La producción ecológica certificada crece a un ritmo mucho mayor que hace un cuarto de siglo, cuando se creó la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE). Este incremento es algo que exige replantearse cómo se debe acompañar a un sector económico ya consolidado, desde un grupo con vocación inicial técnico-científico, y que mantenga los valores y principios de este movimiento para disponer de alimentos más naturales.

SEAE – Almagro (C Real)- 15/06/2017. – El Palacio de Valparaíso en Almagro (Ciudad Real), perteneciente a la Diputación, ha sido el lugar escogido para este encuentro de un nutrido grupo de miembros de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE), procedentes de varias Comunidades Autónomas. Estos/as expertos/as se reunieron durante el fin de semana pasado bajo un formato participativo de grupos de trabajo, facilitado por un equipo de profesionales. El objetivo era reflexionar y debatir sobre su trayectoria y al mismo tiempo, repensar su papel futuro en el acompañamiento de este sector agroalimentario emergente en continuo crecimiento, sin perder los valores y principios que lo generaron y abrazar la Agroecología como base científica, práctica y movimiento social de esa producción.

SEAEComo propuestas de futuro, se han barajado la mayor integración de agricultores/ganaderos, elaboradores y distribuidores de alimentos ecológicos como reconocimiento a su labor permanente co-generadora de conocimientos y tecnologías con su experiencia y esfuerzo, la innovación agroecológica, el hacer hincapié en la incidencia para impulsar un cambio en las políticas públicas generales y científicas, la incorporación de jóvenes, el énfasis en incorporar la Agroecología como referente para el futuro de actores de esta producción o la ampliación de las alianzas con otros movimientos agroecológicos. Estas cuestiones y muchas más han sido las que han estado en el centro de los debates de los participantes.

Igualmente se ha revisado la propia identidad de la organización, su estructura y funcionamiento, para enfrentar los retos que tiene planteados la agricultura, tales como el cambio climático, la escasez de agua, el despoblamiento rural o la contaminación global. Todo ello, con el espíritu renovador de los asistentes tanto presenciales como a través de otros canales a distancia, facilitado por profesionales externos.