El 2018 pasará a la historia como un año trascendental en la protección de los cetáceos y otras especies marinas en el Mediterráneo. Después de casi una década de propuestas y estudios, el gobierno español ha decidido proteger los valores ambientales de una amplia zona situada entre Catalunya, la Comunidad Valenciana y el archipiélago Balear conocido como el Corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo. El proyecto de Real Decreto de creación de esta nueva área marina protegida fue presentado a exposición pública el pasado 21 de noviembre y, si no surgen problemas legales, entrará plenamente en vigor a principios de 2018.
La declaración de área marina protegida incluirá la protección preventiva de especies ante dos importantes amenazas ambientales. Por una parte no se permitirá el uso de sistemas activos destinados a la investigación submarina o subterránea (tanto por medio de sondas, aire comprimido o explosiones controladas como por medio de perforación subterránea). Además, quedará prohibido cualquier tipo de actividad extractiva (hidrocarburos, minería y similares), salvo aquéllas relacionadas con permisos de investigación en vigor, según detalla el Real Decreto elaborado por el ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
El redactado de Real Decreto es en algunos apartados muy técnico pero deja muy claro que, de acuerdo con los estudios científicos realizados en los últimos años, los cetáceos que viven de forma permanente o realizan viajes migratorios en esta parte del Mediterráneo están muy expuestos a amenazas como el ruido submarino, que puede proceder por ejemplo de las prospecciones y estudios para la extracción de petróleo y gas en su subsuelo marino. Los impulsos de sonar, disparos de aire comprimido o explosiones que se pueden realizar en este tipo de trabajos provoca interferencias en la comunicación entre los cetáceos, altera actividades vitales como la alimentación o la reproducción, y en casos extremos puede provocar daños en los sistemas auditivos de los cetáceos, desorientación y varamientos en las costas.
Los cetáceos que viven de forma permanente o realizan viajes migratorios en esta parte del Mediterráneo están muy expuestos a amenazas
El Real Decreto establece que este nuevo espacio protegido quedará incluido en la Lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (Lista ZEPIM), en el marco del Convenio de Barcelona.
La zona protegida ocupa una superficie estimada de 46.262,82 km2, con una franja de unos 85 km de anchura media que discurre de norte a sur desde el Cap de Creus (Girona) hasta el Cabo de la Nao (Alicante); y de este a oeste, desde unos 18 kilómetros de las costas de Ibiza, Mallorca y Menorca hasta unos 38 kilómetros de las costas catalana y valenciana.
El inicio del proceso de exposición pública de este Real Decreto se produjo muy pocos días después de que el 14 de noviembre el Ayuntamiento de Barcelona y la Alianza Mar Blava llevaran a cabo en el Museo Marítimo de Barcelona una jornada de divulgación sobre la importancia del corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo. En especial, los ponentes de esta jornada de sensibilización social destacaron los peligros que acechan a este ecosistema marino; en especial, la contaminación acústica y las prospecciones petrolíferas.
Durante los últimos años, diversos vídeos grabados con ayuda de drones frente a las costas de Catalunya nos han demostrado una realidad que los científicos conocían desde hace años. Las aguas de esta parte del Mediterráneo acogen una larga lista de especies de cetáceos, entre los que destaca el rorcual común (Balaenoptera physalus), que mantiene pautas migratorias muy concretas, así como de otros cetáceos que no se rigen por pautas migratorias definidas, como son el delfín mular (Tursiops truncatus), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín común (Delphinus delphis), el calderón común (Globicephala melas), el calderón gris (Grampus griseus), el cachalote (Physeter macrocephalus) y el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris). Además, en esta zona del litoral viven importantes poblaciones de tortugas marinas como la tortuga boba (Caretta caretta).
Quedarán prohibidas en el citado corredor las actividades extractivas que no estén en vigor en el momento de la aprobación de esta norma
El denominado “Proyecto Mediterráneo para la identificación de las Áreas de Especies de lnterés para la Conservación de los Cetáceos en el Mediterráneo Español”, publicado en 2004, fruto del Convenio entre el entonces Ministerio de Medio Ambiente y las Universidades de Valencia, Barcelona y Autónoma de Madrid, ya identificaba este espacio como un área de especial interés por ser una ruta migratoria de cetáceos. El estudio incidía en la necesidad de proteger esta zona por concentrar gran diversidad de especies de cetáceos y por ser de especial relevancia como zona de paso migratorio de estas especies hacia sus áreas de cría y alimentación en el norte del Mediterráneo.
De acuerdo con lo que establece el Real Decreto quedarán prohibidas en el citado corredor las actividades extractivas que no estén en vigor en el momento de la aprobación de esta norma. Por lo tanto, no podrán ser autorizados los proyectos de prospecciones petrolíferas actualmente en tramitación. Hasta el pasado mes de noviembre estaban en trámite en esta zona doce permisos de investigación de hidrocarburos solicitados por la petrolera Cairn Energy en el golfo de León, así como otra petición similar -conocida como proyecto Medusa- promovida frente a las costas de Tarragona.
La coordinadora de entidades Alianza Mar Blava, que trabaja desde hace casi una década en la defensa de estas aguas, ha valorado muy positivamente el Real Decreto expuesto el pasado noviembre y recuerda que los proyectos de extracción de petróleo y gas planteados en esta zona del Mediterráneo durante los últimos años “hubieran podido generar un impacto ambiental crítico e irreversible sobre las poblaciones de fauna marina”.
Autor: Joaquim Elcacho, periodista especializado en Medio Ambiente y Ciencia
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