Vegetalia 30/06/2015
Endulzar la vida con sensatez.
Uno de los alimentos que están presentes de manera excesiva en nuestra dieta, junto con la sal, es el azúcar. Lo encontramos en la mayoría de nuestros platos y alimentos y si prescindimos de él, tenemos la sensación de que los alimentos no tienen el mismo sabor.
Sin embargo, ¿es malo tomar azúcar? Nuestro cuerpo necesita su dosis de dulce para funcionar correctamente, por lo tanto no debemos renunciar a él, sencillamente debemos ser conscientes de la cantidad que tomamos y de su calidad.
Actualmente como sociedad consumimos demasiado azúcar, que se encuentra presente tanto en alimentos naturales, como frutas y verduras, como añadido en muchos alimentos procesados -muchas veces sin ser del todo conscientes. Según la OMS la cantidad de azúcar que deberíamos ingerir de manera ideal, no debería superar el 5% de nuestro aporte calórico necesario, una cantidad que equivaldría a unas 6 cucharadas o 25 g.
Hay que tener en cuenta también el tipo de azúcar que consumimos, es decir, de donde proviene y qué se ha hecho con él. El azúcar más popular y utilizado es el azúcar blanco, que se obtiene principalmente de la caña de azúcar o de la remolacha, pero al estar refinado, no sólo pierde todos sus nutrientes sino que y además, disminuye las vitaminas y minerales de nuestro cuerpo. Para poder metabolizar el azúcar, nuestro organismo necesita los minerales y vitaminas que durante el proceso de refinamiento se han perdido y, por tanto, los pondrá él. Este es tan sólo uno de los problemas de los azúcares refinados, ya que también pueden provocar caries, calorías, diabetes y sobre todo, cambios bruscos en el estado de ánimo debido a su rápida absorción. Al ingerir el azúcar y asimilarlo rápidamente se produce una gran hiperglucemia, que provoca una gran excitación, seguida de una hipoglucemia que conlleva una baja del estado físico y mental y que incita a volver a tomar azúcar para volver a repetir el ciclo.
Para poder evitar todo esto, si tenemos necesidad de dulce, la podemos satisfacer con alimentos que contienen azúcar de forma natural como frutas, frutos secos o cereales integrales.
Y si se necesita un endulzante, la mejor opción es utilizar aquellos que se han obtenido de forma natural y que no se han modificado, de esta forma mantienen todas sus propiedades nutricionales y no tienen tantos problemas como los azúcares refinados. Aunque se debe controlar mucho su consumo y hacerlo en pequeñas cantidades para evitar la hiperglucemia. Como alternativas se encuentran:
– Estevia natural
– Jarabe de agave
– Azúcar de caña integral (rapadura, panela) -no confundirlo con el azúcar moreno.
– Miel cruda
– Melazas de cereales
– Azúcar de coco
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