Un porcentaje elevado de alimentos que de habitual encontramos en los supermercados e incluimos en la cesta de la compra, alimentos tan comunes como son los cereales, aceites vegetales, pasta, arroz, café o chocolate, son susceptibles de verse contaminados por impurezas o restos de aceites minerales.

Hidrocarburos en nuestros alimentos: contaminación MOSH y MOAH

Los responsables son dos hidrocarburos, los conocidos como MOSH y MOAH. Estos aceites minerales son una mezcla de hidrocarburos saturados y de hidrocarburos aromáticos derivados del petróleo, sustancias contaminantes e impurezas tóxicas derivadas de ellos, productos químicos que cuando entran en contacto con los alimentos los contaminan de forma irreversible.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria EFSA tiene bajo vigilancia estos compuestos por su potencial riesgo para la salud. Por tanto, ninguno de los dos compuestos debe encontrase en los alimentos, y como los hidrocarburos aromáticos son los más peligrosos, nunca deben aparecer.

No existen límites oficiales a la presencia de MOSH y MOAH en los alimentos, por lo que conviene limitarlos a nivel europeo

Los alimentos que presentan mayor riesgo de contaminación son los cereales y sus derivados (pastas, panadería, bollería y confitería), el arroz, el café, las frutas y verduras, y el chocolate.

Los aceites minerales se clasifican atendiendo a su estructura química, distinguiéndose entre los hidrocarburos saturados, conocidos como MOSH (Mineral Oils Saturated Hydrocarbons), y los hidrocarburos aromáticos, MOAH (Mineral Oils Aromatic Hydrocarbons).

La contaminación alimentaria los hidrocarburos MOSH y MOAH se lleva a cabo por causas y formas diversas

La primera causa de contaminación es a través de los envases que están protegiendo los alimentos. Cuando el alimento entra en contacto con el papel o cartón reciclados de los envases o con las tintas de impresión que se usan en ellos se contamina. También se contamina por los aditivos que se añaden a los plásticos en el proceso de fabricación, o a los útiles de recogida y transporte de materias primas, por ejemplo, los cestos donde se recoge el cacao, el café o el arroz, que están contaminados por estos hidrocarburos que forman parte de la composición de los impermeabilizantes usados en los mismos.

Una segunda vía de contaminación es a través de los contaminantes ambientales y de la industria. Las materias primas entran en contacto con aceites y combustibles de maquinaria agrícola, con los lubricantes y productos del petróleo que se usan en la maquinaria industrial en los distintos procesos de preparación, transformación y envasado de los productos. También se contaminan con pesticidas que llevan en su composición aditivos con estos hidrocarburos, o en la producción, al entrar en contacto con los productos de limpieza industrial.

La tercera vía de contaminación son los aditivos alimentarios. Pueden contener estos contaminantes los aceites para desmoldar usados en panadería, las ceras usadas en frutas y verduras para protegerlas del ataque de hongos, los antiespumantes usados en procesos de producción, y los aditivos usados para impedir el levantamiento de polvo al manipular cereales.

Por el cartón reciclado se contaminan los cereales del desayuno, ya que los hidrocarburos localizados en el cartón se filtran y atraviesan las bolsas contenedoras.  Lo mismo ocurre con la pasta seca, envasada en cajas que pueden contener aceites minerales como consecuencia del tipo de cartón o de las tintas que se usan en su diseño. Los cereales también se pueden contaminar de origen durante el proceso de cosechado. Es el caso del arroz basmati, que es susceptible de contaminarse por contacto con las cestas en las que se recoge, o bien por el tratamiento anti polvo al que se somete, ya que se rocía su superficie a fin de evitar que se levante polvo al manipularse.

Hidrocarburos en nuestros alimentos: contaminación MOSH y MOAH

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria conoce las repercusiones sobre la salud de estos compuestos, y sabe que las sustancias nocivas presentes en los MOSH tienen efectos adversos sobre la salud humana. Los MOSH se acumulan en tejidos, nódulos linfáticos, bazo e hígado y pueden llegar a ocasionar microgranulomas. Los MOAH son considerados como posibles sustancias carcinógenas y mutagénicas, que pueden actuar como carcinógenos y se han identificado como potenciales disruptores endocrinos. Debido a su potencial peligrosidad, la EFSA recomienda limitar la presencia de estas sustancias en los productos alimenticios. Es la vía para reducir el impacto que sobre la salud tiene la exposición de los alimentos a estos agentes nocivos.

La EFSA estima que ingerimos entre 0.03 y 0.3 mg de hidrocarburos saturados por kilogramo de peso corporal con nuestra comida diaria, pero los niños pueden ingerir aún más. Calcula que la ingesta de hidrocarburos aromáticos es aproximadamente el 20% de los valores de MOSH, es decir entre 0,005 y 0,06 mg por kilogramo de peso corporal. Para un niño que pesa 10 kg, esto implica una ingesta diaria de hasta 3 mg de MOSH y 0,6 mg de MOAH.

Estas sustancias tóxicas tienen que estar ausentes de los alimentos. Se deben adoptar soluciones técnicas que pasen por la detección de los niveles de contaminantes MOSH y MOAH en los materiales de embalaje fabricados con papel y cartón reciclado, y lo que es inevitable, las autoridades sanitarias europeas deben actuar y legislar para prevenir la migración del aceite mineral desde el papel y cartón reciclado a los alimentos. Con estas medidas se impedirá la presencia de estos hidrocarburos nocivos en los alimentos que consumimos.

Autor: Raúl Martínez, Biólogo, Especialista en Medio Ambiente y Salud

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