Leer Parte I

La Osteopatía, referenciada como medicina por la OMS (Organización Mundial de la Salud), está reconocida en países como EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Portugal, Francia, Suiza o Gran Bretaña pero, como decíamos en el artículo del mes pasado, la Norma Europea UNE, aprobada por el Centro Europeo de Normalización (CEN), no está implementada en España, a pesar de estar publicada en el BOE (Boletín Oficial del Estado) desde enero del año pasado.

En este sentido, se están incumpliendo varias directivas europeas que tienen que ver con el reconocimiento de cualificaciones profesionales, la libre circulación de profesionales y pacientes y el derecho a una asistencia sanitaria igual en todos los países europeos.

Destaca esta norma UNE de “Prestación de servicios de asistencia sanitaria en osteopatía” que “a los pacientes que optan por un tratamiento osteopático tiene que garantizárseles la calidad y el estándar de cuidado sanitario que recibirán”. Según dice su texto, “aspira a establecer una pauta que facilite una práctica clínica, un aprendizaje, una seguridad y una ética de alta calidad para el beneficio de los pacientes”. Sin embargo, en España, en lugar de seguir la normativa europea, se continúa en  un vacío legal que fundamentalmente perjudica a los pacientes.

Dice la Norma UNE que la Osteopatía es una disciplina en la que “destaca la interrelación de estructura y función del cuerpo, facilita la capacidad innata del cuerpo para curarse a sí mismo y propugna un enfoque integral de la persona respecto a todos los aspectos de la salud y desarrollo saludable principalmente mediante la práctica del tratamiento manual.”

El estrés, la mala alimentación, las preocupaciones, las malas posturas, la falta de descanso,  afectan al buen funcionamiento de nuestro organismo y pueden provocarnos todo tipo de dolencias en el sistema nervioso, muscular, en los órganos, en los huesos…. Y de esta alteración de la anatomía y de la fisiología (o sea, del funcionamiento o función) surge la patología, es decir, la enfermedad.

Still, el padre de la Osteopatía, formuló como primero de sus principios, que “la estructura gobierna la función”. Se entiende por estructura, la relación entre los huesos, el sistema músculo-facial y su continuidad en todo el cuerpo, los órganos, el sistema linfático, las glándulas endocrinas, el sistema neurovascular, la piel, etc… Cualquier desarreglo en la estructura alterará entonces la función fisiológica del conjunto o de alguna parte, entendiendo como función fisiológica, la cardiorespiratoria, la articular, la digestiva etc…

De esta manera, si se nace con una buena estructura lo normal es que la función del organismo sea adecuada. Y de la misma manera si la función se hace bien, la estructura se desarrolla correctamente. Un ejemplo de que la función puede modificar la estructura, podría ser un exceso de uso de un determinado tendón que acaba comportando cambios en el hueso en el que se inserta.

Osteopatía

El segundo principio formulado por Still, en el que se basa la Osteopatía es la homeostasia. El cuerpo humano no solo tiende al equilibrio sino que tiene y contiene todo lo que necesita para estar en equilibrio (vitaminas, cadenas de proteína, hidratos…) El cuerpo puede regular sus funciones de manera no consciente y para ello tiene numerosos mecanismos como el sistema circulatorio vascular,  el neuronal, hormonal, etc…  Y todo funciona siguiendo el concepto del cuerpo como unidad. Otra de las pautas de las que habla Still decía también “Hállala, fíjala y déjala” es decir, busca, corrige y deja que el sistema de homeostasia (de equilibrio) haga el resto. Cuando se pierde la capacidad de homeostasia es necesario darle recursos para que el cuerpo se recupere.

La ley de la arteria es absoluta “allí donde llega sangre es muy difícil que se instaure la lesión”. Es muy importante liberar la estructura para que la sangre llegue a todas las partes del cuerpo. El ser humano genera una autorregulación de sus funciones, pero sólo si sus células reciben todo lo que necesitan para funcionar, generarse y eliminar las toxinas. Por eso, todos los líquidos del organismo que transportan los nutrientes y residuos, deben de circular libremente. El papel de la arteria es supremo.

La osteopatía nace en el estudio en los adultos pero cuanto más se ha ido profundizando en el estudio del nacimiento más se ha llegado a entender que es una técnica muy importante para el desarrollo humano. Es así como va surgiendo a finales del siglo XX y principios del siglo XXI lo que hoy se conoce como la osteopatía pediátrica. Según Jesús de Miguel, uno de los pioneros de la Osteopatía pediátrica en España, “la osteopatía es una técnica para el desarrollo humano que comienza en una etapa prenatal y luego sigue con el nacimiento y el desarrollo del niño”. Según nos explica, “en osteopatía pediátrica hacemos un tratamiento de la estructura, tanto durante el desarrollo del niño como durante la etapa gestacional. Ayudamos a que la madre pueda llevar mejor su gestación para enfrentarse mejor al momento del parto y al mismo tiempo, enseñamos al padre a acompañar en el parto”. Es muy importante la gestación, cómo nace y cómo se atiende al bebé. Los 18 primeros meses, que son claves en el desarrollo del cráneo hasta que el niño se pone de pie y utiliza sus propias cadenas musculares.

En cuanto a los casos que se tratan con más frecuencia en  osteopatía pediátrica, dice Jesús de Miguel, osteópata también en el Hospital Quirón San José “lo que más tratamos son deformidades craneales en el neonato y en el desarrollo infantil (entre 0 y 5 años), podemos ayudar a que tengan menos infecciones respiratorias, menos trastornos digestivos y menos trastornos psicomotores”.

Autora: Marta Gandarillas, periodista
Bio Eco Actual Junio 2017