El abandono de tierras agrícolas es uno de los grandes problemas al que se enfrentan muchas regiones de la UE. La falta de incentivos y la globalización del mercado impiden a los agricultores obtener rentabilidad de sus cosechas, y provoca la despoblación de las zonas agrarias, además del desaprovechamiento y descuido de los recursos naturales. Tan solo en España se han perdido aproximadamente un total de 1.033.806 hectáreas destinadas al cultivo en 2016, según la última encuesta sobre Rendimiento y Superficie de Cultivos (Esyrce) publicada por el Ministerio de Agricultura.

Frente a estas circunstancias, los Bancos de Tierras Agroecológicos se presentan como una iniciativa que busca retomar y revitalizar los terrenos abandonados a través de prácticas agrarias sostenibles, y facilitar la adquisición de terrenos a aquellas personas o empresas interesadas en la agricultura ecológica.

Su funcionamiento es sencillo: por un lado, los ofertantes de terreno inscriben sus fincas junto con sus datos de localización, superficie, uso actual, tipo de contrato que ofrecen –de cesión o arrendamiento, ya sea monetario o en especies– y otros detalles. Y por el otro, los demandantes también se dan de alta, y especifican las características y condiciones de las parcelas que buscan. Una vez inscritos se crea una base de datos a la que pueden acceder ambos perfiles para encontrar el terreno o el arrendatario que mejor se adapte a sus necesidades.

Los Bancos de Tierras no son una iniciativa nueva, desde hace años las diferentes reformas agrarias españolas han incluido esta herramienta dentro de sus planes. Lo inédito es que los agroecológicos garantizan el compromiso medioambiental del usuario, al mismo tiempo que pretenden satisfacer las necesidades sociales, culturales y económicas de cada municipio.

Entre sus objetivos destaca la promoción del autoempleo verde: incentivan a los jóvenes, mediante asesoramiento y formación sobre el cultivo ecológico y emprendimiento en el sector,  a optar por un una agricultura sostenible.  Asimismo, facilitan el contacto directo entre agricultores y comercios locales para permitir a los primeros ofrecer alimentos frescos y saludables a buen precio.  Así fomentan los productos Km 0 y promueven una economía circular.

Otro de los propósitos de los Bancos de Tierras es repoblar los territorios abandonados o con riesgo de serlo. Según la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), la mitad de los municipios españoles están en peligro de extinción: 4.995 municipios de un total de 8.125 tienen menos de mil habitantes y 2.652 localidades tienen menos de 500. Además, la mayoría de estas poblaciones están muy envejecidas. Por este motivo, los bancos  apoyan el crecimiento de comunidades jóvenes alrededor de un sector primario ecológico que recuperen las costumbres y los valores culturales perdidos.

Entre los principales Bancos de Tierras Agroecológicos españoles destaca la Asociación de Municipios Agroecológicos TERRAE. El primer banco de ámbito estatal que facilita el contacto entre demandantes y ofertantes de terrenos para uso agroecológico. Su responsable de comunicación, Manuel Redondo, la describe como “una red de proyectos agroecológicos que se suman unos con otros, con los que después compartimos experiencias a nivel nacional”.

El proyecto está conformado por diversos municipios rurales y cuenta con más de 2.200 usuarios

La red TERRAE trabaja desde el ámbito municipal, donde colabora con los consistorios locales para que realicen inventarios de sus terrenos en desuso y dinamicen actividades agroecológicas en ellos. La mayoría de las áreas de cultivo que oferta son públicas aunque también hay de titularidad privada.

“A día de hoy la demanda estatal de parcelas agroecológicas es mayor que la oferta, por lo que ahora mismo la línea de trabajo está dirigida a generar nuevas ofertas”, explica Redondo. La agrupación está incorporando progresivamente más ayuntamientos socios a la red, y este año ya tiene un convenio firmado con la Junta de Extremadura para que los municipios de esta comunidad  incluyan sus parcelas en el Banco de Tierras.

Carcaboso (Extremadura), Redueña (Madrid) o la Mancomunidad de Municipios Sostenibles de Cantabria son algunos de las localidades con las que el proyecto colabora. En todas ellas, los ayuntamientos llevan a cabo actividades vinculadas a generar empleo, conservar el paisaje rural  y recuperar la soberanía alimentaria.

Al mismo tiempo, numerosos municipios están creando Bancos de Tierras de forma independiente. Luciana o el Bierzo, son ejemplos de como desde la agroecología se puede reactivar el sector primario de localidades con pocos habitantes. Incluso algunos más grandes como el de Palma de Mallorca, también han puesto en marcha proyectos similares para recuperar los campos abandonados.

La actual demanda interna de productos ecológicos en España abre las puertas a nuevas formas de empleo verde. Ante estas oportunidades, los Bancos de Tierra Agroecológicos aspiran a ser una herramienta que ayude a ayuntamientos, empresarios y particulares comprometidos con el sector ecológico a recuperar el terreno perdido.

Autor: Juan Gayá, Periodista ambiental y científico

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Bio Eco Actual Noviembre 2017

1 COMENTARIO

  1. Hola, somos una familia con experiencia en el sector de autosuficiencia, y nuestro interés es saber si el proyecto puede ser agroecologico y turistico.?
    gracias

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