En la actualidad, la forma más habitual de obtener los alimentos que llegan a tiendas y supermercados es a través del sistema de producción que llamamos convencional. En este método se utilizan tecnologías modernas como maquinaria agrícola, fertilizantes químicos y pesticidas, con el objetivo de aumentar las producciones de los cultivos y homogeneizar el aspecto final de los productos. Esto permite producir alimentos de forma eficiente y económica, y ofrecer una gran variedad de productos durante todo el año.

cultivos ecológicos y convencionales
©Marta Montmany. Judías verdes de producción ecológica

Sin embargo, a medida que los consumidores somos cada vez más conscientes de los efectos de los cultivos convencionales en el medio ambiente y la salud, existe un creciente interés por productos alternativos, como son los procedentes de producción ecológica, que utiliza técnicas agrícolas más sostenibles y naturales para producir alimentos sanos y nutritivos.

Los productores ecológicos suelen tener por vecinos productores convencionales, por lo que existe la posibilidad de que los cultivos ecológicos puedan ser contaminados por productos químicos o pesticidas que se utilizan en los campos vecinos o en zonas cercanas, puesto que los contaminantes químicos pueden viajar a través del viento, el agua y la tierra, y llegar a los campos y productos ecológicos.

Las autoridades reguladoras también desempeñan un papel importante en la prevención de la contaminación de los cultivos ecológicos

Para prevenir esta contaminación, lo ideal sería que los productores ecológicos y convencionales estuvieran en comunicación constante y trabajaran juntos para garantizar que sus métodos de cultivo no interfieren entre sí. Esto podría incluir acuerdos sobre qué productos químicos o pesticidas pueden utilizarse en las zonas cercanas a los campos ecológicos, los mejores momentos o métodos para realizar los tratamientos, así como pactar y respetar distancias mínimas de seguridad entre los campos de cultivo convencional y ecológico.

Las autoridades reguladoras también desempeñan un papel importante en la prevención de la contaminación de los cultivos ecológicos, ya sea a raíz del establecimiento de normas y regulaciones que restringen el uso de productos químicos y pesticidas en los campos de cultivo, así como la supervisión y la aplicación de estas normas para garantizar su cumplimiento.

A pesar de esta responsabilidad “compartida”, la realidad es que la normativa europea de producción ecológica establece que la responsabilidad de garantizar la integridad de los alimentos ecológicos y el establecimiento de todas las medidas específicas necesarias para garantizar que los productos ecológicos mantengan esa integridad y prevenir su contaminación, corresponde a los operadores ecológicos implicados en la cadena alimentaria, incluyendo a los productores, los procesadores y los distribuidores.

cultivos ecológicos y convencionales
123rfLimited©yareta. El agua, posible contaminante de cultivos (plantación de calabaza)

Para evitar la contaminación de los campos ecológicos por la proximidad de campos convencionales, los productores ecológicos pueden tomar, por ejemplo, las siguientes medidas:

  1. Mantener una distancia mínima entre sus campos y los convencionales.
  2. Establecer barreras vegetales y otras técnicas para evitar la deriva de plaguicidas y otros contaminantes.
  3. Realizar análisis regulares de sus campos para evaluar la presencia de contaminantes.
  4. Garantizar que los materiales de plantación, semillas y abonos no estén contaminados.
  5. Mejorar la comunicación y cooperación con los productores convencionales vecinos.
  6. Seguir las normativas de seguridad alimentaria y buenas prácticas para evitar la presencia de contaminantes en sus productos.

Además de todas estas medidas, para garantizar la integridad de los alimentos ecológicos, la normativa europea también exige la certificación de toda la cadena de producción, elaboración y distribución y la realización de controles periódicos en cada fase. El sistema de control europeo se basa en el principio de la “trazabilidad”, que permite seguir el recorrido de los alimentos ecológicos desde el campo hasta el consumidor final.

Los contaminantes químicos pueden viajar a través del viento, el agua y la tierra, llegando a los campos y productos ecológicos

Así pues, a modo de conclusión, los productores ecológicos tienen una serie de obligaciones adicionales y costes de certificación, mientras que los productores convencionales no están sujetos a estas exigencias, lo que no deja de suponer una paradoja si consideramos que el sistema de producción ecológica es más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los productores ecológicos operan en un mercado diferente de los productores convencionales, donde los consumidores están dispuestos a pagar un precio más elevado por los alimentos ecológicos, que refleja su calidad y beneficios para la salud y el medio ambiente y donde el sistema de certificación ecológica ayuda a diferenciar los productos ecológicos de los convencionales y a proporcionar garantías a los consumidores sobre su integridad.

Sin embargo, los productores ecológicos no sólo están en desventaja respecto a los productores convencionales a nivel local, también lo están en relación al flujo creciente de productos ecológicos de importación provenientes de países con menores costes de producción, debido a unas condiciones socioeconómicas diferentes que se traducen en precios más bajos. Ante esta situación, la estrategia a seguir como consumidores es buscar la calidad y frescura de los productos ecológicos locales y de temporada, en un mercado sostenible de proximidad.

Autor: Isidre Martínez, Ingeniero Agrónomo

Suscríbete a la Newsletter y recibe Bio Eco Actual gratis cada mes en tu correo

Bio Eco Actual, tu mensual 100% ecológico
Leer
Bio Eco Actual Mayo 2023