Es claro que hoy en día estar enganchado al azúcar es cada vez más frecuente. No es casual que utilice la palabra “mono” en el título del artículo, ya que el azúcar realmente crea dependencia.

Como superar el mono del azúcar

Es fisiológico que nuestros niveles de glucosa en sangre tengan oscilaciones suaves; sin embargo cuando introducimos un hidrato de carbono de absorción muy rápida como el azúcar, se produce una subida muy grande de glucosa en sangre, seguida por una bajada de la misma intensidad que vuelve a reclamar un hidrato rápido, llevándonos a esta rueda sin fin que nos pide más y más, que agota nuestro cuerpo y nuestra vitalidad, y que todos hemos experimentado con mayor o menor frecuencia.

Para desengancharnos de esta necesidad de azúcar (que no es fácil) podemos usar las siguientes estrategias:

Tomar de forma habitual hidratos de carbono complejos o de absorción lenta. Los encontramos en los cereales integrales (el arroz integral, el mijo, la quinoa, la avena, la cebada, el trigo sarraceno, etc.), las legumbres, y la verdura. Evitar el azúcar (¡obvio!) y otros hidratos rápidos (como los productos refinados, o los zumos de frutas; si tomamos fruta mejor tomarla con piel, masticada y biológica). Y además introducir de forma habitual el sabor dulce natural que encontramos en verduras como las zanahorias, calabazas, cebollas o chirivías cocinadas.

Desde la perspectiva energética un exceso de alimentos yang extremos (como la proteína animal -carne, huevos, quesos, pescado-, o la sal y productos salados) aumenta la apetencia de alimentos yin extremos (como el azúcar), así que resulta evidente que disminuir los primeros ayudará en este proceso de deshabituación.

Evitar comer de más, aunque sea equilibrado y biológico, ya que el exceso de comida produce fatiga y aletargamiento; esto hace que nuestro cuerpo pida algún estimulante, como el  azúcar. En el mismo orden, saltarse las comidas o esperar demasiado a comer tampoco es recomendable; nos aboca a que cuando por fin llega el momento pillemos lo primero que encontramos, muchas veces algo que lleva azúcar.

Evitar cenas copiosas y tardías que nos despiertan cansados y fatigados con lo que nuestro cuerpo pide un estimulante- el café, el azúcar o ambos- para empezar el día. Mucho mejor cenas ligeras que nos permiten descansar mejor y levantarnos con más energía natural.

Y para terminar, 20-30 minutos al día de algún ejercicio que resulte placentero (caminar, bici, trote suave) ayudará también a mejorar los niveles de glucosa en sangre.

Autora: Dra. Eva T. López Madurga. Médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Consultora de Nutrición, Macrobiótica y Salud Integral www.doctoraevalopez.com

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