Ecologistas en Acción 11/04/2016
¿Cómo influyen los contaminantes hormonales en la diabetes?

La OMS ha dedicado su Día Mundial de la Salud 2016 a la prevención de la diabetes, una dolencia que hoy padecen 422 millones de personas en todo el mundo y que va en aumento, con el doble de casos estimados para los próximos 20 años. En Europa, se estima que podemos llegar hasta los 37 millones de casos en 2025.

Aunque la aparición de esta enfermedad se relaciona principalmente con el tipo de alimentación y la inactividad física, cada vez más estudios relacionan la diabetes con la exposición a los contaminantes hormonales en las etapas tempranas de la vida del individuo (principalmente, en la gestación). Los principales sospechosos son algunos pesticidas que se encuentran en la comida, contaminantes hormonales que se liberan del plástico, algunos metales pesados y la nicotina.

Por lo tanto, reducir la exposición a estos contaminantes hormonales, también llamados disruptores endocrinos, puede ser otra forma más de prevenir la aparición de la diabetes, junto con una alimentación sana y una vida activa. 

Investigación científica sobre la relación diabetes-contaminantes hormonales

En 2014, la llamada “Declaración de Parma”,  hizo público el consenso científico sobre la hipótesis que relaciona contaminantes hormonales con obesidad, diabetes y otras enfermedades metabólicas, como ya vimos en un post anterior. (Ver post)

Desde entonces, más estudios han apoyado esa hipótesis, poniendo énfasis en la necesidad de prevenir la exposición a los disruptores endocrinos. Según el Profesor Miquel Porta, de la Escuela de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona y autor del informe “Review of the science linking chemical exposures to human risk of obesity and diabetes” (ver estudio):

“Dadas las actuales epidemias de obesidad y diabetes, la aparición de esta nueva línea de evidencia científica que relaciona los contaminantes químicos con estos desórdenes, se necesitan políticas más enérgicas para reducir la contaminación humana con estas sustancias”

Un sospechoso a evitar: el Bisfenol-A

Numerosos estudios relacionan la exposición durante el embarazo al contaminante hormonal Bisfenol A con la adipogénesis y la diabetes. El último, un estudio conjunto desarrollado por las universidades de Nápoles y Miguel Hernández de Elche y publicado el pasado mes de marzo. (Ver estudio)

Una de las formas de entrada del Bisfenol-A a nuestro cuerpo es a través de los alimentos envasados ya que el BPA se libera de los envases de plástico y de las latas y termina en los alimentos.

Algunos países europeos, como Francia, ya han prohibido la presencia del tóxico BPA en los envases en contacto con los alimentos.

La Comisión Europea está trabajando en un borrador de normativa para rebajar la cantidad de BPA admitido en plásticos en contacto con alimentos y controlar la cantidad de BPA en los recubrimientos de envases, que ahora no tienen ninguna limitación a la presencia de este tóxico.

Pero estos límites son insuficientes: los contaminantes hormonales como el Bisfenol-A deben desaparecer de los envases alimentarios, ya que no existe un valor umbral seguro para su exposición. La exposición a cantidades mínimas de estos tóxicos pueden derivar en daños en la salud, sobre todo la exposición durante la edad fetal y los primeros años de vida. Eliminar el Bisfenol-A de los envases es posible, como vimos en el pasado post sobre BPA contenido en latas de alimentos.

Consejos

Hasta que las autoridades europeas y españolas retiren los contaminantes hormonales de nuestros productos cotidianos, aconsejamos seguir estos consejos generales, en especial a las mujeres embarazadas y a padres de niños pequeños, las edades más vulnerables: Evita el plástico en contacto con tus alimentos, utiliza cremas y productos de limpieza naturales, intenta comer productos ecológicos y vístete con productos sanos.

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(*) La diabetes tiene que ver con la hormona insulina, que controla el nivel de azúcar en la sangre: Se sufre diabetes cuando el páncreas no produce esta hormona en cantidad suficiente o cuando el organismo no la utiliza eficazmente y se produce hiperglucemia, o aumento de azúcar en sangre, que con el tiempo daña órganos y sistemas.