Los polifenoles son nutrientes que se encuentran en las frutas y verduras. Su poder radica en detener el paso del tiempo. Son los causantes de la activación de los genes antienvejecimiento. Su efecto antioxidante nos aporta beneficios para la salud, siendo muy activos en la mejora de las enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares, en la diabetes y en el control de peso.

Los polifenoles abundan en los alimentos que tenemos a mano y no deben faltar en una dieta equilibrada. Sus efectos sobre la salud dependen de la cantidad consumida y de su biodisponibilidad. Están presentes, además de en frutas y verduras, en otros alimentos como las semillas, el aceite de oliva, el chocolate o el vino tinto.

¿Pero qué son los polifenoles y cómo actúan sobre los órganos y tejidos del cuerpo?

Los polifenoles son un grupo de más de más de 8.000 fito-compuestos químicos, de los que 4.000 se corresponden con los flavonoides. Se caracterizan por presentar más de una unidad de fenol en la molécula. La unidad de fenol es un anillo de hidrocarburo aromático de seis carbonos que están directamente unidos a un grupo hidroxilo (-OH). También se les conoce como compuestos fenólicos.  Muchos de ellos son poderosos antioxidantes y tienen capacidad para neutralizar los radicales libres, reducir la inflamación y retrasar el crecimiento de los tumores. De varios polifenoles, como la quercetina, las catequinas, los lignanos, el resveratrol y la curcumina, existen evidencias de laboratorio de que son agentes anticancerosos, por lo que su consumo habitual en la dieta podría prevenir el cáncer y tener efecto sobre las células cancerosas en el cuerpo humano.

Los polifenoles también mejoran la función circulatoria, pudiendo ayudar a retrasar la formación de coágulos sanguíneos. Por ejemplo, las catequinas del té tienen la capacidad de ralentizar el proceso que causa la obstrucción de las arterias, y el consumo de té negro o vino tinto puede mejorar la circulación sanguínea durante dos horas después de su consumo.

Activan el gen antienvejecimiento (SIRT-1), ralentizando el proceso de envejecimiento y siendo esenciales para combatir las enfermedades degenerativas y crónicas. El poder de actuación de los polifenoles viene determinado por un doble factor, la cantidad que consumimos y la absorción por nuestro organismo. Únicamente cuando se encuentran en altas dosis actúan como antioxidantes y antinflamatorios, solo así pueden manifestar su poder antienvejecimiento y activar los genes, permitiendo alargar la vida. Pero es necesario contar con la capacidad de nuestro cuerpo para absorberlos. La acción de la microflora intestinal es responsable de su catabolismo y de la producción de metabolitos activos, que posteriormente sufren procesos de conjugación intestinal y hepática, como la metilación, glucuronidación, y sulfatación, con el posterior transporte y circulación a los órganos del cuerpo.

polifenoles nutrientes

Los polifenoles se agrupan en cuatro categorías diferentes: ácidos fenólicos, flavonoides, estilbenos y lignanos. Los ácidos fenólicos se encuentran en el café, el té, las uvas, el vino tinto, las bayas, los kiwis, las ciruelas, las manzanas y las cerezas, en otras frutas y verduras, e incluso cereales y maíz. Los flavonoides son otro grupo de polifenoles que funcionan como antioxidantes y agentes antiinflamatorios. Los flavonoides se dividen en varios grupos: flavonoides, flavonoles, flavanonas, isoflavonas, antocianidinas, chalconas y catequinas. Se encuentran en frutas, verduras, legumbres, vino tinto y té verde. Los estilbenos tienen en el resveratrol su principal representante, más estudiado y mejor conocido. El resveratrol se encuentra en el vino tinto, los arándanos y los cacahuetes, y su consumo está relacionado con una mejor salud del corazón. Los lignanos se encuentran en las legumbres, cereales, granos, frutas, algas y algunas verduras. Las mejores fuentes son las semillas de lino y sésamo. Una dieta rica en lignanos es buena para la salud cardiovascular.

Otros polifenoles presentes en los alimentos son la capsaicina del chile y pimientos picantes, el timol en tomillo, ácido cinámico en la canela, ácido rosmarínico que se encuentra en romero, tomillo, orégano, salvia y menta.

Los alimentos que sobresalen por su riqueza en compuestos fenólicos son las especias, como el clavo de olor, el anís estrellado, las alcaparras, el curry, el jengibre, el comino y la canela, las hierbas como la menta, el orégano, la salvia, romero, tomillo, albahaca, hierba luisa, perejil, mejorana, el té verde y el té negro. El vino tinto y el cacao son una poderosa fuente de polifenoles. Destacan los arándanos, aronias, saúco negro, ciruela, cereza, grosella negra, mora, fresa, frambuesa y uvas negras. Las semillas con más polifenoles son las de linaza y las de apio. Fuente de compuestos fenólicos de primer orden son los frutos secos como las nueces, castañas, avellanas y las almendras. Las aceitunas negras y aceitunas verdes, las alcachofas, la achicoria roja y verde, la cebolla, la espinaca, el brócoli y la escarola son muy ricas en estos compuestos. Todas las frutas en general, pero especialmente la manzana, la granada, el melocotón, la naranja sanguina, el limón, el albaricoque y el membrillo. Y no nos olvidemos de los aceites, siendo muy ricos el de oliva virgen extra y el de colza.

El verdadero antienvejecimiento empieza desde el interior de cada uno. Por eso una de las claves fundamentales para vencer la batalla contra el envejecimiento es alimentarse bien.

Autor: Raúl Martínez, Dietista-nutricionista, Biólogo

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Bio Eco Actual Diciembre 2017