Dice el “Yijing” o “I Ching” (el “Libro de las mutaciones” del siglo XVIII a.C.), “observad el cielo para prever el cambio, observad la humanidad para entender el mundo”. Éste principio, bien podría resumir lo que ha sido la práctica de la medicina tradicional China desde sus orígenes (por cierto es una de las medicinas más antiguas del planeta, con más de 5000 años). Y es que, se parte de la idea de que todo cuanto forma parte de la Naturaleza se rige por unas leyes comunes.

El hombre, como parte también de ella, se concibe “como un microcosmos dentro de un macrocosmos” y todo lo que suceda en la Naturaleza tendrá lugar también en el interior del cuerpo humano. Para la MTC estamos conectados con la naturaleza y al igual que ésta se regenera, nuestro organismo también es capaz de regenerarse. Por lo tanto, la conocida hoy como Medicina Tradicional China nace primero como una forma de entender el ser humano en el universo y de ahí surge después la idea de cómo prevenir las enfermedades. Porque de lo que no cabe duda es de que, desde sus orígenes,  la prevención es una de sus premisas fundamentales.

De ahí se explica el hecho de que en la antigua China, si el miembro de una familia enfermaba, el médico encargado de la salud de esa casa tenía que poner el dinero para su tratamiento y si el paciente moría, se colgaba un farolillo rojo en la puerta del médico. Los  mejores médicos eran los que menos farolillos y pacientes enfermos tenían.

El “Huáng Dì NèiJing” del Emperador Amarillo, la obra escrita más antigua y de mayor importancia de la Medicina Tradicional China, fue compilado a lo largo de 2.200 años. Está considerado el texto médico fundamental y el más representativo de todos los tiempos. Es comparable en importancia al “Corpus Hipocrático” en la medicina griega o a las obras de Galeno en las medicinas europeas medievales. En ella se recogen ya las bases de la MTC:  desde el concepto del “Qi”, la energía vital, hasta la Teoría del Yin y Yang (dos fuerzas opuestas pero a la vez complementarias que deben estar en equilibrio),  la Teoría de los 5 Elementos (tierra, metal, agua, madera y fuego) que se relacionan con los órganos y entrañas del cuerpo, las emociones, los sabores, las estaciones del año… y que se mueven en continuos ciclos de generación y destrucción.

En el texto se describen también los meridianos por los que circula la energía y la localización de los puntos de acupuntura. De esto nos hablarán algunos expertos en el próximo número.

Medicina Tradicional China

La Medicina Tradicional China aplica diferentes disciplinas terapéuticas y tratamientos con el fin de equilibrar el “Qí” o “energía vital” de nuestro organismo para vivir en armonía y por tanto, en salud. Aunque la más conocida en Occidente es la Acupuntura, dispone de otras terapias tan o más   importantes como la Fitoterapia China (tratamiento con plantas medicinales chinas), la Moxibustión (la quema de una “moxa” compuesta de hojas secas de una planta llamada Artemisia y aplicación de su calor cerca de la piel, sobre puntos del cuerpo que coinciden con los puntos de acupuntura), el Tuina (masaje terapéutico), la Nutrición y Dietética China muy encaminada a la prevención, y las Artes Marciales terapéuticas como el “Qí Gong” (Chi kung) y TaiQí (Tai Chi).

De las técnicas de la MTC, la Acupuntura y la Moxibustión son quizá las más antiguas

En un hallazgo arqueológico que se realizó en el interior de Mongolia, las primeras agujas (hechas de piedra afilada) se dataron en torno al 3000 a.C. (hace 5000 años), era del Neolítico.

Según multitud de estudios, siglos antes que la Medicina Occidental Moderna, la MTC descubrió decenas de fenómenos que luego ha corroborado el método científico. Entre ellos, por ejemplo, la capacidad del intestino grueso de absorber nutrientes, la transmisión de las epidemias a través del agua, los alimentos y el contacto interpersonal, que el corazón impulsaba la sangre por las venas y arterias, que la bilis era fundamental para la digestión de los alimentos y los movimientos del intestino o que la absorción de los nutrientes se producía sobre todo en el intestino delgado. Desarrollaron ya la primera vacuna en torno al siglo XI y la primera cirugía de cataratas entre los siglos VII y IX.

Y aún con todo este bagaje, dentro de la corriente de desinformación respecto a la salud y la medicina que vuelve a acechar en nuestro país, (fruto de la profunda ignorancia de una parte y de los evidentes intereses económicos de otra), la Acupuntura, por ejemplo, es incluida dentro de la lista de pseudoterapias sobre las que hay que “alertar”. Sin embargo, la propia OMS reconoce que la acupuntura se practica hoy en más de 100 países.

Medicina Tradicional China

En la Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2014-2023” se recoge que “en China hay unas 440.700 instituciones de atención sanitaria que prestan servicios de medicina tradicional (…). Alrededor del 90% de los hospitales generales cuentan con un departamento de medicina tradicional (…)  Las instituciones de medicina tradicional se rigen por la misma legislación nacional que regula las instituciones médicas convencionales. Los profesionales de medicina tradicional pueden ejercer tanto en dispensarios y hospitales públicos como privados. Los seguros públicos y privados cubren totalmente la medicina tradicional (…)”

En próximos artículos hablaremos con expertos sobre algunos de los métodos de diagnóstico empleados por la Medicina Tradicional China como el diagnóstico por la lengua, la lectura del rostro o uno principal que es la toma del pulso y su interpretación. Nos explicarán la diferencia entre el superficial y el profundo (que se corresponden con diferentes órganos y entrañas) y la distinción también entre lento y rápido.  Veremos también que la MTC no habla de enfermedades sino de síndromes y que para tratar una gripe (que en la medicina occidental se hace con antitérmicos y analgésicos) se contemplan lo que se denomina “ataques de viento frio, viento-calor” (y ambos tienen tratamientos contrarios). O también que en la Medicina Tradicional China no se habla de cirrosis hepática sino de un bloqueo de chi.

Autora: Marta Gandarillas, periodista
Bio Eco Actual Julio-Agosto 2017

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