Observatiorio OGM 03/01/2017
Agencia pública francesa halla importantes conflictos de interés en investigaciones sobre transgénicos.

No lo dice ninguna asociación opuesta a los transgénicos: un estudio realizado por investigadores del instituto público de investigación agronómica francés concluye que “un 40% de las publicaciones estudiadas presentan un conflicto de interés financiero“.

Los investigadores del instituto se han interesado por estudios “científicos” que investigan la eficacia o durabilidad de las plantas transgénicas Bt, modificadas genéticamente para producir un insecticida. No es la primera vez que se publica un estudio de este tipo. Si quieres más información sobre las dificultades que tienen los investigadores independientes de la industria para investigar sobre OMG, puedes encontrarla aquí.

Cristophe Noisette, Inf’OGM, 19/12/2016

No lo dice ninguna asociación o sindicato opuesta a los transgénicos: un estudio realizado por investigadores del instituto público de investigación agronómica francés (Inra) concluye que “un 40% de las publicaciones estudiadas presentan un conflicto de interés financiero“. Los investigadores del instituto se han interesado por estudios “científicos” que investigan la eficacia o durabilidad de las plantas transgénicas Bt, modificadas genéticamente para producir un insecticida.

Han analizado en detalle 672 artículos publicados entre 1991 y 2015 en revistas científicas revisadas por pares1. Los estudios seleccionados tratan “sobre la eficacia o la durabilidad – es decir la duración de esta eficacia en el tiempo – de plantas transgénicas Bt que producen proteínas tóxicas para los insectos que las infestan” y más específicamente los maíces MON810 y MON1076 de Monsanto, Bt11 de Syngenta y 59122 de Dow Agrosciences y DuPont Pioneer. Los investigadores han querido saber en qué medida estas empresas han tenido influencia sobre la literatura científica.

El artículo publicado en la revista PlosOne2 el 16 de diciembre de 2016 es preciso, claro e inapelable: “el 40% de las publicaciones presentan un conflicto de interés económico dado que los estudios presentados en estas publicaciones han sido llevados a cabo o financiados total o parcialmente por las industrias biotecnológicas que desarrollan y comercializan estas plantas“. Este resultado ofrece una cifra a medio camino entre las obtenidas por otros dos estudios: el realizado por Sánchez (25,8%)y el realizado por Diels (47%)4.

Los investigadores han entendido como conflicto de interés “un conjunto de circunstancias que crean un riesgo de que el juicio profesional o las acciones referentes al interés principal se vean indebidamente influidas por un interés secundario5. Más concretamente, esto implica que alguno de los autores forma parte de una empresa que comercializa plantas modificadas genéticamente (PGM) o que los estudios están financiados por estas empresas.

¿Influyen los conflictos de interés a los investigadores?

En primer lugar y de forma poco sorprendente, los autores del artículo demuestran que entre “las publicaciones que presentan un conflicto de interés es más frecuente que se alcancen conclusiones favorables a los intereses de las industrias semilleras (+50%) que en aquellas sin conflicto de interés“. Este resultado – correlación entre un conflicto de interés y una conclusión favorable al objeto estudiado – ya había sido obtenido por el estudio de Diels et al.
También demuestran que en función de la presencia o no de un conflicto de interés el estudio se interesa más por la eficacia de la planta transgénica que por su durabilidad. Escriben: “Los estudios que presentan un CDI [= conflicto de interés] estudian la eficacia un 70% más frecuentemente que los estudios sin CDI. Por otra parte, los resultados eran un 104% más susceptibles de ser favorables en los artículos sobre la eficacia que en los artículos sobre durabilidad“.

Más sorprendente es que los investigadores hayan sido capaces de determinar que “esta tendencia general se verifica a escala del investigador: las conclusiones de las publicaciones de un mismo investigador sobre el mismo tema son de media más frecuentemente favorables a los intereses de las empresas biotecnológicas en las publicaciones que presentan un conflicto de interés“.

Los análisis llevados a cabo no permiten sin embargo determinar si los conflictos de interés económicos son la principal causa de conclusiones favorables a los intereses de las empresas biotecnológicas. “Aunque el efecto causal de los conflictos de interés sobre las conclusiones ded las publicaciones científicas se ha demostrado en otros campos (tabaco, energía, farmacología), no puede descartarse que exista otro factor desconocido que sea la causa a la vez de los conflictos de interés y de las conclusiones más a menudo favorables de las publicaciones relacionadas con las plantas transgénicas” añade la nota de prensa del Inra

Impuestos a las empresas para la investigación independiente

Los autores consideran que su estudio presenta otras limitaciones. En primer lugar, sólo han tenido en cuenta los estudios que observan la eficacia o durabilidad de las plantas transgénicas Bt. Sánchez y Diels, que se concentraron en los estudios referentes a impactos sobre la salud, obtuvieron, como hemos dicho, resultados similares. En segundo lugar, han utilizado como determinación de la afiliación del autor únicamente la dirección electrónica de estos autores. Sin embargo, señalan, “los autores pueden tener otro tipo de afiliación, ser miembros de comités de asesores, trabajar como consultores o ser co-propietarios de patentes, lo que podría tener también un impacto significativo en los resultados de estudios sobre OMG“.

En tercer lugar, sólo han considerado “los vínculos entre los autores y las empresas que comercializan OMG. Otras partes implicadas (por ejemplo Greenpeace, The Non-GMO Project, The Organic Consumers Association, The Network of European GMO-free Regions) (…) se posicionan abiertamente en contra de la utilización de cultivos modificados genéticamente. Podríamos por tanto esperar que hubiera una relación inversa entre los resultados de estudios sobre cultivos modificados genéticamente y la presencia de CDi relativos a estas organizaciones. No hemos podido analizar esta hipótesis porque no hemos identificado intereses financieros de este tipo“. Finalmente, el cuarto límite identificado por los autores “este estudio considera únicamente los CDI económicos. Se sabe que existen también CDI no económicos, conocidos como CDI intrínsecos o intelectuales – razones personales, políticas, académicas, ideológicas o religiosas – que podrían tener también un impacto significativo sobre los resultados de la investigación“.

Otro resultado de este estudio: la notoria falta de transparencia. Los autores subrayan que “sólo en torno a un 7% (…) de los artículos [es decir, 46] contenían una declaración de CDI, pero casi una quinta parte (…) de los 672 [es decir, 141] artículos tenía al menos un autor de una empresa comercializadora de cultivos modificados genéticamente“.

Los investigadores proponen “poner en marcha un fondo de investigación que, estando económicamente dotado por las industrias interesadas, sea independiente a la hora de elegir qué estudios financiar“. Este fondo quizá podría permitir que se evitaran muchas de estos conflictos de interés, y de esta forma restaurar la imagen un tanto empañada de la ciencia.

1. Los autores habían seleccionado 1227 estudios, pero descartaron buena parte por distintas razones descritas en el artículo.

2. Guillemaud T., Lombaert E., Bourguet D. (2016), “Conflicts of Interest in GM Bt Crop Efficacy and Durability Studies”, PLoS ONE 11(12) : e0167777. doi:10.1371/journal.pone.0167777

3. Sanchez MA. Conflict of interests and evidence base for GM crops food/feed safety research. Nat Biotech. 2015 ; 33 : 135–137.

4. Diels J, Cunha M, Manaia C, Sabugosa-Madeira B, Silva M. Association of financial or professional conflict of interest to research outcomes on health risks or nutritional assessment studies of genetically modified products. Food Policy. 2011 ; 36 : 197–203

5. Field M.J., Lo B., “Conflict of interest in medical research, education, and practice”, National Academies Press, 2009 

6. http://presse.inra.fr//Ressources/Communiques-de-presse/Conflits-d-interet-et-publications-sur-le-sujet-des-plantes-OGM-Bt

Fuente: Inf’OGM – www.infogm.org
Traducción: Observatorio OGM – Ecologistas en Acción