La chía (Salvia hispanica) es una planta herbácea anual de la familia de la menta originaria de México y América central, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Guatemala. La chía se cultiva por sus semillas, ya que son muy ricas en ácido alfa linoleico Omega-3, conteniendo uno de los porcentajes más altos de este ácido de entre todas las especies vegetales.

Semillas de Chía

Las semillas de chía son una fuente importante de fibra, el 40% de su peso lo es, lo que hace de ellas una de las mejores fuentes de fibra en el mundo. Es una fuente de nutrientes beneficiosos para la salud del organismo. Todo esto hace de las semillas de chía uno de los alimentos más saludables que tenemos a nuestra disposición.

Fueron un alimento básico en la dieta de las civilizaciones azteca y maya. Su cultivo, junto al maíz y el frijol, era la base de su economía, siendo cultivada profusamente. La palabra chía es el término maya para designar a la fuerza.

Las semillas de chía son muy ricas en fibra, proteínas, grasas y minerales, como el calcio, magnesio, manganeso, potasio, fósforo y zinc

Cada cien gramos de semillas contienen 39,6 gramos de fibra, 14,4 gramos de proteína, 4,5 gramos de carbohidratos y 32,4 gramos de grasa. Es muy rica en vitaminas del grupo B, especialmente en Niacina, Tiamina y vitamina B2. Los 14,4 gramos de proteína hacen de las semillas una fuente de proteína vegetal, rica en aminoácidos esenciales, indispensables en dietas vegetarianas y veganas.

Los ácidos grasos Omega-3 son conocidos por sus efectos antiinflamatorios, así como por mejorar la salud del cerebro y del corazón. El alto contenido de fibra, por su capacidad para retener agua, aumenta la sensación de saciedad y reduce la ingesta de alimentos, ayudando en las dietas de pérdida de peso. Su gran cantidad de calcio y otros oligoelementos favorece la salud ósea. La fibra, proteínas y grasas no saturadas, nos permiten mantener un corazón saludable y niveles estables de azúcar en la sangre.

Las semillas de chía las podemos consumir enteras o molidas, y añadirlas en yogures, zumos, ensaladas, etc. Las semillas enteras y remojadas forman un gel, que no es otra cosa que la fibra soluble que contienen. Se usan como un agente espesante para sopas y guisos. Forman parte de la composición de galletas, en hamburguesas vegetales junto al seitán, queso y setas, con arroz y algas, de espinacas, o de mijo, o en la composición del muesli junto a lino, trigo sarraceno y psyllium.

Su pequeño tamaño engaña, estas diminutas semillas ocultan una fuente nutricional de fuerza

Autor: Raúl Martínez, Biólogo, Especialista en Medio Ambiente y Salud

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