En los últimos años, los conservantes han entrado en el terreno de la percepción negativa y el recelo del consumidor y, al igual que muchos otros ingredientes, se han considerado “inseguros”, debido a una mayor desconfianza hacia la química. Sin embargo, este “escepticismo químico” no se basa en las realidades normativas o científicas, incluido el papel esencial que desempeña la conservación en la seguridad del producto.

conservación cosmética
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Razones para la conservación

Ciertos cosméticos, como aquellos con alto contenido de agua o que exponen una gran cantidad del producto, como los frascos de crema, pueden ser más susceptibles a la contaminación microbiana. La conservación ayuda a prolongar adecuadamente tanto la vida útil como el uso del producto una vez abierto al inhibir o reducir el desarrollo de microorganismos. Esto es importante, ya que los microorganismos pueden no solo dañar directamente la salud de los consumidores, sino también afectar la consistencia y estabilidad del producto y, en última instancia, su seguridad.

En general, a menudo a través de una variedad de métodos, la conservación ayuda a evitar el deterioro, garantizar la seguridad, apoyar la sostenibilidad y reducir el desperdicio.

Seguro por ley

La legislación de la UE exige que todos los productos cosméticos y sus ingredientes, ya sean naturales o convencionales, sean seguros para la salud humana y demuestren esta seguridad, incluida su estabilidad microbiológica. El Anexo V del Reglamento de Cosméticos de la UE enumera todos los conservantes permitidos, sus niveles máximos de concentración en preparaciones listas para usar y si la sustancia no se puede usar en categorías específicas de productos (por ejemplo, cuidado bucal).

En general, la conservación ayuda a evitar el deterioro, garantizar la seguridad, apoyar la sostenibilidad y reducir el desperdicio

Métodos de conservación

La conservación del producto cosmético se puede lograr de varias formas:

  • Adición de conservantes: por ley son sustancias que se añaden a los productos cosméticos “única o principalmente para inhibir el desarrollo de microorganismos”. Estas sustancias pueden ser de origen petroquímico o natural, y pueden incluir reproducciones de sustancias naturales.
  • El envasado del producto puede proporcionar una función de conservación al reducir la (re)exposición de la formulación al ambiente externo, como en sistemas cerrados o de un solo uso (por ejemplo, un dispensador sin aire).
  • Las propiedades de la propia formulación, por ejemplo: algunos ingredientes tienen un impacto en la conservación de la mezcla cosmética a través de una formulación bien balanceada.
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123rf Limited©artfully. Cosmética sin testar en animales

¿Qué conservantes están aprobados para la cosmética natural y ecológica?

Tomando NATRUE como ejemplo, los conservantes permitidos se pueden clasificar como idénticos a los naturales o naturales derivados. En el Anexo 4 del estándar NATRUE está disponible una lista completa. Se entiende por sustancias idénticas a las naturales a reproducciones de laboratorio de sustancias naturales que solo pueden usarse cuando las sustancias naturales no pueden recuperarse de la naturaleza mediante un esfuerzo técnico razonable. Las sustancias naturales derivadas se refieren a sustancias naturales que se han transformado químicamente mediante un conjunto de reacciones permitidas.

Los ejemplos de algunos conservantes permitidos para cosméticos naturales pueden incluir:

  • Alcohol bencílico: un alcohol orgánico que se puede encontrar en algunos aceites esenciales de plantas; en particular el aceite de flor de jazmín.
  • Ácido dehidroacético: se encuentra en la naturaleza en las flores de Solandra nitida y Solandra grandiflora.
  • Benzoato de sodio: la sal del ácido benzoico se encuentra de forma natural en los tés y en algunas frutas como las manzanas, los arándanos, las ciruelas pasas y las ciruelas.
  • El ácido sórbico y su sal sorbato de potasio se pueden encontrar naturalmente en algunas frutas (como las bayas del fresno de montaña).
  • Otros conservantes que se utilizan con frecuencia en la cosmética natural incluyen el ácido salicílico (que se encuentra en la reina de los prados, las hojas de sen y la flor de la manzanilla), el ácido fórmico (que se encuentra en los insectos que los escarabajos y otros articulados usan para protegerse, y en las ortigas y agujas de abeto), o Ethyl Lauroyl Arginate HCl, un conservante de alimentos que se obtiene de una reacción entre el etanol, un ácido graso vegetal (ácido láurico) y un aminoácido natural (arginina).

La industria cosmética busca continuamente nuevos compuestos capaces de limitar el crecimiento de microorganismos

Statu quo y futuro

La industria cosmética busca continuamente nuevos compuestos capaces de limitar el crecimiento de microorganismos. Sin embargo, de las 53 sustancias actuales del Anexo V, una combinación de un modelo en desuso, percepción social, exclusión regulatoria, umbrales reducidos para el uso seguro y desafíos en la aprobación regulatoria de nuevas sustancias, han contribuido a una reducción continua de la paleta del formulador. En consecuencia, los formuladores buscan nuevas alternativas y nuevos métodos.

Fomentar la innovación es clave, y las tendencias en tecnología de conservación apuntan a reducir la susceptibilidad microbiológica del producto y, en consecuencia, reducir el riesgo de contaminación, combinando con éxito combinaciones de factores contribuyentes, desde el pH hasta el envasado, para mejorar la eficacia del sistema de conservación, prolongar la vida útil y aumentar el período de uso para el consumidor. Para los cosméticos naturales y ecológicos, es probable que esto implique un mayor incremento del desarrollo de conservantes naturales o derivados producidos en línea con los principios de la química verde para tener en cuenta la sostenibilidad ambiental, con el fin de satisfacer las necesidades de la industria y las expectativas de los consumidores.

Autor: Mark Smith, Director de NATRUE 

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