Es urgente transformar el sistema alimentario para no sobrepasar la capacidad de carga de la Tierra, y los supermercados son socios importantes si queremos cambiar nuestro sistema alimentario en la dirección de la sostenibilidad. Tienen la responsabilidad de minimizar el impacto negativo de sus acciones sobre el medio ambiente, por ejemplo con el diseño de la gama de productos y las políticas de compras.

sostenibilidad supermercados
©Bio Eco Actual

Un estudio de FiBL Suiza encargado por la Agencia Federal Alemana de Medio Ambiente (UBA) demuestra que los supermercados no han aprovechado hasta ahora suficientemente su margen de actuación para hacer el sistema alimentario más respetuoso con el medio ambiente. El estudio evalúa y compara el comportamiento medioambiental de las ocho empresas con mayor volumen de negocio del sector minorista alimentario en Alemania (Aldi Nord, Aldi Süd, Edeka, Kaufland, Lidl, Netto Markendiscount, Penny, Rewe), y revela que hasta ahora no han aprovechado su margen de maniobra para lograr una sostenibilidad real.

Especialmente en los ámbitos de la gama de productos, el diseño y la sensibilización de los consumidores, las empresas no utilizan su margen de actuación en absoluto o lo hacen de forma insuficiente. La publicidad de productos respetuosos con el medio ambiente está proporcionalmente infrarrepresentada en todos los supermercados encuestados. En los folletos semanales, los alimentos certificados con etiquetas de sostenibilidad representan algo menos del 7% de los productos alimenticios anunciados.

Por otro lado, los supermercados están haciendo esfuerzos en áreas individuales para reducir su impacto medioambiental negativo. Las empresas obtienen una puntuación bastante buena en la información sobre objetivos medioambientales, así como en la mejora de la eficiencia energética en las tiendas y las instalaciones de producción. También puntúan bien en campañas medioambientales y medidas de concienciación, así como en el establecimiento de objetivos climáticos basados en la ciencia o de objetivos de cadenas de suministro libres de deforestación. Otros ejemplos positivos son las acciones y campañas para reducir el desperdicio de alimentos, especialmente en el ámbito de las frutas y verduras; la gran oferta de alimentos ecológicos (el 62% de las ventas de alimentos ecológicos se realizan en el comercio minorista de alimentación convencional) y numerosos proyectos piloto sobre protección del clima y el medio ambiente, como la presentación de los costes medioambientales en los precios de venta y la creciente oferta de productos alternativos de origen vegetal.

Para el estudio, FiBL desarrolló una herramienta de evaluación con base científica que consta de 22 campos de actuación, 43 indicadores y 112 subindicadores, que estarán disponibles en el futuro para una comparación periódica del comportamiento medioambiental de las empresas alimentarias.

Publicado originalmente en la revista alemana Ökologie & Landbau

Autores: Olivia Keller, Philipp Oggiano & Christian Schader, del Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica (FiBL)

Publicado en BIOFACH & VIVANESS 2023 Bio Eco Actual Special Edition.

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