¿Imaginan océanos con más plásticos que peces? Podrían ser una realidad para el año 2050 si no se reduce el uso del material y se impulsa su reciclaje a escala global, según advierte la Comisión Europea.

Ahogados por el plástico

El plástico nos acompaña desde los años 30 y 40 del siglo pasado. Su uso se generalizó durante las siguientes décadas: su producción pasó de 1,5 millones de toneladas en 1950 a 322 millones de toneladas en 2015, según datos de la asociación PlasticsEurope. Se estima que en 2020 se superarán los 500 millones de toneladas anuales, lo que supondría un 900% más que los niveles de 1980. Lidera la producción China, seguida de Europa y América del Norte.

Este derivado del petróleo persiste durante siglos hasta degradarse y se dispersa fácilmente. Podemos encontrar plástico ensuciando calles, espacios verdes y ecosistemas acuáticos en todo el mundo, que no se descompondrá ni durante las vidas de los nietos de las personas que lo utilizaron.

Los grupos ecologistas llevan años alertando del impacto negativo de los residuos de plástico en nuestro entorno, sobre todo de los que acaban en los mares: unos 13 millones de toneladas cada año. En el agua, pueden quedarse flotando o hundirse, y con el paso del tiempo, bajo la influencia de la luz solar, la acción del oleaje y la abrasión, se descomponen lentamente convirtiéndose en microplásticos (fragmentos inferiores a los 5 milímetros).

España es el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo, solo por detrás de Turquía, y seguido por Italia, Egipto y Francia

Más de un millón de aves y cien mil mamíferos marinos y tortugas mueren tras toparse con el plástico a causa de su ingestión -los confunden con comida- o enredados en él. Aquellos que van sorteando la muerte lo acumulan en sus organismos, junto con contaminantes orgánicos como plaguicidas o bisfenol A: el 90% de los peces capturados en el Pacífico tienen plástico en el estómago, según revelan los trabajos de la Scripps Institution of Oceanography. Así, el plástico entra en la cadena alimenticia y vuelve a nuestras casas escondido en el interior de los peces, en el agua y en el aire.

Hay identificadas cinco zonas con una alta concentración de plásticos, conocidas como “sopas” o “islas” de plásticos: una en el Océano Índico, dos en el Atlántico (Norte y Sur) y dos más en el Pacífico (Norte y Sur), tal y como detalla Greenpeace. Pero el material también se acumula en regiones con elevadas poblaciones costeras, sistemas de gestión de residuos inadecuados y deficientes, pesquerías intensivas y turismo de masas. Como en el Mar Mediterráneo.

El informe Una trampa de plástico. Liberando el Mediterráneo de plástico publicado por la organización WWF en junio de 2018, revela que los microplásticos han alcanzado niveles récord de concentración en el Mare Nostrum, que alberga el 7% de los microplásticos de todo el planeta, si bien solo representa el 1% del agua mundial. Concretamente, 1,25 millones de fragmentos se acumulan en cada kilómetro, casi cuatro veces la cantidad de la “isla” de plástico del Océano Pacífico.

Ahogados por el plástico

España es el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo, solo por detrás de Turquía, y seguido por Italia, Egipto y Francia, un grupo de países donde el turismo causa un aumento del 40% de la basura marina cada verano. “Si sigue empeorando, este problema amenazará la reputación mundial que el Mediterráneo tiene por el turismo y la pesca, debilitando a las comunidades locales que dependen de estos sectores para sobrevivir”, afirma el secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo.

Para revertir la situación, los ecologistas piden a la comunidad internacional que adopte un acuerdo internacional y vinculante para eliminar el vertido de plásticos a los mares y objetivos nacionales para alcanzar el 100% de plásticos reciclados y reutilizables para 2030 -actualmente, en Europa, solo se reciclan el 30% de los residuos de plástico y el 6% del plástico que hay en el mercado se ha elaborado con materiales reciclados-.

Algunos gobiernos ya han empezado a tomar cartas en el asunto. La Comisión Europea ha lanzado una ambiciosa propuesta con la que pretende que todos los envases de plástico sean reciclables o reutilizables antes de 2030, que se reduzca el consumo de plásticos de usar y tirar y que se restrinja la utilización deliberada de microplásticos (presentes sobre todo en productos de cosmética y cuidado personal).

La Comisión Europea ha lanzado una ambiciosa propuesta con la que pretende que todos los envases de plástico sean reciclables o reutilizables antes de 2030

La Comisión pretende acabar con el plástico de un único uso siempre que haya alternativas asequibles. Después de haber limitado el uso de las bolsas de plástico en 2015, ahora se centra en otros diez productos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas y mares de Europa -como cubiertos, platos, pajitas y bastoncillos de algodón-, así como en los artes de pesca perdidos y abandonados. Estos productos representan el 70% de todos los residuos marinos. La iniciativa debe pasar ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo para su adopción.

“Mediante la transformación del modo en que se diseñan, producen, utilizan y reciclan los productos plásticos, Europa encabezará la solución al problema de los residuos plásticos, creando al mismo tiempo nuevos empleos y oportunidades de inversión”, detallan en un comunicado.

Algunos ingeniosos ciudadanos ya trabajan para disminuir la cantidad de residuos plásticos. El proyecto Precious Plastic, puesto en marcha por el diseñador Dave Hakkens, ayuda a cualquier persona a montar su propio taller casero de reciclaje de plástico con planos y vídeos tutoriales. En Panamá, en la isla Colón, el canadiense Robert Bezeau ha creado un pueblo con botellas de plástico utilizadas. Y Boyan Slat, fundador de The Ocean Cleanup, ha desarrollado un sistema de limpieza oceánica mediante una red de barreras flotantes. Después de cinco años de trabajo, el pasado septiembre lo instaló en la bahía de San Francisco. Para no tener que llegar hasta aquí, muchos otros optan por reducir el uso excesivo del material.

Autora: Cristina Fernández, Periodista & Blogger | www.paladarvegano.blog | crisfersan@gmail.com

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