Los herbicidas que contienen glifosato podrían tener efectos negativos para la salud incluso en pequeñas dosis, en concentraciones inferiores a las que hasta ahora se consideran ‘seguras’ en las normas internacionales de utilización de este tipo de productos. Esta es una de las conclusiones de los estudios preliminares sobre efectos del glifosato publicados este verano en la revista científica Environmental Health.

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Uso masivo del herbicida

Los autores de los tres artículos publicados de forma simultánea sobre la seguridad de este herbicida indican que los resultados de estas investigaciones muestran que deberíamos estar seriamente preocupados por la utilización masiva de productos que contienen glifosato.

Desafortunadamente, se debe recordar que el pasado 27 de noviembre la Unión Europea decidió -en medio de una fuerte polémica – renovar por cinco años la comercialización de herbicidas basados en el glifosato. Pese a las advertencias de diversos organismos internacionales y la exigencia del principio de precaución por parte de las organizaciones ecologistas, los líderes políticos europeos -apoyados por algunos de sus técnicos- han decidido dar más tiempo a las empresas químicas afectadas.

Trayectoria del glifosato

El glifosato es desde hace varias décadas el herbicida más utilizado en todo el mundo. El descubrimiento en 1970 de este compuesto organofosforado le valió varias medallas al químico estadounidense John E. Franz y ganancias multimillonarias a la empresa para la que trabajaba, Monsanto. Esta multinacional agroquímica comercializó los primeros productos con glifosato bajo la marca Roundup y disfrutó de los derechos en exclusiva de esta patente hasta el año 2000. Teóricamente, entre 1970 y 1974 -cuando se inició la venta de productos con glifosato- se llevaron a cabo estudios científicos para garantizar la seguridad de esta substancia y se establecieron los niveles de seguridad para la exposición en diversos grupos de población.

El riesgo de cáncer a largo plazo por la exposición a pequeñas cantidades de glifosato es muy preocupante

A partir de 1974 y durante cuatro décadas, el uso del glifosato se extendió en todo el mundo sin que las autoridades sanitarias ni los científicos pusieran demasiada atención a las primeras advertencias sobre los posibles efectos sobre la salud humana y el medio ambiente.

El 20 de marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC, dependiente de la Organización Mundial de la Salud) decidió incorporar el glifosato a la lista de substancias probablemente carcinógenas para humanos (grupo de substancias 2A de la IARC). Esta fue la primera decisión de ámbito global que puso en alerta sobre los riesgos potenciales del glifosato. Durante los últimos tres años se han multiplicado los estudios sobre este compuesto y decenas de administraciones locales y estatales han adoptado medidas para prohibir o limitar el uso del glifosato a la espera de resultados concluyentes.

Nuevos datos publicados

Los estudios que ahora se publican en la revista Environmental Health aportan nuevos datos en este misma línea de preocupación. Entre las conclusiones alcanzadas en los nuevos estudios -llevados a cabo con animales en laboratorio- destacan los efectos negativos que parecen tener las bajas dosis de glifosato en el desarrollo sexual (disrupción endocrina), la expresión genética y la supervivencia de las bacterias beneficiosas del intestino.

Uno de los autores del principal estudio ahora publicado, Daniele Mandrioli, del Instituto Ramazzini en Bolonia (Italia), ha explicado que se habían detectado efectos significativos y potencialmente perjudiciales del glifosato en las bacterias intestinales de las crías de rata nacidas de madres que parecían no haber sido afectadas ellas mismas por el glifosato.

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Otro de los investigadores implicados en los nuevos estudios, el profesor Philip J. Landrigan, de la Escuela de Medicina Icahn de Nueva York, destaca que los resultados negativos de este tipo de pruebas con glifosato a niveles teóricamente seguros deberían estudiarse más a fondo porque podría estar dañando la salud de las personas.

Riesgo de cáncer

El riesgo de cáncer a largo plazo por la exposición a pequeñas cantidades de glifosato es muy preocupante porque la substancia se está utilizando desde hace tres décadas, en grandes cantidades, en prácticamente todo el mundo, indicó el profesor Landrigan. Representantes de Monsanto, la firma adquirida recientemente por Bayer por unos 60.000 millones de dólares, han tratado de contestar y menospreciar los resultados de estos estudios asegurando que están liderados por investigadores y organizaciones contrarias a las industrias químicas y financiadas con subscripciones populares que aprovechan la preocupación de algunos ciudadanos.

Los resultados de los estudios publicados en Environmental Health, por el contrario, muestran que los productos herbicidas fabricados a base de glifosato, incluso a dosis consideradas seguras y durante un tiempo de exposición relativamente corto, “pueden alterar ciertos parámetros biológicos importantes, marcadores principalmente relacionados con el desarrollo sexual, genotoxicidad y alteración del microbioma intestinal”. En particular, los resultados mostraron una alteración en algunos parámetros de desarrollo sexual en ratas hembra, indican los autores.

Algunas formulaciones son hasta 1.000 veces más tóxicas que la substancia en estado puro

Más resultados preocupantes

En un estudio científico paralelo publicado el mes de marzo en la revista Frontiers in Public Health, los profesores Robin Mesnage y Michael Antoniou, del King’s College London, exponían que la actual reglamentación sobre insecticidas y herbicidas de uso común debería ser modificada para proteger a las personas y el medio ambiente de los daños potenciales que pueden producir componentes que actualmente no están sujetos a evaluaciones de seguridad.

Los investigadores centraron su estudio en los herbicidas a base de glifosato, señalando que existen tanta variedad de productos comerciales con glifosato y adyuvantes (compuestos que se añaden a la substancia base) que una prueba de seguridad de un producto comercial concreto no prueba que otros productos similares sean seguros.

Los estudios que comparan la toxicidad de las formulaciones comercializadas que contienen glifosato parecen indicar que algunas formulaciones son hasta 1.000 veces más tóxicas que la substancia en estado puro y se puede pensar que los adyuvantes son responsables de este efecto tóxico adicional, apuntaba Robin Mesnage.

Autor: Joaquim Elcacho, Periodista especializado en Medio Ambiente y Ciencia

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