Empezaban los años 90 cuando Nerpio (Albacete) fue testigo del nacimiento de Valle del Taibilla, productora de mermeladas, compotas, nueces y conservas ecológicas. Desde entonces elaboran mermeladas de calidad extra, con frutos y frutas cultivadas localmente. Sus productos son saludables, ecológicos y de gran calidad, pero el valor que más diferencia a esta empresa es su conexión con el territorio y sus valores, que van más allá de la producción ecológica.

Valle del Taibilla
©Bio Eco Actual. Miguel en el Obrador, explicando el proceso de producción de las mermeladas

Bio, local y social

En 1989 cinco socios se unieron para crear la Cooperativa Agrícola y Forestal de Nerpio. Emplazada en este pueblo de la provincia de Albacete y limitando con la Región de Murcia, y las provincias de Granada y Jaén, los inicios fueron complicados. Pero con la Cuenca Hidrográfica del Río Taibilla y el paisaje de alta montaña de la Sierra del Segura como escenario privilegiado, reafirmaron su apuesta por la producción ecológica.

Años después, la cooperativa sigue adelante con su compromiso con el desarrollo social y medioambiental de la comarca mediante la producción de mermeladas, compotas y conservas bio, siendo su marca Valle del Taibilla referente en el mercado ecológico nacional e internacional. Sus productos se pueden encontrar en prácticamente toda España, e incluso han despertado el interés de compradores en países como Hong Kong, Alemania, Portugal y Francia.

Mermelada: dónde la fruta es la protagonista

“Trabajamos las frutas y hortalizas del entorno, utilizando solo ingredientes naturales, ecológicos y sin añadidos químicos. Con un proceso artesanal para mantener todas sus propiedades y beneficios y el sabor natural y real de cada alimento”, explica Miguel González, fundador y gerente de Valle del Taibilla, durante la visita del equipo de Bio Eco Actual a las instalaciones de la empresa en Nerpio.

Sus productos son saludables, ecológicos y de gran calidad

Precisamente un proceso de elaboración cuidado y basado en técnicas tradicionales como la autopasteurización, da como resultado un producto distinguido por su calidad. Cuidando los nutrientes y el sabor de cada producto, ajustándose a las propiedades y a las necesidades de elaboración que requiere cada fruta. “Los puntos de cocción determinan que una mermelada no pierda propiedades. Y la fruta, que sea de la máxima calidad posible. A mejor calidad de la fruta, mejor sabe la mermelada”, explica Miguel González.

“Nuestra especialidad son los frutos rojos”, añade. Actualmente Valle del Taibilla fabrica unas 25 variedades de mermelada ecológica, entre las que se encuentran sabores clásicos como arándano, fresa, frambuesa, melocotón o naranja, además de sabores más exóticos y originales como mango, ciruela, limón o tomate. Sus referencias se pueden encontrar en el mercado en formato estándar (260g) o en formato familiar (630g), además de una gama de mermeladas elaboradas con sirope de agave y una gama con azúcar de caña, ideales para complementar cualquier receta.

Valle del Taibilla amplía su oferta con tomate frito, elaborado con tomates maduros de producción local que son pelados a mano, fritos a fuego lento con aceite de oliva virgen extra de la Sierra del Segura y sal marina ecológica.

Las compotas de fruta de albaricoques, arándanos, fresas y frutos del bosque, veganas, ecológicas y sin gluten, son otra de sus referencias destacadas por su textura y su baja cantidad de azúcares totales y que proceden de las frutas. Se elaboran únicamente con fruta y zumo de uva ecológico concentrado, ingrediente que permite reducir en un 30% la cantidad de azucares y calorías respecto a una mermelada tradicional. “Empezamos a utilizar el azúcar de caña, siguiendo la transformación del mercado. Continuamos con el agave y ahora introducimos el zumo de uva a una compota con muy poco contenido en azúcar adicional. A nivel organoléptico, tiene más cantidad de fruta y tiene muchas más propiedades”, apunta en este sentido Miguel González.

Valle del Taibilla
©Bio Eco Actual

Más allá de las mermeladas

“Creamos un producto que ayuda a la conservación ambiental de la zona rural donde está enclavado, manteniendo su hábitat natural, produciendo así una sostenibilidad integral. Una sostenibilidad circular que ayuda a mantener el apoyo socio laboral de una zona despoblada”, explican desde Valle del Taibilla.

Su producción se basa en materia prima autóctona, aprovechando los recursos naturales que ofrece el entorno privilegiado de Nerpio. Las frutas y hortalizas que se transforman en la fábrica de mermeladas y conservas provienen de cultivos de productores locales que respetan especialmente el ritmo de la naturaleza. Cada producto, desde su cultivo a su producción, pasando por su recolección, es cuidado para garantizar su mejor sabor y calidad nutricional.

Su producción se basa en materia prima autóctona, aprovechando los recursos naturales que ofrece el entorno privilegiado de Nerpio

Nueces de Nerpio: Calidad diferenciada

Este compromiso con el entorno se ve reflejado especialmente en las nueces de Nerpio bio, que la cooperativa comercializa bajo la protección de la Marca de Calidad Diferenciada “Nueces de Nerpio”.

Se obtienen en su mayor parte de nogales centenarios, el núcleo más antiguo de Europa de variedades autóctonas y emblema del municipio de Nerpio, situados a altitudes superiores a los 1.100 metros. Regados con agua de alta montaña y cultivados sin uso de pesticidas ni abonos químicos, las nueces son recolectadas a mano, secadas al aire y partidas artesanalmente. Todo ello les confiere un sabor intenso y único, además de un alto contenido en antioxidantes y polifenoles y una cantidad óptima de grasas saludables.

Mediante el consumo de esta nuez con Denominación de Origen del Nerpio, se contribuye al mantenimiento medioambiental, económico y social del territorio. Por ello mismo, la Asociación para la Promoción de la Nuez de Nerpio, de la cual Miguel González es vicepresidente, está a punto de conseguir la Denominación de Origen Protegida a nivel europeo para la nuez producida en la Cuenca Hidrográfica del Río Taibilla.

Autores: Oriol Urrutia, Co-Editor y Politólogo. Ariadna Coma, Periodista

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Bio Eco Actual Marzo 2023