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La cosmética ecológica o BIO ha aplicado la tradición y los conocimientos de la naturaleza para ofrecer productos respetuosos con nuestro cuerpo y con el medio.

En el caso de los desodorantes BIO es habitual encontrar bicarbonato (baking soda) que actúa como bactericida y elimina los olores poco agradables, el almidón de trigo (cornstarch), la cera de abejas (beeswax) y el aceite de coco como base, que además es antibacteriano e hidrata. Los aceites esenciales de limón, lavanda o árbol de té, sirven para añadir aroma pero también para actuar contra la aparición de bacterias.

Si utilizamos desodorantes que contengan estos ingredientes estaremos haciéndole un favor a nuestro cuerpo y cuidando el planeta.

Ingredientes a evitar en desodorantes

Entre los ingredientes más peligrosos encontramos el aluminio en sus diferentes variantes (Aluminium Chloride, Aluminium Chlorhydrate, Aluminum Chlorohydrex, Aluminum Chlorohydrex PG, Aluminum Fluoride, Aluminum Sesquichlorohydrate …) Este ingrediente, utilizado como antitranspirante, tapona las glándulas sudoríparas impidiendo que el cuerpo sude, que es una forma natural de regular la temperatura corporal y de eliminar sustancias que el cuerpo ya no necesita. Y es que impedir el sudor es una auténtica barbaridad para nuestro bienestar. Aun así, existen compuestos naturales de aluminio como las arcillas o la piedra de alum que no tienen ningún efecto nocivo y pueden ser utilizados sin problemas.

Otro de los ingredientes poco recomendables es el triclosán, usado por sus propiedades antibacterianas. Los parabenos (methylparaben, Ethylparaben, Butylparaben, propylparaben) tampoco nos aportan ningún beneficio, y por suerte cada vez más se están eliminando de las formulaciones pero se están sustituyendo por Phenoxyethanol, también con efectos nocivos. Tampoco podemos olvidar otros conservantes que aparecen en la etiqueta combinados con las palabras chloro, bromo o iodo.

Los Ftalatos, que actúan como perfume, y otros derivados del petróleo (PEG, PPG, Polyehtylene, Ceteareth, Ceteth, Hydroxypropyl o otros ingredientes acabados con «eth» – son también muy habituales pero poco recomendables.

Hay evidencias de que todos estos ingredientes pueden acabar provocando cáncer, especialmente de mama, problemas respiratorios, hormonales y endocrinos, alergias, dermatitis e irritaciones cutáneas o afectaciones al sistema reproductivo, entre otros efectos nocivos. Unos efectos negativos que en muchos casos también acaban afectando al medio ambiente, especialmente al medio acuático que es donde van a parar casi todos los residuos.

Autora: Olga Casabayó, Gerente de Mentabio – www.mentabio.com
Bio Eco Actual Mayo 2017