De poco sirve que nos centremos en consumir alimentos bio y libres de pesticidas y transgénicos cuando a la hora de cocinarlos lo hacemos con utensilios que pueden desprender tóxicos y químicos perjudiciales para nuestra salud.

Basta con echar una ojeada a nuestro entorno en la cocina para descubrir fácilmente sartenes, cazuelas, ollas y otros artículos de menaje que no son tan inofensivos como parecen. El problema reside en que gran parte de ellos, cuando se someten a las altas temperaturas necesarias para la elaboración de un plato, pueden convertirse en peligrosos transmisores de sustancias nocivas y metales pesados que van a parar directamente a los alimentos que después ingeriremos.

La estética y el precio, dos trampas peligrosas

La moda home está en el candelero y son muchas las tentaciones que recibimos a diario a través de catálogos vistosos, tiendas apetecibles y precios escandalosos. Demasiados estímulos que invitan a renovar nuestra cocina de arriba abajo, con poco presupuesto y obteniendo un cambio estético de lo más sugestivo. Sin embargo, merece la pena prestar especial atención no sólo a lo “bonito y barato”, sino también a su composición.

Afortunadamente, la conciencia ecológica también ha llegado a este terreno y son varias las marcas que ofrecen un amplio abanico de artículos que proclaman una cocina sana y sin contaminantes, sin renunciar al diseño ni a la modernidad y sin necesidad de presupuestos prohibitivos. Por otro lado, echar la vista atrás y recuperar aquellos materiales que reinaban en las antiguas cocinas o en los ambientes más rurales, también es una buena opción para conseguir una cocina mucho más consciente y beneficiosa para nuestro organismo.

Adiós teflón, bienvenido hierro fundido

El primer paso para conseguir un menaje no agresivo es evitar el teflón. Las tan “adoradas” sartenes de teflón contienen ácido perfluorooctanoico (PFOA), un solvente utilizado para fijar el acabado antiadherente y resbaladizo que cuando empieza a desprenderse se convierte en un evidente tóxico para órganos como el cerebro, la próstata, el hígado y los riñones, además de poder provocar problemas de tiroides y debilitar nuestro sistema inmunológico, entre otras cosas. Un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos llegó a detectar PFOA en casi un 98% de la población. Un porcentaje que hace temblar sobre todo si tenemos en cuenta que en mujeres embarazadas esta sustancia química alcanza al feto en el útero, pudiendo provocar posteriores problemas como la reducción en la talla y en el peso de los recién nacidos.

El primer paso para conseguir un menaje no agresivo es evitar el teflón

Sin embargo el teflón tiene una alternativa que hay que buscarla en las cocinas de nuestras abuelas y bisabuelas. Se trata del hierro fundido. De entrada, reemplazar una sartén antiadherente por una de hierro fundido permite evitar las emanaciones tóxicas que producen  la mayor parte de los utensilios de cocina antiadherentes. Las ventajas que llevan a apostar por esas históricas sartenes son muchas: las sartenes de hierro fundido además de usarse en las fuentes clásicas de calor directo como el gas, la vitrocerámica y la electricidad, son también aptas en el horno; este tipo de sartenes pueden ser tan antiadherentes como las de teflón; el hierro fundido permite una limpieza fácil, simplemente desprendiendo la comida que se haya quedado pegada, evitando el uso de detergentes; como no se raya, pueden utilizarse tranquilamente cucharas de metal sin ningún miedo; permiten algo que no es posible con las sartenes de teflón, ¡dorar los alimentos!

Por si fuera poco, al cocinar con hierro fundido hay un aumento en la ingesta de hierro, un mineral vital para el fortalecimiento de nuestro sistema inmunitario y que nos permite mantener un buen nivel de energía. Todo ello con la seguridad de que contamos con un artículo resistente y muy duradero ya que el hierro fundido ha sido usado desde la antigüedad y puede pasar de una generación a otra sin perder ninguna de sus propiedades.

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Utensilios sin tóxicos

Los peligros no solo residen en las sartenes, el mercado ofrece muchas alternativas para cocinar de forma sana y ecológica. Algunos buenos ejemplos son las cazuelas de cerámica refractaria, las ollas antiadherentes libres de PFOA y metales pesados, los cuchillos de cerámica-zirconio y de bambú o las bandejas, fuentes y boles de cerámica esmaltada.

En cuanto a la vajilla, sobre todo cuando se trata de una celebración o reunión con muchos comensales y tendemos al uso y abuso de los platos de “usar y tirar”, existen opciones de vajillas biodegradables hechas de bambú que además de resultar elegantes, resistentes y prácticas, son definitivamente mucho más respetuosas con el medio ambiente.

Otro de los materiales que debemos desterrar de una vez por todas de los armarios y estantes de nuestra cocina es el plástico

Otro de los materiales que debemos desterrar de una vez por todas de los armarios y estantes de nuestra cocina es el plástico tan generalizado hoy en día en menajes vistosos y coloristas pero que pueden convertirse en focos tóxicos en contacto con líquidos y alimentos. Optar por fiambreras de acero inoxidable o de vidrio en lugar del típico tuper portador de contaminantes hormonales como el Bisfenol, sustituir jarras, botellas y recipientes de plástico por botes y botellas de vidrio reciclado o de vidrio borosilicato -muy resistente a los cambios de temperatura-, volver a apostar por las tablas de madera y bambú, o utilizar bolsas de algodón orgánico o envoltorios de cera de abeja como alternativa al film y al aluminio para conservar nuestros alimentos, son otras de las medidas infalibles a la hora de conseguir una cocina sin rastro de toxicidad, más sana y ecológica.

Autora: MariaJo López Vilalta / Morocha, Licenciada en Ciencias de la Información

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1 COMENTARIO

  1. Me parece perfecto, pero…se nos ha olvidado mencionar el barro como cacerola, sarten etc.
    Los cubiertos de acero inoxidables son muy dañinos para la salud y culpables de que muchos hombres tengan cancer de prostata. El Litio y cromo que desprenden al chupar la cuchara, tenedor o cuchillo es muy dañino sobre todo para el hombre.
    Tambien hay cubiertos de PVC que no contaminan, los podemos meter en el lavavajilla y aguantan perfectamente, pero puestos a delimitar diremos que el lavavajillas no es lo mejor para lavar los cubiertos porque elimina demasiadas bacterias. Es preferible lavar una o dos veces a la semana con lavavajillas y el resto a mano porque interesa tener una colonia de bacterias malas en nuestros organismo para nuestro equilibrio.
    juca

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