El pasado mes de Septiembre, más de 100.000 personas se manifestaron por las calles de Madrid clamando por la abolición del torneo del toro de la vega, el cual cada año tiene lugar en la localidad vallisoletana de Tordesillas.

Animales y tradiciones ¿Fiesta y cultura o barbarie y anacronismo?

En la actualidad, esta tradición de origen medieval se ha convertido en un acto controvertido que genera un gran rechazo social, sin embargo, esta celebración es solamente el ejemplo más mediático. El caso de Tordesillas no es una anomalía, en nuestra geografía hay muchísimos casos asimilables.

Cada verano, a lo largo y ancho de la geografía ibérica, más de 60.000 animales son maltratados en fiestas de raíz tradicional. Caballos, cabras, pavos, burros, ponis, cerdos, palomas, patos, gallinas, ardillas y un largo etcétera de especies, son víctimas de celebraciones en nombre de la cultura popular. La peor parte se la llevan los bóvidos y en la mayoría de los casos, los animales son torturados hasta morir. Lo que para algunos es motivo de orgullo, para otros es simplemente incalificable.

Dado que con exactitud científica ya nadie puede negar el sufrimiento que padecen los animales, no faltarían motivaciones éticas para dejar que este tipo de tradiciones permanecieran en el pasado.

Tordesillas es una villa noble situada en un enclave privilegiado en las orillas del Duero. En ella se firmó en 1694 uno de los tratados más importantes de la Historia, a partir del cual las Coronas Hispánica y Portuguesa acordaron el reparto de tierras del Nuevo Mundo y en ella también, Juana I de Castilla, conocida como Juana la Loca, fue recluida en 1509, permaneciendo allí hasta su muerte en 1555.

A pesar de haber acogido estos acontecimientos tan destacados, a día de hoy, esta villa castellana deviene noticia en todo el mundo porqué en pleno siglo XXI todavía celebra un torneo a pie y a caballo en el que un toro es perseguido, asediado y lanceado hasta darle muerte, con el regocijo y jactancia de aquellos que participan en él. Este año, el toro elegido se llamaba Rompesuelas y su matanza generó un gran debate en las redes sociales y medios de comunicación.

Gladiadores por la Paz es un grupo de activistas por los Derechos de los Animales que cada año pacíficamente intenta impedir la tortura organizando concentraciones en las localidades donde este tipo de celebraciones tienen lugar. Tordesillas es una cita ineludible, pero no la única. Otro punto negro en la geografía ibérica es Algemesí, una localidad levantina que debería ser muy conocida por su originalidad en la tradición de La Muixeranga, una festividad sin crueldad que configura una de las expresiones antropológicas más coloridas y curiosas del Mediterráneo, pero, como Tordesillas, también está deviniendo famosa por la brutalidad de sus becerradas, en las cuales bovinos de muy corta edad son literalmente apuñalados delante de una multitud en la que no faltan menores. Estos animales agonizan mientras son ridiculizados entre música y risas.

Y la lista no se termina… pues son cientos las localidades: Coria, Medinacelli… Manganeses de la Polvorosa, quizá el pueblo más freak de España por lanzar una cabra desde lo alto del campanario… una tradición que afortunadamente ya ha sido prohibida.

Autora: Helena Escoda Casas, Activista por los derechos de los Animales

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