El consumo responsable debe promover un modelo de producción que permita mejorar las condiciones de vida de los seres humanos, la sostenibilidad ambiental y el respeto a los otros animales.

¿Cómo podemos salvar miles de vidas cambiando nuestros hábitos de consumo?

A lo largo de la Historia, los seres humanos hemos creado un modelo de desarrollo basado en la explotación de las otras especies, nos hemos beneficiado de los otros animales como si sólo fueran recursos puestos a nuestra disposición. Los hemos empleado para vestirnos, alimentarnos, transportar peso, arar nuestros campos, hacer experimentos científicos (o pseudo científicos) e, incluso, para divertirnos frívolamente…

En pleno S. XXI, hemos evolucionado lo suficiente como para poder razonar moralmente y decidir dejar de infligir sufrimiento a los demás habitantes del Planeta, ya que disponemos de múltiples alternativas que resultan, no sólo más éticas, sino más efectivas y sostenibles que la explotación animal.

“El veganismo es mucho más que una dieta, es una actitud ante la vida”

Un cambio en nuestra toma de decisiones diarias puede ayudar a evitar los innumerables sufrimientos a los animales. Por ejemplo, un acto tan cotidiano y, aparentemente inocente, como comerse un bistec de carne, conlleva costos ambientales ocultos muy graves pero, quien paga el precio más caro son los animales destinados al abastecimiento de mercados. Si cambiamos algunos de nuestros hábitos cotidianos podemos salvar miles de vidas.

El veganismo es un planteamiento moral a partir del cual se quiere vivir guardando respeto a todos los animales, prescindiendo del consumo de productos obtenidos a través de su uso, explotación o muerte. Los veganos evitamos el consumo de todos los alimentos de origen animal: carne, pescado, huevos, lácteos, miel.

Para alimentarnos podemos sustituir todos estos ingredientes de la cocina tradicional por alternativas vegetales. Cualquier receta de nuestro patrimonio culinario puede transformarse en vegana.

Sin embargo, el veganismo es mucho más que una dieta, es una actitud ante la vida. Por coherencia, los veganos tampoco utilizan piel o lana, ni cosméticos experimentados en animales, etc. ya que no es necesario.

Si te has planteado hacerte vegano, quizás te preguntarás lo siguiente:

¿Qué comer?
Cada día es más fácil encontrar alternativas veganas en las tiendas de comestibles y restaurantes. Hay más posibilidades de las que a priori se puede imaginar, también ecológicas.

¿Cómo obtener proteínas?
Las legumbres son la fuente de proteínas vegetales más asequible de nuestra cocina. El tofu es un derivado de la soja que se emplea para elaborar hamburguesas, embutidos y sucedáneos de los derivados lácteos.

¿Cómo calzarse?
Materiales como el caucho y la fibra vegetal ofrecen posibilidades para confeccionar calzado de calidad y sostenible, prescindiendo del cuero, una materia prima con costes ambientales y éticos muy elevados.

¿Qué productos cosméticos puedo utilizar?
El etiquetado de algunos productos cosméticos especifica que el producto no ha sido testado en animales y que su composición es 100% vegetal, además, la cosmética ecológica es muy recomendable para evitar componentes que puedan provocarnos efectos no deseados.

Autora: Helena Escoda, activista por los derechos de los animales. Licenciada en Historia en la UAB

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