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Como en tantos otros temas que tienen que ver con el futuro de nuestro planeta, es necesario, antes de nada,  ser conscientes. Y lo cierto es que no somos conscientes de lo esencial que es el suelo para, por ejemplo, la producción de agua, alimentos, medicinas o combustibles, ni de que se trata de un recurso natural finito, no renovable en términos de vida humana, puesto que, para formar 1cm de suelo, se pueden requerir entre 100 y 1000 años.

El próximo 5 de diciembre se celebra el segundo Día Mundial del Suelo y ese mismo mes termina el que ha sido declarado por la ONU Año Internacional de los Suelos, precisamente con la intención de concienciar sobre la importancia de éstos para la seguridad alimentaria, los ecosistemas y, en definitiva, para el mantenimiento de la vida en la Tierra. Dice Claire Chenu, Embajadora Especial del Año Internacional de los Suelos y vicepresidenta del Consejo científico para el Patrimonio Natural y la biodiversidad de Francia, que “a todos nos preocupa el cambio climático pero no todos sabemos que el suelo contiene la mayor reserva de carbono terrestre. El suelo almacena casi tres veces más carbono que la atmósfera. Por tanto, pequeños cambios en el carbono del suelo pueden repercutir de manera importante en la cantidad de CO2 de la atmósfera”.

Se trata, pues, de un regulador del clima. Pero no solo esto, el suelo cumple otras muchas funciones vitales para la vida en el planeta. Para Claire Chenu, “la cuestión mundial más importante en la que influyen los suelos es la seguridad alimentaria”. Y es que su función primordial es soportar y permitir el crecimiento de las plantas (les proporcionan oxígeno, nutrientes y sirven de anclaje) y éstas a su vez nos sirven de alimento a los demás seres vivos. El suelo sirve de hábitat para un gran número de especies: un puñado de suelo puede contener más de un billón de organismos de millares de especies. Estos microbios necesitan carbón como alimento y estamos acabando con este elemento del suelo debido al uso de fertilizantes químicos, el sobrepastoreo y arado, la quema de rastrojos para acelerar la rotación de cultivos y otras prácticas agrícolas no sostenibles. Estos microrganismos son responsables del 80-90% de la actividad biológica de los suelos y albergan un cuarto de la biodiversidad del planeta.

Según los estudios de FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, de los 290 millones de hectáreas de regadío en el mundo, un 25 % están ya salinizadas. Es necesario proteger los suelos de procesos de degradación como éste, pero no es la única amenaza: la contaminación por elementos tóxicos, la deforestación, el sellado permanente de tierras fértiles por la construcción de edificios, la acidificación…son algunos de los muchos problemas que afectan a los suelos.

El suministro de agua de calidad depende también en gran medida de los suelos. Actúan como medio protector del agua gracias a su capacidad de filtrar, amortiguar y transformar los contaminantes procedentes de la atmósfera y otras fuentes, impidiendo que alcancen las aguas subterráneas. Si un suelo se contamina, su influencia se nota en el agua y el resto de sus elementos. Los suelos sirven de base para viviendas y otras construcciones pero cuando se construye sobre suelos de regadío se están sellando de forma permanente suelos de buena calidad. Además, son fuente de materias primas, protegen los restos arqueológicos y son fuente de información sobre procesos geológicos y climáticos pasados.

Aunque en Europa no existe aún una directiva sobre suelos, hoy día ya existe toda una red internacional de asociaciones, fundaciones, empresas e instituciones científicas y Ong’s que están trabajando a escala mundial en numerosos proyectos de restauración de zonas degradadas. Un ejemplo puede ser “Bonn Challenge” o “El Desafío de Bonn”, una iniciativa global para restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas del mundo en 2020. Fue lanzado en septiembre de 2011 por los líderes mundiales en una mesa redonda ministerial en Bonn, Alemania, y es supervisado por la Asociación Mundial para la Restauración del Paisaje Forestal y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

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En España, la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo (SECS), fundada hace más de 70 años y con más de 500 científicos asociados, llama la atención sobre la falta de información que existe sobre el estado del suelo en España. Mientras que más del 50% de los países de la UE cuentan con mapa del suelo, en España no existe una cartografía detallada de suelos.

Durante este año, la SECS ha llevado a cabo más de veinte acciones diferentes que se engloban dentro del llamado proyecto SECS-AIS 2015 y que pretenden llamar la atención sobre este tesoro ignorado que es el suelo: desde conferencias, jornadas y seminarios en centros de investigación y universidades, exposiciones, como la itinerante titulada “Los Suelos y la biodiversidad forestal”, hasta experimentos didácticos, concursos escolares, la edición de un libro blanco sobre el tratamiento del suelo en los libros de secundaria, un cómic y un documental sobre el suelo, pasando por la promoción a través de posters, sellos de correos, boletos de lotería y concursos de fotografía.

Como nos comenta Jaume Porta, presidente de la SECS “está habiendo una movilización a escala global para difundir los objetivos del Año Internacional de los Suelos en muchos países y vamos por el buen camino para ir concienciando a la población acerca de la importancia de este recurso natural no renovable a escala humana que es el SUELO”.

En cuanto a lo que hacer para evitar la degradación de los suelos, el presidente de la SECS incide en la importancia de “educar a los niños y niñas en que el suelo es un bien a proteger (…)  Sin ciudadanos/as concienciados/as no valoraremos que el 95 % de nuestros alimentos proceden del suelo y que los ecosistemas se mantienen gracias a los suelos. Todos los suelos no son iguales, por lo que si se pierden (degradan) suelos de calidad, nos empobrecemos todos y la seguridad alimentaria está también en riesgo”.

Más info: www.soilassociation.orgwww.soilandmore.comwww.secs.com.es
www.commonland.com, www.federbio.it, www.people4soil.eu, www.bonnchallenge.org

Autora: Marta Gandarillas – Bio Eco Actual Noviembre 2015