Mª Dolores Raigón, presidenta de la Sociedad Española de Agroecología (SEAE) clausuró las III Jornadas Agroecológicas de La Rioja, celebradas el pasado 30 y 31 de mayo, con una charla sobre los beneficios de la agricultura ecológica y de la alimentación ecológica.

A continuación, noticia publicada en el diario digital La Rioja 2 sobre la sesión de clausura y la charla de Mª Dolores Raigón.

Una dieta basada en frutas y verduras suele ser sinónimo de salud… ¿o no? Según la investigadora y doctora en Ingeniería Agrónoma Mª Dolores Raigón, comer este tipo de alimentos es “importantísimo”, pero no sirve de nada si tienen una alta carga en componentes químicos, entonces “las repercusiones para la salud no serán positivas”.

Así, un estudio realizado en Valencia que analizó la alimentación de distintos niños reveló que los que tenían más concentración de plaguicidas eran aquellos cuya dieta consistía en una mayor ingesta de frutas y verduras. “Es muy importante la información y la formación para saber lo que comemos y las repercusiones que tiene para nuestro cuerpo. No vale con cambiar el modelo de dieta”.

Raigón ha participado este jueves en las III Jornadas Agroecológicas de La Rioja, organizadas por Agrovidar en el Centro Cultural Ibercaja. En su charla, presentó el resultado de varias investigaciones que demuestran que los alimentos ecológicos son más nutritivos que los producidos por sistemas tradicionales.

Está demostrado que los productos cítricos ecológicos presentan entre un 10 y un 20% más de vitamina C que los convencionales. En las zanahorias, la diferencia en cuanto al nivel de potasio aumenta hasta el 35%. Hay diferencias también en cuanto a la presencia de minerales, hierro...”, explica Raigón.

¿Y los alimentos que consumimos directamente de la huerta? “La agricultura tradicional puede ser saludable, siempre que esté basada en el no empleo de las sustancias químicas de siempre”.

Entre los 10 principales consumidores de productos ecológicos

Poco a poco, la agricultura ecológica va abriéndose camino en nuestro país. De hecho, España ya está entre los 10 primeros países del mundo en consumo ecológico. Sin embargo, todavía tiene que enfrentarse a las reticencias de algunos consumidores, que consideran estos alimentos muy caros, algo que Raigón desmiente.

“No es que los productos ecológicos sean caros, es que los convencionales son excesivamente baratos. Si un pollo cuesta dos euros, ¡qué llevará ese pollo!”.

De hecho, un informe de la FAO citado por esta investigadora demuestra que los alimentos convencionales son más caros, porque por cada euros que cuestan, también acarrean un gasto de otro euro en problemas medioambientales y otro en problemas de salud, que posteriormente pagamos todos. “Son gastos indirectos que nos pasarán factura”, concluye.