Las dietas desequilibradas y la vida sedentaria facilitan la acumulación de toxinas en el organismo. Generalmente son excesos de ácido úrico proveniente de las proteínas y de elementos grasos como colesterol y triglicéridos, pero también pueden ser restos de medicamentos, alcohol o azúcares. Es muy conveniente la ingesta de un caldo depurativo, por lo menos dos o tres días al trimestre, o como complemento de un plan dietético detox, para reequilibrar el cuerpo después de algún exceso, o bien para prevenir trastornos como estreñimiento, hipertensión, gota, hígado graso o sobrepeso.

¿Qué es un caldo depurativo?
Estos caldos se pueden considerar bebidas isotónicas porque su función es hidratar sin desmineralizar. Su efecto es generar un efecto diurético de limpieza y barrido en el organismo. Son muy bajos en calorías y, como son en su mayor parte agua, limpian y activan los órganos depuradores, como los riñones, el hígado, la vesícula biliar y los intestinos.
Los caldos depurativos se elaboran cociendo hortalizas en agua sin sal. Cebolla, zanahoria, puerro, apio, laurel, ajo y perejil son los elementos estrella que no pueden faltar. Sólo se ha de limpiar y cortar las verduras y echarlas en un litro y medio de agua fría, que se lleva a hervor. Opcionalmente, se añade una cucharada de aceite de oliva. Se cuece durante treinta minutos a fuego lento. Una vez hervido, se cuela y se obtiene un litro de caldo.
Estos caldos se pueden considerar bebidas isotónicas porque su función es hidratar sin desmineralizar
Las cebollas, puerros y ajos tienen una importante acción diurética y aportan potasio, magnesio, calcio, cobre, hierro y silicio, además de quercetina y alicina, un componente azufrado antioxidante y desinfectante. El apio y el perejil incorporan un sabor inconfundible y una gran cantidad de potasio que pone en funcionamiento el equilibrio hídrico del cuerpo y activa la función renal. Son buenas fuentes de hierro y vitamina C. La zanahoria es la reina de los betacarotenos antioxidantes, precursores de la vitamina A que fortalecen el sistema inmunológico. El nabo además de potasio, contiene arginina y fibra, mientras que el laurel reduce la acidez gástrica y facilita la salud del sistema digestivo.
Es recomendable tomarlo a lo largo del día, repartido en tres o cuatro raciones, como aperitivo antes de la comida y de una cena temprana y ligera y el resto como tentempié. Conviene aderezarlo con una cucharadita de levadura de cerveza, que añadirá sabor y vitaminas del grupo B, además de reforzar su acción depurativa. También se puede añadir unas hojas de perejil o menta frescas bien picadas.
Autora: Mercedes Blasco. Nutricionista, Máster en Nutrición y salud
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Se ve que esbueno pero eso servira para poder quedar en barazada