La idea de reducir el impacto ambiental asociado al uso de productos menstruales convencionales gana terreno entre la población femenina.
Las mujeres conviven, de media, más de 40 años con la menstruación. La regla, por tanto, está presente en la vida de las féminas y tiene un impacto directo durante su etapa adulta. Según estimaciones de las asociaciones, una mujer puede llegar a utilizar más de 15.000 tampones a lo largo de su vida, lo que tiene un elevado coste en términos económicos y ambientales. A lo que hay que sumar otros tipos de productos de higiene íntima o medicamentos para tratar el dolor.
Con estos datos, hace años comenzó a extenderse el concepto de menstruación sostenible para hacer frente y dar respuesta a los retos ambientales y, al mismo tiempo, promover prácticas menstruales más respetuosas con el medio ambiente. Algo que, además, ha estado acompañado por una pérdida en la estigmatización que tiene la regla en la sociedad. La propia televisión emitía anuncios publicitarios donde se trataba de esconder la regla utilizando recursos como líquidos azules en productos de compresas para representar la sangre. Como si la menstruación fuese algo malo o no natural.
Esto, sin embargo, ha cambiado y hoy en día ya no existen tantos prejuicios con respecto a la regla. En España, por ejemplo, la nueva ley laboral contempla que todas aquellas mujeres que sufran menstruaciones dolorosas que les impidan asistir al centro de trabajo podrán acogerse a una baja laboral. Algo que, según el Ministerio de Igualdad, puede afectar al 1% de las mujeres.
Con menos tabúes y falsos mitos eliminados, la regla tiene más espacio en los medios de comunicación y hoy en día las mujeres no tienen que vivirla de forma clandestina o con vergüenza. Algo en lo que también ha ayudado este movimiento de menstruación sostenible que ha normalizado un proceso biológico, ayudando a las nuevas generaciones y futuras a tener acceso a información más clara y de más calidad, como la que se puede encontrar en el portal especializado CYCLO.
Cómo beneficia a la mujer la menstruación sostenible
Uno de los aspectos más importantes de la menstruación sostenible consiste en que las mujeres que toman consciencia de ella se conectan con sus cuerpos y sus procesos biológicos, conociéndose mejor a través de la educación y salud menstrual. De este modo, las féminas tienen información y cuentan con más herramientas a la hora de enfrentarse a momentos de dolor, pudiendo gestionarlo mejor.
Esto les permite gestionar mejor los días de la regla, controlando el sangrado y utilizando métodos y productos más sostenibles que, además de beneficiar al medio ambiente, también benefician su propia salud. Por ejemplo, es posible optar por infusiones específicas o suplementos en lugar de paracetamol. O aprender a gestionar el dolor para sentirse mejor.
Productos sostenibles durante la regla
Volviendo a los residuos que se generan durante los ciclos menstruales, la ecología y el respeto al medio ambiente también juegan un papel nuclear en la menstruación sostenible. Utilizar miles de tampones o compresas no reutilizables supone un impacto gravísimo en el medio ambiente. Algo que se puede minimizar utilizando otro tipo de productos tan efectivos como los anteriores pero sin generar contaminación.
En concreto, las mujeres encuentran hoy en día en el mercado productos como copas menstruales, compresas reutilizables y bragas menstruales, alternativas fabricadas con materiales duraderos y de bajo impacto ambiental que pueden reutilizarse durante varios años. Desde el punto de vista ambiental compensa el uso de estas soluciones. Desde el punto de vista de la economía doméstica, si bien es cierto que al principio puede suponer una inversión económica mayor, a la larga también compensa.
Menos riesgo de infección
Los materiales con los que están fabricados estos productos son, además, más eficientes a la hora de promover la higiene en la vagina. Por ejemplo, la copa menstrual, uno de los más utilizados, consiste en un recipiente de silicona médica 100% hipoalergénica que respeta el ph vagina, evitando problemas de irrigación, hongos u alergias ya que la sangre queda recogida en el recipiente.
En cuanto a las bragas menstruales cabe destacar que el mercado está lleno de diferentes marcas que incluyen sistemas que evitan humedades, garantizando una absorción máxima y un tejido que evita olores. Otra posibilidad a la hora de mejorar la higiene vaginal de una forma sostenible es por medio de las esponjas menstruales.
La importancia de reciclar y no generar residuos
Todos estos productos ayudan a mejorar el medio ambiente. Los convencionales de un solo uso, sin embargo, difícilmente pueden ayudar a conseguir un mundo con menos residuos. Aunque sean reciclables, ya que una gran parte de ellos acaban en vertederos, donde pueden tardar siglos en degradarse debido a los productos con los que están fabricados. De ahí la importancia de apostar por el uso de productos de varios usos para manejar la regla.
Además, como se ha comentado anteriormente, la menstruación sostenible y la utilización de productos de varios usos suelen estar unidos a una mayor conciencia de la menstruación y conocimiento. El hecho de tener que saber dónde están las bragas o copas cuando llega la regla propicia que las mujeres pongan la atención sobre el cuerpo, sus sensaciones y su bienestar.
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