar la ingestión de este producto químico potencialmente peligroso. Sin embargo, los agricultores podrían elegir fácil y responsablemente no usar glifosato para rociar los cultivos de trigo antes de la cosecha. Esta es la razón por la que la Soil Association pide el fin inmediato de la utilización de estos rociadores sobre el trigo destinado a hacer pan.

La cantidad de glifosato en el pan se encuentra muy por debajo del nivel considerado peligroso por la UE, pero este nivel no se ha revisado desde el juicio de la OMS de  “probable carcinógeno” – esta conclusión puede significar que no hay un nivel seguro. Además, los niveles aceptados para los residuos de glifosato han sido siempre motivo de controversia – si el glifosato es un disruptor endocrino, como algunos científicos sugieren, no existe un nivel inferior seguro para el consumo humano.

La Soil Association celebró una conferencia científica sobre esto en Westminster el pasado 22 de Julio- el panel incluía al profesor Christopher Portier, uno de los co-autores del informe de la IARC, el Dr. Robin Mesnage del Departamento de Genética Médica y Molecular en el Kings College de Londres, y Claire Robinson, editora de GMWatch.org.

La industria química ha acusado a la OMS de clasificar glifosato como un probable carcinógeno junto con cosas como el café y el tocino. Esto no es correcto por dos razones -en primer lugar, la IARC tiene un número de categorías para la clasificación- el café aparece en la categoría 2B, “posible carcinógeno”, es decir, hay evidencia limitada en los seres humanos y menos que pruebas suficientes en animales.

El glifosato se encuentra en la categoría 2A -la misma categoría que el virus del papiloma humano tipo 68, los compuestos inorgánicos de plomo y el líquido de lavado en seco: existe evidencia limitada en los seres humanos y evidencias suficientes en animales; existe una fuerte evidencia suficiente para concluir que es probable carcinógeno para los seres humanos. En segundo lugar, las personas pueden optar por no beber café o cocinar de una manera que signifique que es seguro para comer –la elección está fuera de su alcance cuando se trata de glifosato. Un experto en nuestra conferencia científica señaló que el glifosato está literalmente en todas partes en nuestra cadena alimentaria -a través de nuestra agua y alimentos- no hay escapatoria.

Fuera del Reino Unido, la reacción al informe de la OMS IARC ha sido espectacular. Algunos minoristas en Suiza y Alemania han retirado los productos de glifosato y Francia se ha comprometido a hacerlo en 2018. Mientras tanto, los Estados alemanes están pidiendo una prohibición en toda la UE, y la Autoridad Danesa de Trabajo del Medio Ambiente lo ha declarado como cancerígeno. El Salvador y Sri Lanka lo han prohibido, y el gobierno colombiano ha prohibido la fumigación aérea de los cultivos de coca.

La temporada de fumigación de glifosato comienza ahora, y en interés de la salud humana y la calidad del pan británico, los fabricantes de pan y supermercados tienen que llamar a un cese inmediato de las fumigaciones antes de que comience. No podemos confiar en las regulaciones para proteger nuestra salud; la batalla la ganarán los consumidores si insisten en que su comida no contenga glifosato.

Firma la petición de Soil Association para decir a los principales supermercados y fabricantes de pan, incluyendo Hovis, Warburtons y Allied Bakery, que no queremos glifosato en nuestro pan. www.soilassociation.org/notinourbread

Autora: Natasha Collins-Daniel, activista de la Soil Assotiation
Traducción: Montse Mulé – Bio Eco Actual