Las pastillas de jabón son uno de los máximos exponentes del movimiento zero waste, aquí residuo cero, ya que usándolas evitamos gran cantidad de envases de plástico, duran mucho y son más económicas que los líquidos. Por calidad-precio y sostenibilidad son una gran apuesta. Eso sí, no nos vale cualquier jabón que priorice colores y aromas por encima del bienestar de nuestra piel y del planeta.

Pastillas de jabón para toda la familia

La cosmética ecológica todavía no está tan regulada como la alimentación. Así que nos podemos encontrar productos que se venden como naturales y ecológicos, pero en realidad no lo son. Con un solo ingrediente bio que lleven ya lo pueden anunciar en el embalaje, pero puede darse el caso de que estén llenos de otros componentes que no nos interesan. Largas listas con nombres raros que en realidad esconden: colorantes, conservantes sintéticos, subproductos del petróleo o sulfatos (Sodium Lauryl Sulfate), que hacen mucha espuma, pero también son grandes irritantes de la piel.

Para pieles grasas o con tendencia al acné son muy interesantes los que contienen ingredientes específicos como la arcilla verde

Hoy en día podemos encontrar jabones sólidos ecológicos con los ingredientes justos y necesarios para hacer una pastilla de jabón tradicional de alta calidad. Es importante que tengan sello de garantía como ECOCERT, a nivel internacional, o Bio.Inspecta, certificado bajo la norma de BioVidaSana.

Higiene familiar

Más allá de la pastilla de jabón de manos o para ducha, podemos basar toda la higiene de la familia en los sólidos. Quizás aún no nos lo hemos planteado porque todavía no es muy común, pero existen jabones en pastilla específicos para el pelo, exfoliantes, e incluso para afeitar.

Champú: el paso de un champú convencional a uno ecológico supone un gran cambio porque el pelo se irá acostumbrando a una formulación menos espumosa y, si en un principio puede dar la sensación de que no está limpiando tanto, en pocos días, tanto el pelo como vosotros os iréis acostumbrando y es una maravilla.

Si ya venís de un champú bio, la transición a un sólido es más sencilla. Igualmente, seguid estos consejos: primero, cortar un trocito de jabón y frotarlo entre las manos; segundo, aplicar y lavar el pelo; tercero, enjuagar con abundante agua para que no quede ningún resto en el cuero cabelludo; cuarto, aplicar medio vaso de vinagre de manzana ecológico para subir el nivel de acidez del cabello y que quede brillante, ya que la pastilla de jabón es muy alcalina. Así equilibramos el pH.

Exfoliante: Conseguir un efecto exfoliante en realidad es muy sencillo porque simplemente necesitamos un jabón con algún ingrediente como la cáscara de almendra molida que elimina impurezas, células muertas de la piel y fomenta la renovación celular.

Afeitado: A los que les guste afeitarse con cuchilla también pueden hacerlo con jabón sólido. Se humedece la brocha con agua caliente, se frota en el jabón y se enjabona la cara hasta que se forme abundante espuma y ¡afeitar! Sirve para todo tipo de barbas.

Jabón de baño: En relación al jabón de baño para el cuerpo también podemos encontrar versiones para los diferentes tipos de piel. Para pieles grasas o con tendencia al acné son muy interesantes los que contienen ingredientes específicos como la arcilla verde, que es un regulador natural de la grasa y también aceites esenciales con propiedades antibacterianas como la canela, el lemongrass o la naranja.

Para pieles sensibles o atópicas, lo más indicado es el jabón sin perfumes ni aceites esenciales, para que sean lo más delicados y respetuosos posible con la piel. Este es también el jabón ideal para los más pequeños.

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Autora: Lluca Rullan, Periodista especializada en nutrición y salud natural. Dietista con perspectiva integrativa.

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Bio Eco Actual Septiembre 2020