El ecodiseño (también conocido como diseño para el medio ambiente o diseño ecológico) es una herramienta que puede ayudar a las empresas a mejorar su comportamiento ambiental mediante la reducción de los impactos que sus productos, procesos o servicios generan sobre el medio.
Se trata de considerar criterios ambientales durante el diseño y desarrollo de productos y servicios, al mismo nivel en que se tienen en cuenta otros criterios relativos a la calidad, legislación, costes, funcionalidad, durabilidad, ergonomía, estética, salud y seguridad. Como resultado, los productos ecodiseñados tienen que mantener al menos la misma calidad de su equivalente en el mercado, ser innovadores y tener un menor impacto ambiental.
Con el ecodiseño se consigue la reducción de los costes de fabricación y distribución mediante la identificación de los procesos ineficientes a mejorar, y el logro de más valor utilizando menos recursos naturales. Además se potencia el pensamiento innovador dentro de la empresa, que puede ayudar a encontrar nuevas soluciones y facilitar la creación de nuevas oportunidades de mercado. También se consigue el reforzamiento de la imagen de la marca y del producto gracias a una actitud más innovadora y sensible en relación a los temas ambientales.
Otra ventaja es la mejora de la calidad de los productos mediante el incremento de su durabilidad y funcionalidad, haciéndolos más fáciles de reparar y reciclar, teniendo un menor impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida y una mejor calidad.
El producto final podrá acceder a los mercados de compra ambientalmente correcta o compra verde y tendrá la posibilidad de acceder a los sistemas de ecoetiquetaje, un distintivo de garantía de calidad ambiental. La normativa vigente se debe considerar como el punto de partida a mejorar, cumpliendo las normativas ambientales aplicables y anticipándose a los futuros cambios legislativos.
Los aspectos negativos en la producción industrial se pueden invertir con la aplicación de estrategias de ecodiseño en los productos y procesos
Si se consigue una reducción de los impactos ambientales globales, se podrá crear más riqueza y competitividad en las empresas, todo compatible con la mejora de la calidad de vida y el respeto al medio ambiente.
Como ejemplo de ecodiseño, hoy en día encontramos en el mercado algunas empresas de sanitarios que han desarrollado diferentes mecanismos que se incorporan en las cisternas del wáter, grifos y rociadores de ducha para favorecer el ahorro de agua y energía durante su uso. Una empresa de cava ha reducido hasta 800 gramos el peso del vidrio de sus botellas, atenuando así el uso de materias primas y residuos y consiguiendo un ahorro energético en la producción del vidrio y el transporte.
Otros ejemplos los encontramos en el diseño de nuevos edificios como el nuevo Jardín de Infancia de Sant Pere Pescador (Girona), diseñado según la función y los usuarios y de acuerdo con todo el ciclo de vida del edificio: se han usado estrategias como una fachada solar de cristal climático, cubierta verde aislante y sistemas eficientes de luz y agua.
Los sistemas productivos han cambiado y evolucionado a lo largo de la historia. En las últimas décadas, el factor determinante ha sido principalmente el de lograr el incremento más grande de beneficio económico. Afortunadamente, actualmente se ha tomado conciencia de que hay otros factores a tener presentes para el crecimiento, como son el consumo exagerado de energía y materiales que causan el agotamiento de recursos, y la generación de residuos y emisiones que generan contaminación y ocupación de terreno.
Autora: Maria Cacheda, arqueóloga y divulgadora del patrimonio cultural
Suscríbete a la Newsletter y recibe Bio Eco Actual gratis cada mes en tu correo
Bio Eco Actual, tu mensual 100% ecológico
Leer Bio Eco Actual