Corrían los años ochenta cuando Cupper nació con la convicción de que, con ingredientes ecológicos, naturales y de comercio justo se puede disfrutar de un buen té, a la vez que producir un impacto positivo sobre el planeta y las personas. Una filosofía que, tras casi 40 años de trayectoria en el sector ecológico, la marca sigue manteniendo a día de hoy.

Cupper
Foto cedida por Biogran

Érase una vez en Inglaterra…

Los orígenes de Cupper se remontan en el condado de Dorset (Reino Unido) en el año 1984, cuando Mike y Lorraine Brehme, un matrimonio obsesionado por el té, se propusieron combinar su pasión por esta bebida con la promesa de un cultivo ético y de una producción natural. En su cocina comenzaron su proyecto personal, que se materializó con la venta de dos baúles de té de Assam de máxima calidad a distintos herbolarios y cafeterías locales. Debido a su éxito, pronto su cocina se les quedó pequeña y, dejando atrás sus modestos inicios, abrieron su fábrica en Beaminster. Así fue como Cupper se convirtió en lo que es hoy: un referente en tés ecológicos y de comercio justo.

Parte del grupo Ecotone desde 2012, uno de los principales grupos europeos en el mundo de la alimentación ecológica, Cupper produce en su fábrica entre 2,5 y 3 millones de bolsitas de té al día, prestando máxima atención a todos los detalles comprendidos desde la búsqueda de ingredientes naturales, hasta las combinaciones de sabores, pasando por el impacto social y ambiental del proceso productivo. Despunta en el mercado con sus productos puros, sostenibles y responsables, que ya son más de 150 referencias presentes en más de 50 países, entre ellos en Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos, además de España, entre las que se encuentran distintas variedades de té negro, té verde, té blanco e infusiones.

Cupper es el mayor comprador de té de Comercio Justo del mundo

El equipo de Bio Eco Actual tuvo la oportunidad de conocer de primera mano la tarea de Cupper en una visita guiada en sus instalaciones en Dorset. Su gerente de categoría en Europa, Karmel Maletta, y sus Master Blenders (maestros del té), Daniel Parr y James Ikin, nos explicaron cómo procuran ingredientes ecológicos y de comercio justo en todo el mundo en la busca de la máxima calidad.

Su lema: Natural, Justo y Delicioso

El té es una de las bebidas más populares del mundo, después del agua. Pero a menudo los cultivadores de las plantaciones se encuentran con dificultades para conseguir tratos justos. Se trata de un producto que exige una gran cantidad de mano de obra que desempeñe tareas como la recolección, la poda, la fertilización y la eliminación de malas hierbas de los campos durante su cultivo, además del trabajo requerido en las plantas de procesado. Gran parte de la producción de té se apoya en pequeños productores que, con mucha frecuencia, trabajan en condiciones de desigualdad, injusticia y explotación.

Frente a ello, el Comercio Justo (Fairtrade) defiende los derechos de los trabajadores, garantizando sistemas de producción económica y socialmente sostenibles, con un margen económico óptimo y unas condiciones para poder vivir y trabajar de manera digna a medio y largo plazo.

Cupper
Foto cedida por Biogran

Para abastecerse de materias primas éticas y de calidad, el equipo de expertos de Cupper viaja por todo el mundo en busca de los mejores agricultores y plantaciones de té, especialmente en las regiones de África, India y Sri Lanka, que cuentan con suelos y climas favorables para el cultivo de esta planta. Fiel a sus estándares, la marca no se abastece de té mediante subastas, sino que trabaja en colaboración con comunidades de productores y recolectores mediante acuerdos justos que priorizan el progreso de su comunidad. En otras palabras, estableciendo un sistema que ayude a mejorar su economía e impulsar el desarrollo colectivo, garantizando salarios mínimos, precios estables e igualdad de género, para que puedan desarrollar su actividad de manera digna y superar el umbral de la pobreza.

En 1994, Cupper se convirtió en la primera compañía de té de comercio justo del Reino Unido. Incluso participó en la redacción de los “Estándares del Comercio Justo”. Ahora, casi 30 años después, es el mayor comprador de té de Comercio Justo del mundo, dando apoyo a más de 114.000 productores y sus familias en todo el planeta, garantizando unas condiciones laborales dignas, así como el acceso a la educación, la sanidad y a la vivienda de los miembros de estas comunidades.

Marcar la diferencia

Compromiso y honestidad se concentran en el corazón de Cupper para ofrecer un té respetuoso y responsable con el medio ambiente, tanto por dentro como por fuera. Su afán de buscar alternativas sostenibles va más allá de las materias primas, llegando hasta el envasado. Así pues, además de ofrecer productos procedentes de la agricultura ecológica, la marca trata de mejorar su huella ecológica constantemente.

La marca trabaja en colaboración con comunidades de productores y recolectores mediante acuerdos justos que priorizan el progreso de su comunidad

Esto pasa, por ejemplo, con el diseño de un envasado 100% sin plástico. Desde 2018, todas las bolsas de té Cupper son libres de plástico. Fabricadas con materiales biodegradables y de origen 100% vegetal, no contienen polipropileno (es decir, plástico a base de petróleo, aceites o combustibles fósiles). Gracias a esto, evitan que toneladas de plástico acaben en la cadena de residuos. Además, no están blanqueadas, para así evitar añadir cualquier aditivo artificial a sus productos.

También su fábrica de Beaminster es neutral en cuanto a emisiones de carbono. Aproximadamente el 98% de los residuos de la fábrica se reciclan y se utilizan para generar energía renovable. Por todo ello, además de pionera en el envasado sostenible, Cupper es una empresa B-Corp certificada, comprometida con las personas y el entorno.

Autores: Oriol Urrutia, Co-Editor y Politólogo. Ariadna Coma, Periodista

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Bio Eco Actual Noviembre 2022