En esta “era del consumismo”, quizá la crisis esté siendo la “oportunidad” para, entre otras cosas, hacernos más conscientes, como consumidores. Y es que, cada vez, hay más gente interesada en saber qué consumimos, por qué, quién decide lo que consumimos y qué consecuencias tiene.

FairTrade comercio justo

Como ya empezamos a tratar en el número anterior, en estas cuestiones llevan trabajando ya más de veinte años todas las organizaciones y entidades involucradas en el Comercio Justo. Su experiencia demuestra que es posible otra economía en la que, sin renunciar a la rentabilidad económica, se atienda a valores como la justicia social,

la solidaridad, la cooperación, la participación y el respeto al medioambiente.

En España, el café es el producto de comercio justo más vendido. Según el último informe de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), representa el 40’4% del total de las ventas en alimentación de Comercio Justo. Le siguen el cacao y el azúcar.

Sabemos además que, el café es la segunda mercancía que más se comercializa en el mundo, tras el petróleo. Cada día se beben en el mundo, más de 1600 millones de tazas de café. Más de 125 millones de personas viven de su cultivo, y de ellos, unos 25 millones son pequeños productores que están distribuidos por más de 50 países del mundo.  Sin embargo, a pesar de la expansión de este mercado, las familias productoras apenas pueden sobrevivir. Las grandes multinacionales y sus intermediarios pagan a estos productores unos precios que, en muchos casos, están por debajo del coste de producción y son unas cantidades tan escasas que no cubren sus necesidades básicas. En este sentido, el Comercio Justo permite a campesinos y artesanos,  la posibilidad de mejorar sus ingresos, sus condiciones de vida y las de sus comunidades. Ellos son el primer eslabón de la cadena de Comercio Justo.

“…jóvenes que pueden estudiar gracias a una beca, mujeres que ya pueden decidir sobre su vida, niños que aprenden a leer…”

El segundo eslabón lo constituyen las importadoras que son las Ong’s y las empresas que compran a los productores desfavorecidos para luego vender en las tiendas de Comercio Justo o cadenas convencionales. Además de pagar un precio más justo a los productores, pre-financian, establecen contratos anuales y les asesoran para mejorar la calidad del producto y la explotación. Además, realizan actividades de sensibilización y presión política. Ideas, Setem, Alternativa3, Intermón Oxfam… son algunas de las organizaciones que fueron pioneras en España en el ámbito del Comercio Justo.

En el tema del café, Alternativa3, cooperativa que elabora productos ecológicos de Comercio Justo, fue la primera en introducir en 1995, la primera Tostadora de café de Comercio Justo de España. Como nos cuenta su responsable de comunicación y marketing, Gemma Guinot, “importamos café verde de cooperativas de muy diversas procedencias: Colombia, Costa Rica, Perú, Brasil, Tanzania, Uganda…y, con la tostadora, controlamos todo el proceso de elaboración desde el grano verde”.

El tercer eslabón de la cadena son las tiendas de Comercio Justo y en los últimos años, también las tiendas de alimentación ecológica, herbolarios… y grandes superficies de alimentación, en las que, afortunadamente, ya encontramos muchos de estos productos con su sello de certificación.

Como dice Intermón Oxfam en una de sus campañas, “además de nutrir hay alimentos que cambian vidas”. Los consumidores somos el último eslabón de la cadena. Con nuestras tazas de café, de cacao o de cualquier alimento o producto de Comercio Justo estamos participando en muchas historias humanas:  jóvenes que pueden estudiar gracias a una beca, mujeres que ya pueden decidir sobre su vida, niños que aprenden a leer… comunidades enteras que pueden mejorar sus condiciones, salir adelante y llevar una vida digna.

Autora: Marta Gandarillas, Periodista

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