Los humanos tenemos conocimientos científicos y recursos técnicos suficientes para, en teoría, alimentar a toda la población del planeta y, al mismo tiempo, mantener el equilibrio ecológico de la Tierra. Sin embargo, los sistemas de producción y distribución de alimentos que se han impuesto en las últimas décadas en la mayor parte del mundo están amenazando por igual a la salud de las personas y del medio ambiente. Este es el diagnóstico de la situación actual que expone el informe Alimentación en el Antropoceno presentado el mes de enero por la comisión EAT-Lancet, un grupo de trabajo creado por la revista The Lancet en el que participan medio centenar de expertos en alimentación, salud, medio ambiente, agricultura y desarrollo.

La Gran Transformación Alimentaria del Antropoceno

El título del informe hace referencia a la denominación o concepto de Antropoceno como la época geológica -en la cual nos encontramos actualmente- marcada por el impacto de los humanos sobre la Tierra.

Vivimos una situación alimentariamente “catastrófica, con casi mil millones de personas pasando hambre y otros casi dos mil millones de humanos que comen demasiados alimentos que provocan obesidad, enfermedades cardíacas o diabetes”, ha explicado Tim Lang, profesor del Centro de Políticas Alimentarias de la Universidad de Londres (Reino Unido) y coautor del estudio de la comisión EAT-Lancet.

El informe propone una Gran Transformación Alimentaria con la que se consiga mejorar la salud de las personas y del conjunto del planeta. “la Gran Transformación Alimentaria significa una reducción importante en el consumo de carne y de  productos lácteos, y un aumento substancial en el consumo de vegetales”.

Los 10 puntos clave del informe

La Gran Transformación Alimentaria del Antropoceno

El informe Alimentación en el Antropoceno de la comisión EAT-Lancet ocupa 47 páginas y por el momento sólo ha sido editado en inglés. Estos son los diez puntos clave destacados por los propios redactores del estudio.

  1. Los alimentos no saludables y producidos de manera no sostenible representan un riesgo global para las personas y el planeta. Más de 820 millones de personas no tienen a su alcance alimentos suficientes para vivir dignamente y, por contra, una cifra todavía mayor tiene una dieta poco saludable que provoca enfermedades y reduce la esperanza de vida. Además, la producción mundial de alimentos es la mayor presión causada por los seres humanos en la Tierra, en una actividad que amenaza los ecosistemas a escala local y global.
  2. Las tendencias alimentarias actuales, combinadas con el crecimiento poblacional (se calcula que en 2050 se superen los 10.000 millones de habitantes en la Tierra), están poniendo en peligro a las personas y al planeta. Se pronostica que la carga mundial de enfermedades no transmisibles empeorará y los efectos de la producción de alimentos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, la contaminación por nitrógeno y fósforo, la pérdida de biodiversidad y el uso del agua y la tierra reducirán la estabilidad del sistema terrestre.
  3. La transformación desde la situación alimentaria actual hasta la adopción de dietas saludables y sistemas alimentarios ambientalmente sostenibles son imprescindibles si se quiere avanzar en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París.
  4. Para avanzar hacia una dieta saludable es imprescindible que toda la población tenga una ingesta calórica adecuada, con una mayor cantidad y diversidad de alimentos de origen vegetal, reducir al máximo los alimentos de origen animal y las grasas saturadas, así como la de granos refinados, los alimentos altamente procesados y azúcares añadidos.
  5. La transformación a dietas saludables para el año 2050 requerirá cambios sustanciales en la dieta, incluida una reducción de más del 50% en el consumo global de alimentos poco saludables, como la carne roja y el azúcar, y un aumento del consumo de alimentos saludables, como los frutos secos, más del 100%.
  6. La Transformación Alimentaria que se propone en este informe puede beneficiar sustancialmente la salud humana, evitando aproximadamente entre 10,8 y 11,6 millones de muertes por año en el conjunto del planeta.
  7. La producción de alimentos causa grandes riesgos ambientales a nivel mundial. Por lo tanto, la producción sostenible de alimentos para aproximadamente 10.000 millones de personas no debe usar tierra adicional, salvaguardar la biodiversidad existente, reducir el consumo de agua y administrar el agua de manera responsable, reducir sustancialmente la contaminación de nitrógeno y fósforo, producir cero emisiones de dióxido de carbono y no causar más emisiones ni de metano ni óxido nitroso.
  8. La transformación a la producción sostenible de alimentos para 2050 requerirá al menos una reducción del 75% de las pérdidas de rendimiento, así como una redistribución global del uso de fertilizantes con nitrógeno y fósforo. Los agricultores han de adoptar prácticas de gestión de la tierra que limiten el impacto de su actividad en el cambio climático.
  9. Los objetivos científicos para las dietas saludables de los sistemas alimentarios sostenibles están entrelazados con todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU; incluidos los que tienen relación con la gestión del agua, el clima, el suelo, los océanos y la biodiversidad.
  10. Lograr dietas saludables de sistemas alimentarios sostenibles para todos requerirá cambios sustanciales hacia patrones dietéticos saludables, grandes reducciones en pérdidas y desperdicios de alimentos, y mejoras importantes en las prácticas de producción de alimentos. Este objetivo universal para todos los seres humanos está al alcance, pero requerirá la adopción de objetivos científicos por parte de todos los sectores para estimular una serie de acciones de individuos y organizaciones que trabajan en todos los sectores y en todas las escalas.

Autor: Joaquim Elcacho, Periodista especializado en Medio Ambiente y Ciencia

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