Félix Rodríguez de la Fuente nació en Poza de la Sal, Burgos, el 14 de marzo de 1928. Etólogo, naturalista, divulgador científico, hombre de gran personalidad, estudió el comportamiento de los lobos; las águilas; los buitres; los linces; habló en artículos en periódicos; en revistas; en programas de radio; en colaboraciones en programas de televisión; los filmó y llegó a ser muy, muy popular con sus programas propios en televisión como Fauna, Vida Salvaje, Planeta Azul y El hombre y la tierra.

Foto Cedida por: ©Fundación Félix Rodriguez de la Fuente
Foto Cedida por: ©Fundación Félix Rodriguez de la Fuente

Creció en un ambiente familiar intelectual, su padre era notario, mostrando, desde pequeño, mucho interés por la naturaleza. A los diez años entró interno en los Corazonistas de Vitoria, experiencia que no le gustó mucho por la pérdida de libertad que le reportó.

En 1946 comenzó la carrera de Medicina en la Universidad de Valladolid y se graduó en Estomatología en Madrid, en 1957. Paralelamente, se convirtió en un gran experto en cetrería. Es uno de los firmantes del acta de fundación de la Sociedad Española de Ornitología y promotor de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (ADENA).

Ejerció de odontólogo a media jornada durante un par de años, para poder seguir con su vocación naturalista, hasta la muerte de su padre, en 1960, entonces lo dejó del todo para dedicarse de lleno a su pasión por la cetrería y por el estudio de la Fauna Ibérica y la divulgación científica.

“Siempre me han aburrido y repugnado las corridas de toros”

Durante estos años fue de gran influencia en él la personalidad del biólogo José Antonio Valverde, quien se dio a conocer internacionalmente al enfrentarse al Ministerio de Agricultura cuando se quería secar las Marismas del Guadalquivir, asunto que finalmente concluyó en la creación del Parque de Doñana.

En 1966, el año en que se casó con la francesa Marcelle Genevieve Parmentier, consigue la protección por ley en España del halcón peregrino y de las rapaces nocturnas, lo que convierte al país en un referente, ya que es el primero en aprobar una normativa de este tipo. Junto a su mujer crió dos lobeznos a los que salvó de morir a palos, y los llevó a una finca de Pelegrina, cerca de Sigüenza (Guadalajara), donde profundizó en la etología del lobo. El lobo era un animal perseguido y acosado, se lo consideraba enemigo del hombre y, concretamente, de la ganadería y de las especies cinegéticas, y el defenderlos le trajo muchos problemas, incluso recibió amenazas de muerte.

En una época en que el Ecologismo no existía como tal, ayudó a conocer y a amar al lobo, evitando su desaparición de la Península Ibérica, y a tratar de diferente manera a los linces, los buitres, las águilas real y imperial, luchó para preservar el oso ibérico, pero algunas voces criticaban las argucias que usaba para rodar planos espectaculares para sus documentales, como el hecho de haber atado a un conejo para que el águila lo cogiera con sus garras.

El doctor Félix Rodriguez de la Fuente defendía que el equilibrio de la naturaleza está por encima de la individualidad de cada animal por separado, que el ecosistema es muy interdependiente y frágil, que el hombre debería vivir en comunidades menores de 5000 habitantes.

Murió el día de su cumpleaños, el 14 de marzo de 1980, en un accidente aéreo sobre Shaktoolik, Alaska, Estados Unidos.

Autora: Montse Mulé, redactora y eco-activista

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