No somos pocos quienes en nuestra infancia habremos jugado alguna vez con el mercurio de los termómetros que se rompían en casa, y visto cómo unas gotas absorbían a otras hasta que sólo quedaban dos o tres grandes masas. Aquella práctica infantil, hoy impensable, me recuerda la dinámica actual del sector bio en España, en el que se multiplica la entrada de grandes capitales, bien en forma de inversores o de empresas multinacionales, creando un panorama muy distinto al de hace tan sólo cinco años, no sólo en cuanto a crecimiento de su mercado, sino también a su estructura, organización y equilibrio.

Los grandes capitales desembarcan en el sector bio

La situación

El último episodio de este verano, la compra de la división bio de Ebro Foods -que ya absorbiera en su día marcas veteranas como Vegetalia o Celnat- por parte de Midsona, multinacional sueca de productos salud y bio, afianza una tendencia cada vez más fuerte que empezó hace algunos años, al calor del boom mediático y de crecimiento del sector y mercado bio en España.

Así, la inclusión de Biográ en la estructura de Idilia Foods, dueña de marcas como Colacao o Nocilla; la compra de Biogran por la holandesa Wessanen; o la adquisición de Natursoy por el grupo Nutrition & Santé son ejemplos de un movimiento de concentración de volumen y poder a lo largo de toda la cadena de comercialización.

La historia del sector ecológico en España es la de un crecimiento desequilibrado

Esta concentración se está dando también entre empresas “100% bio”. Como muestra, los recientes ejemplos de unión entre Veritas y Ecoorganic para crear el mayor grupo de supermercados bio de España; o del grupo francés de fabricantes Léa Nature (que a su vez compró a la zaragozana Biosurya en 2017) con Biocop, empresa familiar barcelonesa pionera en el sector.

¿Por qué tan rápido?

La historia del sector ecológico en España es la de un crecimiento desequilibrado. La alta demanda exterior y la baja demanda interna propiciaron un fuerte desarrollo de la producción primaria y una escasa evolución de la industria, la distribución y el canal de venta, que han mantenido hasta hace bien poco un status quo cómodo, con una mínima estructura industrial, logística y de venta,  suficientes y adaptadas al mercado especialista tradicional.

En el contexto actual de crecimiento de la demanda, las grandes corporaciones industriales y de la venta minorista han visto el momento de entrar en un mercado con un alto potencial sustentado por una débil competencia especializada. En cuestión de no más de cinco años la Gran Distribución, liderada por el canal hiper y seguida por los supermercados y tiendas de descuento, ha irrumpido en la cadena ecológica de comercialización, restando rápidamente cuota de mercado al canal especialista. A ello ha contribuido la estructura del canal de venta nacional, con una mayor concentración y variedad de establecimientos que en Europa  (3,4 tiendas por 1.000 habitantes en 2017 frente a 2,6 en Europa, según datos Nielsen) que ha aumentado y diversificado la oferta de producto al cliente de proximidad en perjuicio del canal especialista.

Los grandes capitales desembarcan en el sector bio

Al mismo tiempo, grandes multinacionales de la industria y empresas distribuidoras – convencionales y ecológicas– han visto también la oportunidad, y tomado el mismo camino, incorporando a su negocio divisiones de producto bio o, directamente, comprando empresas tradicionales lo suficientemente desarrolladas como para adaptarlas sin grandes esfuerzos,  y lo suficientemente pequeñas como para absorberlas sin grandes desembolsos.

Esta doble vía de concentración repercute también sobre productores y elaboradores tradicionales, dificultando la competencia con las producciones bien ajustadas de los grandes fabricantes y la disponibilidad de los volúmenes de producto que requiere la Gran Distribución.

Parece que la eclosión del consumo interior y su crecimiento constante a dos dígitos durante los últimos 10 años han cogido al mercado nacional con sus estructuras a medio hacer. España enfrenta la misma dinámica  de mercado que los principales vecinos europeos, pero con menos fuerza de vertebración y organización sectorial. Asociaciones de tiendas bio como Biocoop en Francia, asociaciones intersectoriales e interprofesionales de distintos Departamentos como Languedoc-Rousillon, Nouvelle Aquitaine o Gard en Francia; AIAB en Italia, BÖWL o BNN en Alemania,  son estructuras que se han creado y consolidado a tiempo para hacer frente con solidez a la llegada de los grandes capitales y movimientos de concentración al sector bio.

Las consecuencias en el mercado interior y su previsible evolución.

El servicio de consultoría PRODESCON-PROVOTEC, en sus colaboraciones con los estudios anuales del MAPA sobre el sector bio español, habla de dos modelos de mercado europeo: el anglosajón-nórdico, en el cual la mayor parte de la cuota de mercado bio se queda en el canal de venta convencional; y el mediterráneo, en el que la cuota se queda en el canal especialista.

Tradicionalmente, el mercado español ha seguido claramente el modelo mediterráneo con cuotas de mercado de los supermercados ecológicos, ecotiendas y grupos de consumo muy por encima del 50%, y con una representación minoritaria del canal convencional (hiper, super y descuento).

España enfrenta la misma dinámica  de mercado que los principales vecinos europeos, pero con menos fuerza de vertebración y organización sectorial

El último estudio MAPA del sector, referido a la situación en 2017,  otorga al canal especialista ecológico un 40-45% de cuota de mercado, un 35-40% al canal convencional, y el resto a otros canales. Sus previsiones para 2020 invierten esta proporción: 35% frente a 45%. Pero todo indica, vista la rápida evolución del canal convencional en los dos últimos años, que las proporciones ya han cambiado y lo van a seguir haciendo a corto y medio plazo, superando incluso estas previsiones.

El otro efecto de la concentración en la cadena de comercialización afecta a los pequeños y medianos productores, elaboradores y distribuidores ecológicos, que pierden capacidad de acceso a un canal de venta cada vez más dominado por las grandes corporaciones, a las que resulta más cómodo trabajar con grandes grupos productores e industriales que apoyarse en la capacidad limitada de oferta de producto y servicio de los pequeños y medianos.

Y si el sector ecológico especialista –productores, elaboradores y distribuidores- continúa posponiendo la prioridad de fortalecer su vertebración y organización con iniciativas asociativas rápidas y eficaces, perderán cada vez más peso en el mercado hasta llegar, en el peor de los casos, a un modelo anglosajón duro propio de países nórdicos, con cuotas de mercado en el entorno del 10%, lo que supondría la desaparición de buena parte de pequeños productores, industriales, distribuidores y ecotiendas independientes para dar paso a un modelo de sector bio basado en el dominio de los grandes grupos.

Autor: Pedro López Salcedo. Provotec. Consultoría avanzada para el sector agroalimentario | www.provotec.es

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1 COMENTARIO

  1. Magnífico artículo y fiel descripción de la realidad que vivimos el pequeño comercio especialista en eco. Muchas gracias por tu aportación Pedro

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