Una buena alimentación es la base de una buena salud. Sin embargo, hoy en día la alimentación insana se ha convertido en un problema de salud pública de primer orden en nuestro país. Por eso, desde VSF Justicia Alimentaria Global hemos lanzado la campaña Dame Veneno contra la alimentación que nos enferma.

dameveneno ministerio

Al analizar los datos sobre salud, riesgos sanitarios y causas de muerte y enfermedad en todo el mundo, aparece una evidencia realmente inquietante: comer nos enferma, comer es lo que más nos enferma y comer nos enferma cada vez más.

La alimentación insana está directamente implicada en las principales enfermedades que afectan a la población. El sobrepeso y la obesidad, las enfermedades cardiovasculares o la diabetes tipo II son buena muestra de esto.

dameveneno logoSi nos fijamos en el Estado español, pueden atribuirse a la alimentación insana entre un 40-55% de las dolencias cardiovasculares, un 45% de las diabetes y entre un 30-40% de algunos cánceres como los de estómago y colon. Una estimación del impacto económico de las enfermedades asociadas a una dieta insana nos ayuda a poner sobre la mesa la magnitud del problema: 20.000 millones de euros anuales. Esto es el 20% del presupuesto en sanidad, y sigue creciendo. En palabras de la Directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estas y otras enfermedades asociadas a la alimentación insana son las que van a hacer saltar la banca.

Según los últimos datos del macro estudio Global Burden of Disease (Coste mundial de la enfermedad), que publicó recientemente ‘The Lancet’, es una dieta inadecuada el factor de riesgo que más problemas causa en nuestra salud y es responsable del 21% de las muertes evitables. Lo podemos decir de otro modo: casi una de cada 4 personas que muere en el mundo lo hace debido a una dieta inadecuada y esta muerte seria evitable. En España el número ascendería a  90.000 personas al año.

No existe una razón única que explique la actual epidemia de alimentación insana. Es la combinación de una serie de factores, pero el más importante de todos es, sin duda, el cambio de nuestro patrón alimentario, impuesto por la industria alimentaria en décadas de colaboración con nuestros gobiernos, lo cual ha supuesto un incremento muy significativo del consumo de alimentos con alto contenido de grasas insanas, azúcares añadidos y sal. En el Estado español el 70% de nuestra alimentación es ya procesada o ultra-procesada.

Esta epidemia aunque los medios y poderes públicos nos digan lo contrario, no nos afecta a todos por igual. Fundamentalmente afecta a las clases populares y además afecta más a las mujeres, y esto no es debido a sus diferencias biológicas sino a su discriminación y condiciones de vida por el hecho de ser mujer. Las mujeres tienen salarios más bajos y sabemos que la feminización de la pobreza influye también en la alimentación, en la medida en qué ellas tienen menos recursos para alimentarse con calidad.

Discriminación de arriba-abajo y discriminación a los lados, de hecho las dos desigualdades se cruzan, generando auténticos abismos de desigualdad en salud alimentaria. Son las zonas cero de la alimentación insana y corresponden a las mujeres pobres o a aquellas familias sustentadas principalmente por mujeres pobres.

Lo que sabemos, y hay evidencia científica de ello, es que estas enfermedades no nos afectan a todos por igual, afectan fundamentalmente a las clases con menos renta. Esto es así porque la comida sana es cara, lo que hace que amplias capas de la población de nuestro país no puedan acceder a ella. El estudio The rising cost of a healthy diet” analizó la evolución relativa de los precios entre dos grupos de alimentos: por un lado, aceites, grasas, azúcares y alimentos altamente procesados; y por el otro, frutas y verduras. Se realizó en Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, México y la República de Corea. El resultado indicó que los precios de frutas y verduras han aumentado considerablemente desde 1990 (entre un 2 y un 3 por ciento al año en promedio, o un 55-91 por ciento entre 1990 y 2012). Al mismo tiempo, la mayoría de los alimentos procesados estudiados son más baratos ahora que en 1990.

Otra de las consecuencias dramáticas de la extensión de la alimentación es la obesidad. En España dos tercios de la población adulta padece exceso de peso (39% sobrepeso y 23% obesidad) y un tercio de la población infantil (20% sobrepeso y 10% obesidad). Lo más preocupante es que el 71% de los padres tienen una percepción errónea del peso de sus hijos, lo que se denomina “naturalización de la obesidad”. En contraste con esta información vemos que España es uno de les pocos países que no dispone de un sistema de regulación pública que proteja a la población infantil de la publicidad de este tipo de productos.

En realidad vivimos inmersos en la publicidad. En el Estado español, los sectores de alimentación y distribución invierten en publicidad más de 1.000 millones de euros. Esto significa que uno de cada cuatro euros gastados en publicidad está relacionado con los alimentos y claro, la población infantil es un objetivo muy interesante para las empresas anunciantes. Se estima que un niño ve una media de 95 anuncios al día, más de 34.000 al año, y 4 de cada 5 anuncios de mala alimentación que van dirigidos expresamente a ellos.

Para afrontar este verdadero desastre sanitario es imprescindible y urgente activar políticas públicas que al menos trabajen en tres ejes:

– Es necesario incrementar los precios de la alimentación insana y abaratar los de la alimentación sana. Por lo tanto una política fiscal alineada con la política sanitaria.

– Se ha de limitar la publicidad y la exposición mercadotécnica de alimentos insanos a la población infantil.

– Los productos insanos (altos en azúcares, grasas y sales) han de estar claramente identificados y ser fácilmente visibles por los consumidores: etiquetado nutricional claro y en el frontal de los envases. Porque no podemos seguir pagando con nuestra salud el beneficio de unas cuantas multinacionales.

Autor: Javier Guzmán, director de VSF Justicia Alimentaria Global | www.vsf.org.es

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