Generalitat de Catalunya – PAE 21/01/2017
Stéphane Le Foll: “Tomates en enero, no es la idea del sector bio”.

Mientras Europa se plantea relajar las normas del sector ecológico, Stéphane Le Foll, ministro de Agricultura francés, defiende una visión exigente.

¿El gobierno tiene una posición clara sobre el sector ecológico?

La demanda de productos ecológicos no ha parado de aumentar – en torno al 10% cada año. El año 2013, el gobierno puso en marcha el plan de Ambición Bio 2017, con el objetivo de duplicar la superficie dedicada a la agricultura ecológica en Francia. En el 2011, esta superficie era de unas 900.000 hectáreas, lo que suponía en torno a un 3,6% del total. Actualmente tenemos 1,57 millones de hectáreas en producción ecológica, lo que representa más del 5,8% del total de superficie agrícola, con 500.000 ha en conversión.

Estamos en una situación dinámica. También hemos duplicado el presupuesto destinado a fomentar la conversión y a dar apoyo en el sector. En la actualidad, Francia es el tercer país europeo en cuanto a la superficie ecológica, detrás de España e Italia, y por delante de Alemania. Importamos muchas frutas y verduras, especialmente plátanos. Tenemos una falta de carne de porcino. Pero para el resto (carne de bovino, pan, leche), tenemos un abastecimiento 100% de origen francés.

Desde 2009, las normas de la producción ecológica las establece la Unión Europea. Actualmente, en Bruselas se está discutiendo un cambio de estas normas, en particular para aligerar los controles, que actualmente se hacen de forma anual a todos los operadores ecológicos. ¿Eso va en la dirección correcta?

En Bruselas hay quien querría unos controles menos frecuentes. Los actores del sector ecológico francés, como el Ministerio, no están dispuestos a ceder. Si empezamos a cambiar las reglas de control podemos tener malas sorpresas. Segundo punto de discusión: la de certificación automática de los productos ecológicos en función de unos límites máximos de residuos de productos no permitidos, como por ejemplo de fitosanitarios. La normativa europea está en proceso de definir estos límites sin haber discutido antes los criterios de ensayo para verificar estos límites.

Si no se armonizan los criterios de control, se corre el riesgo de distorsión entre la actuación en los diferentes países. Tercer punto: el vínculo entre producción y el suelo. El riesgo de romper este vínculo es acabar teniendo una producción ecológica sin suelo. Si la producción ecológica se reduce a no utilizar pesticidas, podemos acabar produciendo en un espacio cerrado, desinfectado y con luz artificial y obteniendo productos con cero residuos de pesticidas. ¿Eso es agricultura ecológica? Yo no lo creo. Ya hay invernaderos ecológicos sin suelo en los países del norte. Pero modificar el reglamento para debilitar la vinculación de la producción en el suelo sería catastrófico para el futuro, en términos de concepción de la agricultura ecológica. También está el tema de las importaciones para proteger la producción ecológica de las regiones ultraperiféricas, como las Indias Occidentales, Reunión…

Por cierto, ahora podemos encontrar tomates ecológicos importados en invierno de España o de Marruecos. No mucho en la línea de la agricultura ecológica…

¿Por qué no incorporar la huella de carbono y la estacionalidad en las normas? Es una reflexión que lo tenemos que hacer para el próximo plan Ambición Bio. También tenemos que hacer entender estos criterios a los consumidores. Comprar tomates ecológicos en enero, aunque sea posible, no es la tendencia de la producción ecológica a su origen.

¿Producir masivamente de forma ecológica y a bajos precios, no corre el riesgo de devaluar el concepto ecológico?

Si se busca absolutamente bajar el precio de los productos ecológicos para que sean accesibles a todo el mundo, vamos hacia un sistema que nos proporcionará productos ecológicos, sin pesticidas, pero con un sistema de producción que no integrará necesariamente la idea de la calidad y del sabor. Yo no estoy a favor.

Fuente: Le Parisien Magazine
Trauducción: Generalitat de Catalunya – PAE