La inseguridad alimentaria, la degradación del suelo, el cambio climático, la deforestación, las injustas condiciones de trabajo y de comercio, la pérdida de biodiversidad, el bienestar de los animales o la pérdida de tierras agrícolas, son algunos de los grandes desafíos que tiene pendientes de resolver el ser humano.

Hay una necesidad urgente de cambiar nuestro sistema agroalimentario, energético, económico… y es una cuestión que se ha de abordar de manera global.

El mes pasado tenía lugar la Cumbre del Clima de París, planteada como “la última oportunidad para la Tierra”, disponemos de la tecnología para cambiar nuestro modelo energético, superar el carbón y los combustibles fósiles, pero lo difícil sigue siendo conseguir que los intereses económicos y de poder de muy pocos, no decidan el destino de todo el planeta.

Todos estos retos se vienen anunciando desde hace muchos años. En cuanto al tema de la agricultura, ya en 1972, un grupo de visionarios se reunió en Versalles para crear una federación internacional de apoyo a la agricultura orgánica, que abordara y se ocupara de coordinar la adopción a escala mundial, de sistemas de producción respetuosos con la sociedad, el medio ambiente y económicamente más justos, basados en los principios de la producción ecológica.

Surgió así IFOAM, la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica, que hoy en día cuenta con más de 800 organizaciones procedentes de 120 países. Según los datos de la propia federación, actualmente hay en el mundo  alrededor de 43 millones de hectáreas de agricultura ecológica y más de 2 millones de productores ecológicos. Pero cada día que pasa, sigue siendo más urgente que los Estados lleven a cabo políticas conjuntas que promuevan y regulen sistemas de producción de alimentos y prácticas agrícolas orgánicas. En su asamblea general de 2005, IFOAM redactó oficialmente unos principios que inspiran el movimiento orgánico en su diversidad y que orientan el desarrollo de posiciones políticas, programas y normas de la federación.

Así pues, por el principio de salud se debe promover la salud del suelo, las plantas, los animales, las personas y el planeta como una sola e indivisible. La agricultura orgánica tiene la finalidad de producir alimentos nutritivos de alta calidad que preserven la salud y evitar así, el uso de fertilizantes, plaguicidas, productos veterinarios y aditivos en alimentos.

El principio de ecología hace referencia a sistemas y ciclos ecológicos vivos, por los que la agricultura orgánica y el pastoreo deben ajustarse a los ciclos y equilibrios ecológicos de la naturaleza.  Por el principio de equidad, la agricultura orgánica debe proporcionar a todos los involucrados, una buena calidad de vida, contribuir a la soberanía alimentaria y a la reducción de la pobreza.  Además, las condiciones de vida de los animales han de ser acordes con su fisiología, comportamiento natural y bienestar y los recursos naturales utilizados para la producción y consumo deben ser gestionados de manera justa social y ecológicamente y mantenerse como legado para futuras generaciones. El principio de precaución establece que la gestión, desarrollo y elección de tecnologías  para aumentar la productividad en la agricultura orgánica se hará de manera responsable y sin comprometer la salud y el bienestar de las generaciones presentes y futuras ni el medio ambiente.

Dentro de IFOAM existen diversos grupos que trabajan a nivel regional, como el caso de IFOAM UE, registrado como organización internacional sin ánimo de lucro en 2002. Con sede en Bruselas, lugar en el que se deciden la mayoría de las políticas europeas sobre agricultura, IFOAM UE está formado por más de 300 organizaciones, asociaciones y empresas y, además de fomentar la agricultura ecológica y la producción de alimentos ecológicos según la Normativa de IFOAM, facilita el intercambio de información entre miembros de IFOAM de UE con otros organismos internacionales, ayuda a difundir investigaciones sobre producción de alimentos ecológicos por toda la UE y a crear políticas comunes, normas, estándares…

El año pasado llevó a cabo la campaña “Make Europe more organic”. Su influencia en el desarrollo del Reglamento europeo de producción ecológica es notable y, entre otras cosas, defiende que los fondos europeos destinados a PAC (Política Agraria Comunitaria) han de tener en cuenta los beneficios de la producción ecológica y compensar a los que generan riqueza sin contaminar. En abril organizará en Holanda el X Congreso Orgánico Europeo, Transformando la alimentación y la agricultura en orgánicas”.

Más información en: www.ifoam.bio y www.ifoam-eu.org