De la misma manera que nos preocupamos por consumir moda sostenible, también es necesario cuidar de ella a lo largo de toda su vida útil. A medida que la usamos, y en especial durante el ciclo de lavado, es importante generar el menor impacto ambiental posible, intentando hacer un lavado sostenible.

Sostenibilidad en el cuidado de la ropa

Cuando compramos ropa nos fijamos en aspectos clave como su proceso de fabricación, las materias primas utilizadas, la calidad de la prenda y su certificación. Características que garantizan una fabricación respetuosa con el medio ambiente.

Sin embargo, esa conciencia ecológica no debe finalizar con la compra. Durante el proceso de lavado se desarrollan impactos medioambientales que podrían reducirse siguiendo unas sencillas pautas.

Uno de ellos es el consumo de energía. Se calcula que cuando lavamos y secamos la ropa empleamos el 80% de la energía que se consume en todo el ciclo de vida de la prenda. En la mayoría de los casos, la energía eléctrica derivada del uso de electrodomésticos se obtiene emitiendo gases de efecto invernadero a la atmósfera.

En cuanto a los recursos naturales, mención especial requiere el agua. Un elemento imprescindible para la vida que está disminuyendo considerablemente. Si queremos seguir conservando sus reservas, es necesario un cambio en nuestros hábitos.

Por último, y no por ello menos importante, hay que hablar de los residuos. El consumo de detergentes y suavizantes convencionales genera residuos que desembocan directamente en los mares y ríos de nuestro planeta. Al estar compuestos de ingredientes de origen petroquímico, difícilmente biodegradables, contaminan los recursos hídricos, amenazan la fauna acuática y causan malos olores.

Estos impactos ambientales, en la mayoría de los casos, son la consecuencia directa de acciones que llevamos a cabo en nuestro día a día. Algo tan sencillo como poner la lavadora, planchar o utilizar un detergente convencional son claros ejemplos de situaciones cotidianas que contribuyen a la contaminación del entorno que nos rodea.

Si queremos mejorar el bienestar del planeta y a la vez, conseguir que el ciclo de lavado sea más sostenible, debemos tener en cuenta los siguientes consejos:

  1. Pon la lavadora a plena carga. De esta manera a la vez que reduces lavados, ahorras.
  2. Lava a baja temperatura y trata las manchas fuertes con productos de limpieza específicos. Ahorrarás recursos energéticos, la ropa se arrugará menos y no hará falta plancharla.
  3. Compra electrodomésticos con la máxima calificación energética (A+++) y con ciclos de lavado más cortos. Reducirás la factura del agua y el consumo energético.
  4. Utiliza detergentes ecológicos certificados hechos a base de ingredientes biodegradables, 100% naturales y de origen vegetal. A la vez que protegen y alargan la vida de las prendas, cuidan del medio ambiente y de la salud. Apuesta siempre por aquellos basados en jabonería tradicional que además de limpiar en profundidad, dejan la ropa suave y esponjosa. Así evitarás el uso innecesario de suavizantes, incluso los ecológicos, que por su composición de origen petroquímico comprometen la salud y el entorno.
  5. Usa la cantidad de detergente recomendada por el fabricante en función de la suciedad y la dureza del agua. No por utilizar más producto, la ropa quedará más limpia.
  6. Seca la ropa al sol. La ropa quedará más blanca, se reducirá el consumo energético y no hará falta plancharla.

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Autora: Sara Climent, Licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas

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Bio Eco Actual Septiembre 2020