Cada vez son más los consumidores que esperan encontrar cualidades “sostenibles” y “limpias” en los cosméticos que compran. El creciente interés por el bienestar y los ingredientes más naturales han impulsado el crecimiento de los cosméticos naturales y ecológicos en los últimos diez años, y el sector ha consolidado su presencia en el mercado de la cosmética. Pero esto ha agravado un problema ya existente: el greenwashing.

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Cosmética “de inspiración natural” vs natural o ecológica

Los cosméticos “de inspiración natural” suelen basarse en el uso de trucos de marketing “verdes” y en la promoción de ciertas cualidades asociadas a los cosméticos naturales y ecológicos sin ofrecer garantías definidas a nivel de formulación. Es decir, utilizan palabras como “natural”, “100% sostenible” o “vegano” sin ofrecer garantías de que así sea. Esto significa que, así como un producto natural y ecológico certificado con el Sello NATRUE garantiza la ausencia de siliconas, aceites minerales y permite solo fragancias naturales, los productos “de inspiración natural” suelen estar compuestos por una mezcla indefinida de ingredientes naturales/ecológicos (normalmente en bajas concentraciones) y petroquímicos convencionales. Como los cosméticos naturales y ecológicos certificados se basan en criterios verificables, a la hora de evaluarlos se tiene en cuenta cualquier cosa, desde el conservante utilizado (por supuesto, solo pueden ser sustancias aprobadas por el estándar) hasta los disolventes (por ejemplo, garantizar la ausencia de ftalatos en las fragancias).

¿Por qué se utilizan estas sustancias químicas si existen alternativas naturales?

Reformular con sustancias naturales tiene la ventaja del potencial para la innovación, la mejora de los resultados medioambientales y la mejora de la competitividad, pero cada motor tiene sus limitaciones: costes de producción más elevados, disponibilidad de la materia prima a gran escala y/o de fondos para invertir en la capacidad de producción necesaria, compatibilidad con los requisitos de las fórmulas existentes o requisitos internos de los productos, y disponibilidad de fondos para invertir en I+D.

La única seguridad al comprar un cosmético verdaderamente natural o ecológico es la etiqueta de certificación

Los consumidores buscan cada vez más alternativas naturales y los proveedores de materias primas ya están innovando. En los próximos años se espera que los organismos regulado res se centren en retirar cada vez más sustancias peligrosas para proteger la salud humana y el medio ambiente.

¿Son los cosméticos naturales más seguros?

La respuesta es no. Existe una normativa para garantizar la seguridad de los cosméticos. Es primordial para las marcas y los consumidores, por lo que todos los cosméticos se someten a estrictas evaluaciones de seguridad exigidas por la legislación sobre cosméticos para poder comercializarse. Todos los cosméticos comercializados legalmente son seguros.

¿Qué puede esperar el consumidor al pasar a la cosmética ecológica?

Comprar un cosmético natural o ecológico supone invertir en algo algo más que su valor nominal. Por ejemplo, hay consideraciones éticas sobre cómo y dónde se obtienen las materias primas, su impacto medioambiental, el envasado y el bienestar de los animales, que se tienen en cuenta para los cosméticos ecológicos certificados.

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¿Por qué algunas marcas afirman ser “naturales” cuando no lo son?

El rápido desarrollo del sector de la cosmética natural y ecológica choca con la falta de una regulación de las alegaciones “natural” u “ecológico”, lo que puede dejar a los consumidores desprotegidos ante el greenwashing. De hecho, los consumidores tienen una seria falta de confianza en la industria cosmética: un estudio de Provenance indicó que casi el 80% de los compradores dudan sobre si confiar en las afirmaciones de sostenibilidad.

Dado que no existen criterios (o etiquetas) armonizados para definir las propiedades de los cosméticos naturales y ecológicos a escala internacional, resulta difícil para productores y consumidores evaluar si las alegaciones pueden considerarse engañosas. No existe una indicación precisa de qué es una sustancia natural u ecológica, qué tipo de sustancias están permitidas o excluidas, o qué cantidad de sustancias naturales u ecológicas debe contener un producto para respaldar estas alegaciones. No se sabe con exactitud cómo aplicar las alegaciones a los productos cosméticos sin inducir a error al consumidor.

El problema sigue siendo que los productos convencionales pueden hacer alegaciones, utilizar imágenes, iconografía y otras formas de marketing que pueden llamar la atención sobre un número limitado de ingredientes naturales y no sobre el producto en su conjunto.

Comprar un cosmético natural o ecológico es una inversión en algo más que su valor nominal

Desde el punto de vista normativo, hay actuaciones paralelas a estos sistemas voluntarios. En 2021, la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) publicó su Código de Alegaciones Verdes para ayudar a las empresas a comprobar las alegaciones medioambientales, y a inicios del 2023 la CMA lanzó un examen de los bienes de consumo domésticos, incluidos los cosméticos, para examinar la precisión de las “declaraciones ecológicas”. En 2022, la Comisión Europea lanzó su propuesta para actualizar las directivas sobre prácticas comerciales deshonestas y derechos de los consumidores. Se espera que durante este año 2023, la Comisión Europea complete esta tarea y adopte su propuesta específica sobre Alejaciones Verdes (“Green Claims”) y su justificación.

¿Cómo saber si estamos comprando cosmética verdaderamente natural?

La única forma de que los consumidores estén suficientemente seguros de que están comprando un cosmético verdaderamente natural o ecológico es buscar una etiqueta de certificación, como NATRUE, en el envase. Lo más importante es elegir las vinculadas a la certificación. En segundo lugar, los sistemas voluntarios de marca blanca, como NATRUE, que se centran en garantizar el uso de ingredientes renovables, un abastecimiento responsable, la promoción de un menor impacto medioambiental y la reducción de residuos. Gracias a su riguroso conjunto de criterios, que incluye requisitos no sólo relacionados con la formulación de los productos, sino también con la protección del medio ambiente, la sostenibilidad y el envasado, la etiqueta NATRUE contribuye activamente a combatir el greenwashing y las afirmaciones engañosas en el sector de los cosméticos, y ayuda tanto a tranquilizar a los consumidores como a identificar los cosméticos que cumplen plenamente sus expectativas de “natural” y “ecológico”.

Autores: Mark Smith, Director de NATRUE; y Paula Gómez de Tejada, Directora de Comunicación de NATRUE

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Bio Eco Actual Abril 2023