“No dejamos de hacer ejercicio porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de hacer ejercicio”. La frase es de Kenet Cooper, el médico que “inventó” el aerobic, allá por los años 70.
Ya por aquel entonces Cooper se mostraba preocupado por los problemas de salud asociados al creciente sedentarismo, y por el modo de mantener una buena forma física en una población cada vez más longeva.
Su preocupación iba bien encaminada. En la actualidad, por muchos motivos derivados de nuestra forma de vida -entre los que destacan la inactividad física, la mala alimentación y el estrés-, las enfermedades reumáticas tienen una alta incidencia, y por ello les dedicamos el artículo central de nuestro número de invierno.
Cuando el movimiento implica dolor, toda nuestra perspectiva vital cambia
Acciones que antes realizábamos sin pensar, a diario, pasan a ser conscientes y molestas, e intentamos evitarlas. Error, ya que con la falta de movimiento, articulaciones y músculos tienden a atrofiarse. A esto se une un abuso en el uso de medicación antinflamatoria, que no hace más que enmascarar los síntomas sin tratar la enfermedad, causando en muchos casos adicciones y otras complicaciones de salud.
Desde la nutrición consciente, la fitoterapia y los aceites esenciales, se pueden dar otras respuestas que nos permitan movernos y vivir sin dolor.
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Autora: Ruth Alday. Directora de Vida Natural
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