La calidad del agua de mar que se recoge para comercializar es lo más importante. Todo suma claro está, el protocolo de envasado, filtrado, diseño, logística…, pero naturalmente lo más importante es que la materia prima sea de excelente calidad. Por eso desde el inicio en Ibiza y Formentera Agua de Mar decidimos recoger, casi mejor dicho recolectar, el agua de mar desde un barco, tratándose además del Plasma Marino, que se produce normalmente en alta mar, donde hay confluencias de corrientes en las cuales se amalgama y concentra el Plancton, que es un factor imprescindible para obtener un producto de la más alta calidad.

Dicho así, parece muy fácil, nos adentramos unas millas mar adentro (una milla náutica son 1852 metros) y llenamos unos depósitos con agua de mar…, pero la verdad es que no es tan sencillo, algo siempre puede fallar, un motor, la batería, la bomba,… Por este motivo decidimos adquirir un nuevo barco, que nos diera mayor autonomía, seguridad, que fuera más respetuoso, en el que nos sintiéramos mejor para realizar nuestra tarea.

El nuevo barco de Ibiza y Formentera Agua de Mar es un casco trimarán con dos motores de nueva generación, todo diáfano, en el que podemos  trabajar por toda la cubierta sin problema, lleno de tambuchos para tener todo lo necesario, pero sin que se vea nada, con luces por toda la cubierta.

En el agua, optamos por una sonda de gran calidad, para poder verificar bien los fondos y otros detalles que tanto a mi socio Alfonso como a mí nos interesaba encontrar en el barco que buscábamos. El piloto automático nos impactó, te da una libertad de movimientos que hasta que no lo pruebas no te imaginas, en definitiva disponemos de un barco seguro, fiable y prácticamente nuevo, con todos los avances para poder recoger el Plasma Marino, base de los diferentes productos de Ibiza y Formentera Agua de Mar.

La aventura de traerlo desde Valencia a Ibiza tuvo sus peripecias pero acabó bien. “Hay un hueco de buen tiempo hoy, mañana no dan buena mar, así que tenemos que espabilar y dar el salto hoy” me dijo Alfonso. Yo conducía la furgoneta regresando de una feria, le contesté: “De acuerdo”. Teníamos que preparar el barco muy rápido, en unas horas, y también resolver el tema de la furgoneta; aquí es donde entra nuestro querido Juanjo, que siempre que puede nos hecha un cable. Total que el señor y patrón Juanjo cogió un barco Ibiza-Denia, ese mismo día, para llegar sobre las 15:00 y encontrarnos en la estación marítima y hacer el intercambio, él se quedaba con la furgoneta y yo me disponía a esperar a Alfonso, que mientras tanto, ya había preparado el barco, y en solitario (solo apto para profesionales), se había dirigido rumbo a Denia. No tuve que esperar mucho, en unos minutos ya estaba llegando a la bocana del puerto, me acerqué al muelle, salté a proa y aquí es donde empezó nuestro periplo hacia nuestra querida tierra Ibiza.

A una velocidad de crucero de 20-22 millas, con una mar un pelín revuelta y viento de levante, pero con perspectivas de calmar, nos dirigíamos hacia la costa Ibicenca. Ambos contentos y orgullosos de lo hecho y de lo que quedaba por hacer, el viento en la cara frío pero recibido con alegría, todo bien, los motores susurrando, todos los mandos respondiendo y cada vez más cerca. Nos dirigimos hacia la bahía de Sant Antoni, eso significaba que de camino nos encontraríamos con algunos de nuestros queridos islotes, que preservan fauna y flora marina y que son dignos de ver cuando uno navega, el cielo estaba muy claro, el sol se estaba poniendo. Después de unas tres horas y media, ya entrabamos en la bahía, muy satisfechos con el comportamiento del barco, ya solo nos quedaba atracar y amarrar, había sido un día completo y gratificante.

Una aventura para recoger mejor ese líquido marino, que tan beneficioso es, pero que como todo hay que saber tratar y respetar.

Autor: David Aguado Ceo de Ibiza y Formentera Agua de Mar | www.ibizayformenteraaguademar.com

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